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Deuda Histórica

Tribuna

Por Javier Terrazas

Deuda Histórica

La primera ocasión que escuche su nombre fue siendo niño. Mi padre fue maestro rural y convivía intensamente con sus colegas para mejorar los planteles.

Fue ahí donde escuche el nombre del Maestro Lauro Aguirre Espinosa, conocido como “el padre del Normalismo en México”.

Conocí un poco más de él cuando inicié a cursar la secundaria, pues acudí a una escuela técnica que operaba como internado en el sur de Chihuahua, cuyo antecedente era haber sido una Escuela Normal.

En algunas paredes de antiguo edificio escolar, que conducían a la biblioteca había una placa modesta y una imagen que aludía al Maestro Lauro Aguirre Espinosa.

Por azares del destino, vine a estudiar la Universidad en Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas. La ciudad donde nació el ilustre profesor mexicano.

Desde hace décadas, tenía registrado que nació en la calle 11 Juárez, que fue su casa familiar y que finalmente donó para que se erigiera un plantel de educación básica que lleva su nombre.

Hurgando en algunos documentos añejos, encontré en el Archivo Histórico de la Secretaría de Educación Pública (Fondo de Personal Sobresaliente) y en el Diccionario Biográfico Magisterial, coordinado por Salvador Moreno y Kalbtk, algunos datos del ilustre victorense.

Nació en Ciudad Victoria, Tamaulipas, en 1882, como le comenté líneas arriba vivió en la calle 11 (Lauro Aguirre)  y Juárez. Murió en la ciudad de México, el 4 de junio de 1928. Falleció de pulmonía a los 46 años.

Después de hacer los estudios primarios en Cd. Victoria, concluyó la carrera de profesor en la Escuela Normal de México (1904) becado por el gobierno de Tamaulipas.

Fungió como director de la Escuela Anexa a la Normal en Cd. Victoria, Tamaulipas, fue inspector escolar de la misma escuela; catedrático de lengua nacional, metodologías y organización escolar, higiene escolar, psicología y otras en el Colegio de Tamaulipas, posteriormente fue catedrático de la Escuela Normal y Preparatoria de Tamaulipas.

Participó en el Congreso Pedagógico en Tamaulipas y más tarde fue Director General de Educación en Tamaulipas, poniendo en práctica ideas pedagógicas de vanguardia, entre ellas, la fundación de la primera escuela del país al aire libre.

Luego emigró a la ciudad de México donde fue nombrado oficial primero de la Dirección de Educación Primaria y Normal en Distrito Federal (1921), se desempeñó como oficial primero de la sección técnica de la mismas Dirección ( 1922).

Más tarde trabajó en la Escuela Normal de México, atendiendo la cátedra de organización escolar y como jefe de prácticas (1923).

Una de sus tareas más prominentes fue la de promover la reforma de la enseñanza normal (1924), y a iniciativa suya se creó la Escuela Normal de Maestros (1925), que fusionaba a las tres normales entonces existentes en el Distrito Federal.

Fue el primer director de la nueva institución y también ejerció la docencia, se hizo cargo de la jefatura de prácticas en las Escuelas Normales Diurnas (febrero de 1924).

El Maestro Lauro Aguirre Espinosa se casó con una morelense, pero se quedó a radicar en el Distrito Federal, donde fue sepultado. Su familia regresó a Cuernavaca.

Desde entonces, los restos del ilustre victorense descansan en una tumba ahora  irreconocible y abandonada en un panteón de la Ciudad de México.

Justo sería que fuesen rescatados del anonimato y traídos a su patria chica Ciudad Victoria, para ser colocados en la Rotonda de los Tamaulipecos Ilustres

Tarea para el Secretario General de la Sección 30 del SNTE Rigoberto Guevara Vázquez y el Secretario de Educación en Tamaulipas, Héctor Escobar Salazar.

Obligados a pagar una deuda histórica de los tamaulipecos con Lauro Aguirre Espinosa. Una deuda especialmente de los ex dirigentes de la Sección 30 y de la SET, quienes deben honrar su memoria.

Ya les confiaré donde descansan los restos de ese ícono del normalismo y del maestro tamaulipeco y mexicano.