Columnas

El anti mesías

FACTOR ENTRE DOS

Por: José Efraín caballero Sevilla

El anti mesías

Somos el segundo país laico de mayor antigüedad en América latina y no contamos con una religión oficial, se respeta la libertad de culto; pero es un país devoto y data de épocas prehispánicas la costumbre del pueblo Mexicano de asociar su existencia con la cosmogonía, y es un fenómeno que está presente igualmente en múltiples países.

Por estas características culturales, además de la historia de México, con figuras heroicas que han sobresalido y dejado un legado nacional, nuestro país es terreno fértil para el mesianismo, que ha sido cultivado dada la gran carga de problemas sociales derivados de anteriores administraciones.

Existía una inducción al mesianismo en la figura presidencial de parte del sistema presidencialista mexicano, cuando la alternancia partidista aun no se daba, estaba diseñado para honrar al mandatario de la republica, su asunción al cargo público correspondía a un acto protocolario lleno de figuras mesiánicas, era “el salvador de la nación”.

Es bien conocido cuando un presidente en turno preguntó a uno de sus acompañantes: ¿Qué horas son? y este sin rubor alguno le contestó: las horas que usted quiera señor Presidente; esto nos hace ver el culto a la figura emblemática que era casi todopoderosa en el sistema político y administrativo Mexicano de antaño.

Los votantes siempre desean que llegue “alguien mejor” para resolver los problemas del país, de hecho esa figura mesiánica se utiliza en el marketing político, ese “hombre bueno” casi iluminado que se rodea de la gente necesitada y les dará solución a sus problemas es constante en los spots de todas las organizaciones políticas.

Según la Real academia española de la lengua (RAE) la definición de mesías es: “En el judaísmo, salvador y rey descendiente de David, prometido por los profetas al pueblo hebreo”, y otra definición de la misma RAE: “Sujeto real o imaginario en cuyo advenimiento hay puesta confianza inmotivada o desmedida”

Existe una doble moral, ya que por lo regular esa construcción artificial de la imagen que se va formando a base del marketing político, es bien utilizada y aceptada; pero en figuras que tienen esa característica de manera natural se les pretende “estigmatizar” haciendo alusión a su consistencia y naturaleza.

Esa imagen mesiánica en la política nos hace recordar en su momento a un Vicente Fox en campaña portando el estandarte de la virgen de Guadalupe, siendo el 80% de la población profesante de la religión católica en el país.

También Donald Trump se posicionó advirtiendo que Estados Unidos se estaba convirtiendo en un país del tercer mundo, y ofreció al elector llevarlo nuevamente a su “gloria” como potencia mundial, y aunque pareciera tener el repudio de la gente, la realidad lo posiciona como el ganador de las elecciones, y fue atacado por los medios y la clase gobernante, inclusive salió a la luz el escándalo donde Barack Obama operó para vincularlo falsamente con el gobierno Ruso.

La figura mesiánica en la que está envuelto el candidato de la coalición “Juntos haremos historia”, Andrés Manuel López Obrador, tiene un origen autentico, dada la identidad del mismo; su relación estrecha con la población crea un reconocimiento entre ambos, quienes se asumen como partidarios y el que es el dirigente del movimiento político social, que si bien sus razones pueden ser verdaderas, es sabedor de lo que su figura representa.

El nombre de su partido Morena, es en alusión a la virgen morena y registra su coalición el día de la virgen de Guadalupe el 12 de diciembre de 2017, y es quien esgrime según sus propios dichos, el cambio verdadero.

Mientras, Ricardo Anaya pareciera ser sabedor de esto y pretende ungirse como otro mesías, desmarcándose de la clase política gobernante con la que ha venido coadyuvando en las anteriores reformas estructurales.

Ha señalado pretender multiplicar el presupuesto nacional, solo posible mediante una intervención divina, otorgando el salario universal, así como fue la multiplicación de los panes y los peces, pasaje bíblico narrado en las nuevas escrituras.

Se ha dicho perseguido por el sistema, dice enfrentar a “la elite Romana” (los que gozan de privilegios a costa de las mayorías) y castigar a los modernos fariseos y llevarlos a cuentas a los corruptos de este régimen, hundiéndolos en el infierno de las prisiones, estas sus intenciones si se ve favorecido con el voto de las mayorías.

Pareciera un mesías al vapor, que ha cambiado de la noche a la mañana su visión nacional, todo ello para luchar contra los “bad hombres”, le hace la competencia a la republica amorosa, al perdón y la amnistía, la reconciliación nacional, la constitución moral enunciada por Obrador.

La capacidad camaleónica donde se ha visto cambiar de azul a amarillo, de derechista a izquierdista, deja ciertas dudas de su real convicción, si no es solo un cambio de piel, y en este caso, representa la figura de un “anti mesías” para competir artificialmente por los votos, de quien hasta hace poco ostentaba el monopolio del cambio verdadero, el tiempo y el electorado lo dirán.

Querido lector tenga excelente fin de semana, nos leemos la próxima.

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