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El despertar del tigre…

Polvorín

El despertar del tigre…

José Ángel Solorio Martínez

El Niño del Tepeyac, anda desesperado. Una encuesta, ordenada por él mismo para medir las preferencias de su administración y la suya propia, arrojó datos escalofriantes –para su proyecto y para sus amigos-: en dos meses perdió 13 puntos en el municipio.

(En ese mismo documento, se notó el avance notable de la precandidata panista Roxana Gómez y la presencia nada despreciable de  Carlos Ulíbarri).

Como pocas  veces, se le vio irascible.

Sus colaboradores y asesores, fueron bañados por los exabruptos escatológicos del protegido de la Morenita.

Entró la matamorense Sara González, su asesora de lujo:

-Hagamos un video señor presidente..-

De inmediato los cerebros del alcalde de Río Bravo, Tamaulipas, trazaron el guión para reposicionarlo entre la comunidad riobravense.

Así nació el “Yo no fui”.

Un Pedro Infante ejidal, fue el centro del recado lanzado al electorado.

Al primer vistazo, se puede decir que fue un buen trabajo.

Si el mensaje, no hubiera aparecido sobre un escenario riesgoso, explosivo, sobre el cual se mueve Diego Guajardo, hasta genial podría considerarse.

El asunto, fue que lo sacaron del comal y lo lanzaron al agua hirviente.

Primero: Su video del bailecito gay que realizó hace algunos meses, no resultó del todo favorable a su proyecto. Se le etiquetó como el alcalde Gay…nor, en honor de quien hizo memorable aquella rola y su contenido: Gloria Gaynor.

Segundo: El video donde aparece patéticamente intentando entrar a un evento del gobernador en donde no fue requerido. Eso lo ubicó como un político intolerante y berrinchudo y no como un defensor de su autoridad soslayada. Y aparte: un funcionario que confronta contra el Ejecutivo estatal, poniendo en riesgo la buena relación entre poderes que debe existir entre Ayuntamientos y gobernador.

Tercero: El video que consigna la vergonzosa echada del evento del gobernador, en Reynosa en la feria gastronómica. Un grupo de policías lo sacó casi por la fuerza. Este material gráfico, terminó por mandar un mensaje al electorado riobravense: el Niño del Tepeyac, ha dejado de ser interlocutor entre los riobravenses y la administración estatal.

El “Yo no fui”, no abona un ápice a la concordia entre alcalde y Ejecutivo estatal.

Más bien, es una mofa que los Tepeyacos hacen del gobierno del estado y en particular del gobernador.

Es decir: el Tepeyaco, le sigue rascando el bajo vientre al tigre.

(En ese tenor, esta la separación de bienes y divorcio de los Tepeyacos que así pretenden sobrevivir con la fortuna que han robado de los presupuestos en la Presidencia y en el DIF).

¿Despertará el tigre?…