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El relevo en UAT

Tribuna

Por Javier Terrazas

El relevo en UAT

Hoy es el último día como Rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas  a plenitud de Enrique Francisco Carlos Etienne Pérez del Río.

Cierra un periodo importante de su quehacer académico al frente de esa institución a la que le dio orden, disciplina, mayor vinculación con sectores productivos y pertinencia a la investigación.

Un hombre pragmático que a pesar de no estar en sus años de plenitud física, si lo estuvo en actitud e ímpetu, siendo hasta la etapa final en que bajó el ritmo por prescripción médica.

Intentó poner fin en la mayoría de las Facultades y Escuelas a prácticas viciadas que poco aportaban a la academia, la cultura, la investigación y el pensamiento crítico que son la esencia de una Universidad.

Quedan quizás, algunos pequeños rescoldos de los grupos porriles que debieron asumir compromisos académicos o administrativos para poder subsistir en las Unidades Académicas.

Y es que el jueves 30 de noviembre, Enrique Etienne rendirá su cuarto informe de labores del periodo Rectoral que concluye ante la asamblea universitaria e invitados.

En ese mismo acto, rendirá protesta el Rector Electo, José Andrés Suárez Fernández, con quien inicia una nueva etapa de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.

Un segundo Ingeniero Agrónomo, pues ya estuvo al frente de la institución Humberto Filizola Haces, de esa misma profesión y egresado de la Facultad de Agronomía de Victoria.

Aunque el periodo rectoral de Suárez inicia hasta enero del 2018,  éste mes de diciembre de 2017, sus días hábiles para el sector educativo, seguramente serán para la designación del equipo de colaboradores y la entrega recepción.

En el seno de la UAT, no se aprecia intranquilidad o preocupación por el inminente relevo, pues el nuevo Rector ha sido parte de la administración de Enrique Etienne y todo el proceso sucesorio se dio de una manera muy tersa.

Solamente se pulsa cierta nostalgia de algunos elementos que por cuestión generacional  partirán junto con el rector saliente.

La Casa de Estudios de Tamaulipas, tiene no sólo mayor infraestructura educativa, para la investigación y operativa, sino un andamiaje importante de capital humano calificado en diversas disciplinas.

Si éste equipo académico y cuerpos de investigación de las Unidades Académicas y Escuelas se fortalece y se busca mayor empatía con el sector gubernamental, puede erigirse en una importante plataforma para la definición de políticas públicas e incluso la capacitación del personal operativo.

La pertinencia que tienen las carreras profesionales de la UAT con las diversas regiones de la entidad, constituyen un elemento valioso para esa interacción más amplia a partir del conocimiento, innovación e investigación.

Sin duda, el gran reto no sólo para la Universidad Pública de Tamaulipas, sino para el propio Gobierno del Estado, pero sobre todo para el desarrollo de la entidad con bases más sólidas.

Esperemos que José Andrés Suárez Fernández esté a la altura de las circunstancias, retos y exigencias que esperan a la UAT.