Columnas

EL SEXENIO PERDIDO

EL FRANCOTIRADOR

Por Óscar Jiménez

EL SEXENIO PERDIDO

Otra vez es noticia el municipio de Soto la Marina, Tamaulipas, y esta vez le tocó a la secretaría de salud.

Un audio que está en manos de este columnista nos permite escuchar como una pareja de marinenses se dirige con palabras fuertes al personal del sector salud.

Usted saque sus propias conclusiones. Pero le cuento que la pareja argumenta que su hijo estaba muy delicado de salud y que no lo atendían rápido, mientras que la mujer de la secretaría de salud menciona que ella clasificó al enfermo y que no era de urgencia y que tenía que esperar su turno para ser atendido.

Sé que cada padre y madre desean que sus hijos sean atendidos rápidamente cuando están enfermos, pero también hay que confiar en el personal (enfermeras y médicos) de la secretaría de salud cuando clasifican a un enfermo.

Perder los estribos no ayuda en nada, creo que solo hace más grande el problema. Por eso es necesario que el jefe de esa jurisdicción sanitaria se eche a cuestas la tarea para investigar estos hechos.

El jefe de esta jurisdicción sanitaria es el Dr. José Francisco Sánchez Galindo, un profesional de la medicina de muchos años que siempre se ha distinguido por ser institucional y atender bien a la gente, y por ese motivo es que se confía en que este altercado sea solucionado en breve.

Pero creo que en todos los ciudadanos debemos dejar a un lado los influyentísimos, y las actitudes hostiles en contra del personal médico, aunque si llegara haber un mal servicio, pues sencillamente hay que reportarlo a la autoridad pertinente.

Pero en el audio que se puede escuchar claramente a las dos partes involucradas. ¿Está mal el personal de la secretaría de salud? ¿Están mal la señora y el señor por el tono en que se dirigieron a quien los atendió?

Pasando a otras cosas. Es imperativo abordar el tema de la detención de Eugenio Hernández Flores, porque de plano es un duro golpe a la “alta sociedad victorense”, pero además porque Geño simboliza lo negativo en esta entidad en cuanto a gobierno se refiere.

Para iniciar digo que creo que Eugenio Hernández jamás debió ser gobernador, porque fue un improvisado en el servicio público, falto de sensibilidad política, que en seis años fue diputado federal, presidente municipal de Victoria y gobernador de Tamaulipas.

Su ascenso fue meteórico y aún no queda claro por qué. Además, cuando apenas iniciaba su gobierno estatal, a finales del 2005 y todo el 2006 el estallido de violencia se generalizó en el municipio de Nuevo Laredo.

Después, en el 2007, sobrevino el asesinato de Juan Antonio Guajardo Anzaldúa en el municipio de Río Bravo, y enseguida se liberó una enorme literatura sobre los motivos de su ejecución.

Luego en mayo del 2010 se registra el asesinato del precandidato del PAN en Vallermoso Luis Mario Guajardo Adame, para cerrar a escasos días de la elección estatal con el artero homicidio del Dr. Rodolfo Torre Cantú, candidato a gobernador del PRI.

No sin contar con los innumerables desaparecidos y demás ejecuciones en Tamaulipas. Por todo ello hay que decirlo con letras mayúsculas, ese sexenio en Tamaulipas fue casi de exterminio…fue un horror.

¿Que si él fue culpable material o intelectual de ese horror? Yo no lo sé, y no me atrevería a plantear tal hipótesis. Pero de lo que sí estoy seguro que Eugenio Hernández Flores es culpable, es de no crear las condiciones sociales óptimas para vivir en Tamaulipas en los seis años que detentó la gubernatura.

La imaginación popular maquiló muchas historias, y todos ellas tenían que ver en que Geño Hernández y amigos y hasta familiares (según denuncias en Estados Unidos) se la pasaban más haciendo negocios cautivos al amparo del poder para llenar sus bolsillos y cuentas bancarias, que gobernando el estado para el bien común.

Hoy Geño Hernández está en la cárcel, y lo único que nos debe interesar es que se aplique la ley. Que si es culpable que pague de acuerdo al marco legal, pero también la autoridad debería investigar a todos esos que participaron en la explosión inmobiliaria en Ciudad Victoria, Monterrey, San Miguel de Allende, Cancún y en el Valle de Texas.

Pero también se tiene que investigar y llegar al fondo sobre la matanza en el municipio de San Fernando, en donde perecieron muchos indocumentados y que se registró en el sexenio perdido de Eugenio Hernández Flores.

Y subrayo, que se aplique sobriamente la ley, que quien juzgue a los que participaron en la rapiña del sexenio perdido de Tamaulipas lo haga apegándose a la moral y los mandamientos legales para no caer en excesos desde los tribunales. Los tamaulipecos solamente queremos que se aplique la ley.

MAQUIAVELITO

…¿Cuántos Güichos Domínguez parió el sexenio de Eugenio Hernández Flores? Cuántos de esos personajes siguen gastando a manos llenas dinero público que se embolsaron? Construyeron (y lo siguen haciendo) mansiones, plazas comerciales, fraccionamiento exclusivos, y compraron (y lo siguen haciendo) carros lujosos, motocicletas también lujosas etc., todo eso son el sello que los distingue.

osjinuf@gmail.com