INVESTIGAN AL ZAR DE LA OBRA PÚBLICA
CUADRANTE POLÍTICO
POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO
INVESTIGAN AL ZAR DE LA OBRA PÚBLICA
Por primera vez, en la boca del panismo fiscalizador aparece uno de los más connotados personajes del contratismo, en materia de obra pública. Se trata del chile de todos los moles, o de todas las pavimentaciones e infraestructuras: el empresario y ex funcionario público, Antonio Carlos Valdez, consentido de varias administraciones sexenales, incluida, la más reciente.
El nombre de este influyente barón de la nobleza cementera y varillera, ha salido a la luz, como uno de los constructores, pertenecientes al círculo íntimo del ex gobernador Egidio Torre Cantú. Sin embargo, todo podría quedar, en un simple amago, y por consecuencia, en una simple llamarada del petate azul.
Ver, para creer.
NARCO Y PETROLEO, LOS DOS MECENAS DE LA DEMOCRACIA
A finales de febrero del 2014, el ex director de la DEA, Phil Jordán, formuló declaraciones que originaron un escándalo tan fuerte que, tuvo que ser desmentido por la oficina de Los Pinos. En ese entonces, el ex funcionario norteaméricano, expresó su extrañeza por la captura del “Chapo” Guzmán, en el sexenio peñista, a sabiendas, según dijo, de que el narcotraficante, había financiado la campaña de EPN, en el 2012.
El impacto en la opinión pública, caló tan hondo, que enviaron al vocero de la presidencia Eduardo Sánchez para arremeter contra Jordán, calificando sus palabras, como “un disparate, una acusación sin sustento”.
“Algo mal pasó entre el PRI y el Chapo Guzmán. No te puedo decir ahora, porque no se porque lo arrestaron, pues les estaba pagando millones de dólares, (al gobierno priista), para que no lo arrestaran, como antes también pagó millones de dólares, (al PAN), para que lo dejarán escaparse”, dijo en ese entonces el ex Director de la DEA.
Más allá de los desmentidos por parte de la vocería presidencial, nadie interpuso denuncia contra PJ, por las ofensas o “disparates”, que estaba externando contra el jefe del país.
¿Se la pasaron por boba, o prefirieron dejar por la paz, el asunto?
Lo cierto es que, los recursos del narco siempre han representado una sombra funesta, en el financiamiento destinado a obtener el poder político. En mayo de este mismo año, la FEPADE del hoy destituido Santiago Nieto, anunció indagatorias por este posible delito, en los estados de Veracruz, Coahuila, Estado de México y Nayarit.
Junto a los del narco, los millonarios recursos del petróleo, compiten como otro de los temas más escabrosos del sistema político-electoral en México.
Uno de los antecedentes más notorios y cuestionables, fue la desviación de recursos, de PEMEX, hacia la campaña del candidato del PRI, a la Presidencia, Francisco Labastida Ochoa. El PEMEXGATE se tradujo, en la misteriosa desaparición de 500 millones de pesos, que salieron de las arcas de la paraestatal, pero fueron depositados en cuentas particulares, de conocidos priistas.
Ahora se sabe que, en el 2012, una filial de la trasnacional Odebrecht, habría hecho llegar al entonces candidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, diez y medio millones de dólares., a través de su enlace internacional, Emilio Lozoya, que a la postre, se convertiría en el Director de PEMEX.
Lo anterior, acaba de provocar la caída del fiscal para delitos electorales, Santiago Nieto. El gobierno de México, se encuentra entrampado, pues si se ratifica en el senado, la renuncia del fiscal, entonces, le darán a la oposición, una nueva bandera, en l lucha electoral del 2018.
Y si lo devolviesen a su cargo, pues peor, estarían empoderando a un personaje que, no dejaría pasar ni el agua, en la elección presidencial del año próximo.
Actualmente, la correlación de fuerzas en el senado de la república, está a favor de que reinstalen al fiscal Electoral, pero a la diferencia, es mínima: 65 de la oposición, contra 63 del PRI-Partido Verde.
Esos dos votos, se observan muy quebradizos, y de acuerdo a algunos columnistas como Salvador García Soto, se encuentran a merced de los tradicionales cañonazos millonarios, que siempre han existido, para sobornar obstáculos, ante los apuros del poder.