Columnas

Julio pega duro al bolsillo.

Gaceta.

Por Raúl Terrazas Barraza.

Julio pega duro al bolsillo.

El pasado mes de julio, fue el segundo con mayor variación de los precios al consumidor, en los últimos 10 años, de manera que, contribuyó en 0.54 por ciento al índice anual que, ya va en el 4.81 por ciento.

Sólo en julio del 2012, la variación fue superior a la de este 2018, porque alcanzó el 0.56 por ciento, en tanto que, el tercer sitio fue para julio del 2011 con el 0.48 por ciento.

De ahí en fuera, los otros meses de julio, registraron una variación menor, por ejemplo, la del año pasado fue de 0ç38 por ciento, la del 2014 del 0.28 por ciento, el 2009 con 0.27 por ciento, después el 2016 con 0.26 por ciento, el 2010 con 0.22, el 2015 con 0.15 el año donde el mes de julio tuvo la variación porcentual más baja fue el 2013 ya que, brincó la barrea del cero al ubicarse en -0.03 por ciento.

Muchos datos, que son ricos para comprender porque eso que todos los mexicanos vivimos día a día, respecto a que las cosas cuestan más, sin llegar al alza generalizada de precios, pero, que sí pegan a la economía de las familias.

Es decir, hay quienes tienen bien claro que las alzas de productos y servicios se dan casi a diario, pero, hay algunas más notorias que otras y ello permite a los consumidores-trabajadores sufrir las consecuencias de este fenómeno que pareciera sin importancia, pero, que en realidad la tiene ya que pulveriza el salario.

Vamos, todos los precios aumentan, sólo el salario se mantiene igual, incluso, con variaciones a la baja, porque las empresas o las dependencias empleadoras, se hacen de cualquier pretexto para descontar, si se quiere centavos, pero, descontar.

El pasado fin de semana, los precios de las gasolinas subieron de forma notoria, en virtud de que, en un abrir y cerrar de ojos, los automovilistas pudieron darse cuenta que los dos tipos de combustible, rompieron barreras que pensaban no verían.

La magna de 18.88 pesos que costaba el domingo, ya casi llega a los 19 pesos, cuesta 18.96 centavos. Referimos que casi 19 pesos, porque al paso que va, alcanzará al dólar, que se cotiza esta mitad de semana en 19.20 pesos.

En enero del 2017, el precio de la magna era de 13.65 pesos, una diferencia hacia arriba de 5.31 pesos, aunque por litro a lo mejor no se dimensiona la magnitud, pero, supongamos que se cargan 20 litros este viernes, usted tendría que desembolsar 379.20 pesos y hace año y medio ponía esa misma cantidad de litros con 273 pesos, por tanto, ahora paga 106.20 pesos más que entonces.

Este jueves muchos consumidores, se dieron cuenta que los precios de los productos que se expenden en máquinas dispensadoras aumentaron entre cinco y ocho por ciento e infirieron que fue la noche del miércoles con los dueños de ese tipo de negocios acudieron a cambiar el mecanismo para que, desde este jueves todo costar más, hablamos de latería y alimentos embolsados que se adquieren para saciar el hambre entre comidas.

El acumulado de la inflación entre este año y pasado, hay alguna diferencia, a favor del 2018, ya que, en 2017 la inflación acumulada fue del 6.44 por ciento y ahora llevamos 4.81 por ciento, es decir, 1.62 por ciento menos, que, podríamos decir, es a favor del consumidor y sus familias, sin embargo, no es así, porque desde siempre los precios les pegan a los salarios y en este año, los golpes son demoledores.

El hecho de que nadie hable de escalada de precios o alza generalizada, no quiere decir que los aumentos pasen sin que nos percatemos, la realidad es cruda y dura, en el entendido de que, algo inusual debe de pasar y todos creen que será con el próximo gobierno que tendrá el país, en el entendido de que, al menos se reduzcan los precios de los combustibles, los mexicanos verían revalorizado su salario ya que, el impacto que tiene el alza continua de las gasolinas, el diésel y el gas implica que deba destinarse cada vez más porcentaje del gasto familiar para el transporte de las personas, mismo que se hace en dos formas, en automóvil propio o en transporte público y en ambos el aumento en los combustibles impacta.

Los otros.

Buena noticia para os victorenses es que, el alcalde electo, Xicoténcatl González Uresti ya habló con el Gobernador del Estado para que le apoye a resolver el abasto de agua potable en varias colonias de la periferia capitalina. El respaldo tiene que ser en dinero, porque es fundamental para llevar a cabo obras que permitan regular las presiones y hacer que el vital líquido llegue a todos los sectores.

Algo que hay que tener presente en esto de los recursos en los organismos operadores, es que, la gente tiene que pagar el agua que consume mes por mes, en virtud de que, hay COMAPAS que tienen problemas serios de usuarios morosos, los cuales, aunque les corten el servicio o les retiren los medidores, como quiera se conectan para abastecerse sin pagar.

El de valientes la determinación del Diputado Alejandro Etienne Llano, al afirmar que sí puede echarse el compromiso de dirigir al PRI en la entidad, ahora que, según esto, ya está dada la instrucción desde el comité nacional, para que se lleve a cabo el relevo y Sergio Guajardo Maldonado deje la dirigencia.

El exalcalde de Victoria, se ha mantenido muy cerca de todas las decisiones que se tomaron en el comité estatal desde hace más de dos años y conoce ya a los grupos priístas de toda la entidad, situaciones que le convierte en un buen prospecto, máxime, que tiene autonomía económica para trabajar con un buen programa de recuperación de confianza de la militancia en su partido.

Desde luego, las cosas se antojan difíciles, por el espacio que ocupan los adversarios del PRI en el escenario político, desde el momento que el PAN que tiene a su cargo Francisco Elizondo Salazar, va con todo para mantener la mayoría en el Congresos del Estado el año que viene, cuando se realice la elección de la Legislatura que sigue y el Partido de Regeneración Nacional, anda con vuelo debido a los resultados obtenidos en las urnas el pasado primero de julio.

Dos cosas tienen el PAN y el PMRN, el rechazo ciudadano y falta de cuadros políticos, en el primero y carencia de estructura y escasez de prospectos a las candidaturas, en el segundo.