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LAS VENAS ABIERTAS DE AMERICA LATINA

LETRA PÚBLICA

LAS VENAS ABIERTAS DE AMERICA LATINA

En memoria del Dr. Salvador Salazar Arreola, tampiqueño ejemplar.

RODOLFO SALAZAR GONZALEZ

En abril del año 2009, Barack Obama asistió a la Cumbre del G 20, en la que también estaba presente el finado presidente de la República Bolivariana de Venezuela, el comandante Hugo Chávez, de este evento se desprendió un acontecimiento literario de suma importancia por el debate que generó el obsequio que hizo el mandatario de Venezuela cuando le entregó el libro de Eduardo Galeano «Las Venas Abiertas de América Latina» al presidente de los Estados Unidos, teniendo como testigo a los medios internacionales que inmediatamente difundieron en todo el mundo el contenido de los ensayos sociológicos que el escritor Uruguayo desarrolló en la que está considerada su mejor obra en toda su carrera literaria.

Inmediatamente circuló la versión que lo que Hugo Chávez pretendía era incomodar a Barack Obama en virtud de que «Las Venas Abiertas de América Latina» está traducido en casi treinta idiomas diferentes al Español, que fue la versión que el Venezolano le regaló a Obama, teniendo el conocimiento de que este mandatario estadounidense no domina nuestro idioma, por lo que las críticas se enfocaron en que debió haberse detenido el comandante Chávez en conseguir uno en el idioma Inglés para que Obama (en el supuesto caso de que no conociera el contenido de este libro se diera cuenta inmediatamente por las primeras líneas de su prólogo). Otras versiones opinaron que este texto no era el indicado para que representara a América Latina; y se especuló (siempre buscando demeritar la imagen del comandante Chávez) que el libro indicado para Obama era el texto máximo de García Márquez «Cien Años de Soledad» o en su caso «Nuestra América» de José Martí, y no faltó algún literato de la derecha que publicara que en lugar del libro de Eduardo Galeano, la obra indicada era «Doña Bárbara» de la autoría de Rómulo Gallegos, por cierto también Venezolano y presidente de ese país, que hoy sigue en el remolino de las opiniones encontradas que hay contra Nicolás Maduro, considerado por propios y extraños, muy lejano a la capacidad y el carisma de su preceptor Hugo Chávez.

«Las Venas Abiertas de América Latina» está considerada como la biblia de las formas épicas de las luchas de los pueblos latinoamericanos; ninguno de los hechos relatados en este ensayo son falsos. Recoge fielmente instantes de los momentos degradantes de la actuación del imperialismo y las clases dominantes de nuestro continente, a la par que expone con dolor, en ocasiones con frustración, las luchas de las clases oprimidas por la dignidad, la democracia y la justicia social. Estoy convencido de que es una forma de presentar la historia desde abajo lo que más inquieta e irrita a los poderosos.

Pone en evidencia «Las Venas Abiertas de América Latina» como son y cómo se comportan las oligarquías y la aristocracia latinoamericana junto con sus cómplices europeos y estadounidenses. Por esa razón el escándalo y el revuelo que causó en aquella cumbre el obsequio temerario de Hugo Chávez al presidente del imperio más poderoso de este planeta. Es, evocando una frase de la mitología popular norteña de nuestro país: «Como hablar de la cuerda en la casa del ahorcado».

Donde más inconformidad se generó fue en España, donde se encontraba Eduardo Galeano vendiendo personalmente en las plazas públicas de Madrid, su último libro denominado «Espejos». Recuperando su tradición inquisitorial los Españoles apuñalaron a su autor y también de paso lincharon a Hugo Chávez por considerarlo un depredador, en fin, el mismísimo diablo, y con esto agradar al rey Juan Carlos, que como sabemos en otra cumbre similar a está faltándonos el respeto a todos los latinoamericanos le ordenó al presidente Chávez que se callara, como si este fuera un vasallo más de la monarquía que él patrocina y de la cual cómoda y placenteramente vivió, teniendo actualmente a su país en el más duro de los desempleos y en una completa bancarrota financiera.

Una cosa queda clara en el texto «Las Venas Abiertas de América Latina» Eduardo Galeano establece la certidumbre de que es un crimen o una estupidez guardar silencio ante tanta ignominia. Así es como percibo las letras de este legendario y valiosísimo libro que es una lectura obligada afortunadamente en todas las instituciones universitarias de México, me refiero claro está a la capital del país.

Por último es conveniente informarles que «Las Venas Abiertas de América Latina» fue publicada en 1971, de la cual se han reeditado múltiples ediciones y se ha convertido en unos de los textos más importantes de los sectores que hacen del pensamiento universal critico una forma de existencia. En los 70’s recuerdo que leer a Galeano era una obligación en aquella época había por parte de mi generación un peculiar sentimiento por acercarse a América Latina que nos tocaba el corazón y nos irritaba los nervios al conocer la pobreza en que vivía producto de la explotación de las hordas colonizadoras de Europeos y Estadounidenses de los que Eduardo Galeano con rigor expone y que saquearon todas las riquezas naturales de nuestro continente.

El libro sobre el que hoy escribimos está inserto, no tengo la menor duda, en la corriente del triunfo de la Revolución Cubana y del curso que esta tomó a partir de 1961, así como la efervescencia social que envolvió en esos años a numerosos países latinoamericanos que pusieron a la región en la primera plana de la política y la investigación internacionales. Conservo en mi poder dos ejemplares de «Las Venas Abiertas de América Latina» la primera es setentera, una reliquia que tiene un lugar privilegiado junto a «Cien Años de Soledad» en mis anaqueles donde guardo mis libros y la segunda es de apenas hace dos años.

COMO DATO: Francisco García Martínez un ejemplar abogado tampiqueño que ha desempeñado cargos importantes en los gobiernos municipales de Tampico, Tamaulipas, fue distinguido por el gobierno que encabeza Francisco Javier García Cabeza de Vaca en nuestro estado con el premio estatal de antigüedad, como un reconocimiento por su dedicación y esfuerzo en el servicio público durante 20 años de manera honorable, continua y sin tacha alguna, en la Secretaría de Trabajo de gobierno de Tamaulipas; felicidades a nuestro amigo y compañero Lic. Francisco García Martínez.

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