Columnas

No. No me puedo resistir.

AL VUELO-SS

Por Pegaso

                No. No me puedo resistir.

                Perdóname, Cachas de Oro por romper mi promesa y por abordar nuevamente el tema de El Trompas.

                Sucede que en estos momentos ya está ocurriendo algo que anticipé en ésta columna, y es que los gringos ya se dieron cuenta que la regaron gacho al elegir a quien los llevará derechito a la Tercera Guerra Mundial.

                Con La Hillary muy posiblemente habrían tenido un gobierno feminista, con alguna que otra aparición de Bill Clinton y sus mamadas.

                Pero con El Trompas la cosa se pondrá seria.  Y no es mi imaginación.  Cada vez veo en los periódicos más señales de que la instauración de un Cuarto Reich en tierras gringas es casi inminente.

                Veía por ejemplo la caricatura de un monero gabacho de nombre KemeHS donde se ve una swástica con el típico copete güero.

                Y es que andaba yo volando allá, cerca del río Bravo para ver si ya estaban empezando a construir el muro fronterizo, pero lo que ví fue a un helicóptero que andaba haciendo vigilancia aérea y algunas unidades de la Patrulla Fronteriza con sus feroces perros, listos para morderles las pompis a los migrantes que pretendan pasarse nadando hacia el otro lado.

                Ya que la principal preocupación de El Trompas es defender el estilo de vida norteamericano, donde sólo haya güeritos de ojo azul o verde, la próxima acción que tomará es la creación de una Escuadra de Defensa (Schutz Staffel en alemán, o sea, SS), un cuerpo de combate de élite para prevenir que los chaparros, feos, güevones y botijones mexicanos sigan invadiendo su país.

                Otra cosa que yo anticipé es la creación de campos de concentración, donde harán experimentos con los mexican curios detenidos:  Les harán manita de puerco, les pellizcarán las chichis y finalmente harán jabones con la grasa de su cuerpo, igual que lo hacían los médicos locos nazis, como el Dr. Mengele en Auschwitz.

                Y no soy pitoniso u oraculero, pero también mencioné en cierta ocasión que El Trompas no duraría en la Presidencia de Estados Unidos precisamente porque las fuerzas progresistas de aquel país se darían cuenta de que eligieron a la Mano que Apretará el Botón y tratarán de corregir su error.

                Estaba leyendo un artículo de la agencia francesa AFP donde se menciona la serie de televisión House of Cards de Netflix en la que el Presidente renuncia al cargo y lo deja en manos de su Vicepresidente.  Hasta ahora es ficción, por supuesto.

                El artículo agrega que es raro que un presidente gringo deje la Casa Blanca, pero que ya ha ocurrido antes, como en el célebre caso Watergate destapado por The Washington Post donde se reveló un caso de espionaje involucrando al mandatario en turno, Ricard Nixon, en 1974.

                Ahora parece que se repite la historia: The New York Times, el periódico del cual es accionista mayoritario nuestro milloneta Carlos Delgado (o Carlos Slim), saca a la luz el tema de la intervención rusa en las elecciones norteamericanas y la ayudadita que le dieron a El Trompas para que llegara a la presidencia.

                No es tan descabellado suponerlo, cuando sabemos por las noticias que nos llegan que ya han saltado del barco varias ratas, como su asesor de seguridad nacional y el ministro de comercio.

                Pero si lo dejan permanecer en el gobierno, júrelo que buscará establecer el Cuarto Reich y las SS, integrados en parte por sus cuatachos del Ku Kux Klan, The Riffle Association, los Skin Heads y Bones and Skull.

                Su relación con Putin (no es albur), es más parecida al miedo, porque si los humildes vietnamitas les patearon el trasero en 1975, ¿qué no harán los rusos o los chinos?

                Si The Washington Post y The New York Times están compitiendo para ver quién tumba más presidentes, recordad que esto lo leyeron antes aquí.

                Por aquello de los derechos de autor.

                Quédense con el refrán estilo Pegaso: «Rechazo categorícamente que se trate de una manifestación de temor; por el contrario, es evidencia de cautela».  (No es miedo, es precaución).