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Peña Nieto, santo y diablo

Escenario político

Por Marco Antonio Torres de León

Peña Nieto, santo y diablo

Si la lógica obedeciera acciones y si la carga de actos recurrentes negativos del PRI conllevara a consecuencias lógicas, diríamos que en el Estado de México está por ocurrir un terremoto electoral que podría acabar con lo que queda de ese partido.

Estamos hablando de una hipotética derrota del PRI y del empoderamiento del ‘coco’ de Peña, Andrés Manuel López Obrador.

Es probable que estemos viendo el fin de la caída del imperio, el derrumbamiento d del poder priista, que por segunda vez en la historia moderna sucumbe; primero ante la derecha con Vicente Fox Quesada en el año 2000; y hoy frente a la izquierda con Andrés Manuel López Obrador.

Todo parece indicar que será así. Aunque chapucero y conspicuo el PRI tiene una semana completa -siete días -para operar contra Delfina Gómez Álvarez en el Edomex y arrebatarle lo que parece ser una justa victoria en sus manos.

Y es que el estilo de Enrique Peña Nieto es impredecible.

Es diablo y santo a la vez.

Lo mismo no mueve un dedo contra priistas corruptos de su gabinete como Emilio Lozoya y Rodrigo Medina, que igual encarcela a gobernadores de su propio partido, sin el mínimo pudor.

Claro, él no los ha encarcelado, los ha encarcelado la Interpol.

Pero la autoría se la abroga él, por conveniencia.

Ató de manos a Manlio Fabio Beltrones cuando dirigió el CEN del PRI, igual que lo destituyó ipso facto apenas acabado el proceso electoral de 2016, cuando el PRI perdió filones de oro tradicionales como los estados de Durango y Tamaulipas.

Envío al peor candidato a Tamaulipas, Baltasar Hinojosa Ochoa, quien mordió el polvo frente al abanderado del PAN, Francisco Cabeza de Vaca.

El estado de México para Peña Nieto es su maxima prueba.

Pero igual su personalidad ambigua es un enigma.

No cabe duda que la personalidad de Enrique Peña Nieto es dislexica, rara, atípica.

En otras palabras, el Estado de México está en el limbo.

Igual lo gana, igual lo pierde…A Otra cosa.

La reelección, destino manifiesto

Como ocurre cada vez que se estrena una nueva reforma, en este caso electoral, el año próximo 2018 se dará prioridad a alcaldes que hayan hecho buena labor para que se reelijan.

Al menos se buscará que alcaldes de cabeceras de distrito o bien de ciudades importantes, lo hagan.

Diriase que se trata de inercia.

Algunos podrían suponerlo así.

Pero al sistema politico le urge validar su propia ley, su reforma recién estrenada.

Ocurrió en Nuevo León tras la recién aprobada reforma que refería a candidaturas independientes.

Se cuidaron las formas y ganó Jaime Rodriguez El Bronco, comprobandose la efectividad de la ley.

Esa fue una manera de Peña Nieto, propulsor de la reforma electoral, de curarse en salud.

Se prevé que la reforma que alude a la reelección de alcaldes y diputados locales (y federales) siga la misma tónica, la misma naturaleza secuencial; y que al menos en su estreno la ley que permite la reelección confirme su efectividad.

El Mante es un municipio que se aproxima a su destino, que se dirige hacia allá, a que su actual alcalde JUAN FRANCISCO LEAL GUERRA se reelija.

Claro, independientemente de que gane o pierda.

Así es la democracia.

El alcalde mantense ha hecho gran labor de gobierno. Su gobernanza es sana,  y va de menos a más.

Cierto es que en un municipio tan politizado, donde Plutarco Elías Calles asentó su poderío económico y Lázaro Cárdenas otro tanto, nadie está conforme de que gobierne el PAN.

Históricamente el PRI tiene puestas sus asentaderas en territorio. Y siempre celosos, los liberales reclaman su coto de poder.

Pero Juan Francisco Leal Guerra está haciendo estupendamente bien las cosas.

Al menos políticamente atiende necesidades prioritarias de los mantenses.

De lo que el alcalde no tiene culpa alguna es del error del Gobierno de Tamaulipas de haberle cancelado despensas a 15 mil familias que tanto les quitaban su hambre.

Eso los mantenses se lo cobraran al PAN, crealo, y en las urnas.

Hoy le han dado poder a liderzuelos panistas que en vez de vender leche liconsa a 4. 50 pesos, están vendiendola a 9. 50, el doble de cara.

Selectivamente venden leche no usable para fines políticos. Y no conforme, esos malos liderzuelos no tienen recato y sin vergüenza alguna la venden carísima a colonos.

Nuestras antenas nos dicen que colonos de un sector le dijeron a un mal líder, ‘no me conviene comprartela, es mas barata la leche Marsella en el Oxxo, a ocho pesos’.

A lo que el sujeto mejor calló.

Con todo y eso, Juan Francisco Leal Guerra ejerce gobernanza. Es probable que no sepa de esta mala clase de líderes del cambio, si no, ya los habría corrido con cajas destempladas.

Pues si algo tiene el alcalde es eso, sentido de justicia.

Hasta aquí, nos vemos pronto.