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Policía Municipal

Tribuna

Por Javier Terrazas

Policía Municipal

En el círculo del combate a la delincuencia en la entidad, un elemento importante es la Policía Municipal, ahora pomposamente llamada “Policía de Proximidad”.

Es importante que estos agentes del orden, que son el primer contacto con la ciudadanía, entren en funciones en los principales municipios tamaulipecos.

Como Ciudad Victoria, Tampico, Madero, Altamira, El Mante, Matamoros, Río Bravo, Reynosa y Nuevo Laredo, entre otros.

Un cuerpo policial municipal bien capacitado y remunerado como están formándose hoy en la Universidad de Seguridad y Justicia,  dará resultados inmediatos.

Es difícil, para los Ayuntamientos, coadyuvar  en las tareas de coordinación para el mejoramiento de la seguridad si no hay una institución a su mando.

Las tareas de reconstrucción del tejido social en donde se están impulsando acciones como el deporte, la cultura, la capacitación para el trabajo y el sano esparcimiento de las familias, se acompañen de una vigilancia preventiva.

Aunque estas fuesen de un mando mixto, pero que estuviesen en los puntos clave en materia de prevención y anticipación.

Algunos presidentes municipales han hecho algunos esfuerzos y en tareas de gestión están buscando contar con esos cuerpos preventivos.

Hace unas semanas el Ayuntamiento de Matamoros, que preside Jesús de la Garza Díaz del Guante, dio a conocer algunos avances en esa materia.

Los hechos de violencia que ocurren en Reynosa y Victoria con más intensidad que otras ciudades en los últimos meses, bien podrían atenuarse con la aparición de estos cuerpos policiales.

De alguna forma darían un mejor cuidado a algunos puntos prioritarios como las escuelas, los hospitales, los centros laborales de mayor dinámica, evitando hechos que han derivado en víctimas colaterales.

En la generación de los ciudadanos del mañana, hay instituciones formadoras en valores, saberes, espiritualidad y el buen comportamiento en la comunidad.

Todas ellas, son complementarias: La familia forma en valores; la escuela en saberes; la iglesia es religión y espiritualidad;  y los Ayuntamientos a través de sus cuerpos municipales, velan por el respeto al Bando de Policía y Buen Gobierno.

Todas y cada una de ellas deben hacer su parte en la formación de ciudadanos de bien, ahora denominada “reconstrucción del tejido social”.

Hay serias deficiencias en todas: la familia está desintegrada, la escuela desvinculada, la iglesia se quedó en el púlpito y los Ayuntamientos no tienen Policía Municipal.

No es lo mismo acercar a un policía ordinario a las familias que a todo el pelotón de militares con armas de  alto poder, o al Grupo Especial Antisecuestros, con policías cubiertos del rostro.

Cada quien debe hacer su función en la cadena de los cuerpos de seguridad para contribuir a solucionar el problema.

Creo que todos los alcaldes están conscientes de ello y dispuestos a restablecer sus cuerpos de seguridad preventiva.

Desde Enrique Rivas en Nuevo Laredo; ni se diga Maky Ortiz de Reynosa o Juan Diego Guajardo de Río Bravo, que no sienten lo duro sino lo tupido; o bien, Jesús de la Garza en Matamoros.

También ayudaría a Oscar Almaraz en Victoria; a  Laura Amparán en Altamira;  Andrés Zorrilla en Madero, Magda Peraza en Tampico y Francisco Leal en Mante, entre otros.

Tiempo de intentar juntos enderezar al “jorobado de la inseguridad”