Columnas

Retroceso olímpico de Héctor Escobar en la SET

Remache del cambio

Por: Enrique Zúñiga Castillo

Retroceso olímpico de Héctor Escobar en la SET

Uno de los proyectos mejor consolidados y trascendentes del doctor Jaime Torres Bodet, como secretario de Educación Pública, inició entre 1958 y 1959. Consistió en invitar a los alumnos más destacados a una ceremonia especial con el presidente de la república. Tal proyecto tiene vigencia. Además de saludar al primer mandatario, los estudiantes tienen la oportunidad de pasear en algunos lugares interesantes de la ciudad de México. La crema de la niñez mexicana, cada año, se ve estimulada por sus esfuerzos.

Para seleccionar a los mejores alumnos de sexto grado, en cada entidad se desarrolla un concurso denominado Olimpiada del Conocimiento Infantil. Durante varios años el certamen ha consistido en aplicar un examen objetivo a los alumnos que durante ese ciclo escolar cursan el sexto grado. Se les aplicaba al cien por ciento del total de la matrícula. La misma Secretaría de Educación se encargaba de ejecutar el cotejo en todas las escuelas.

Lo anterior evitaba el manoseo al que pudieran ser tentados algunos educadores, es decir, conocer de antemano los reactivos de las pruebas y dárselos a saber a los niños. Lo cual, obviamente implica un acto de corrupción que beneficia a los alumnos carentes de méritos y excluyente de los mejor acreditados.

La operación requería una serie de elementos logísticos y materiales. Los maestros aplicadores se intercambiaban e iban a grupos extraños. Los exámenes eran elaborados por una sola dependencia y ejercía un control rígido en su manejo.

Durante el presente ciclo escolar, la Secretaría de Educación de Tamaulipas dirigida por Héctor Escobar Salazar, decidió dar un giro de tuerca y retornar al pasado. Actualmente se están aplicando las pruebas a los niños de sexto grado según criterios ejercidos por las supervisiones y jefaturas de sector. Lo acostumbrado es la compra-venta discrecional de exámenes elaborados por empresas privadas. Esto permite que con buena o mala fe, haya maestros que adquieran tales instrumentos de evaluación y los den a contestar a sus alumnos, antes de la fecha del examen oficial. Tal práctica se toma como un calis pero también puede haber quienes lo hagan con toda la intención de hacer trampa.

La aplicación de la forma explicada líneas arriba permite que la SET de Escobar se ahorre unas monedas lo cual no deja de ser mezquino,  pero bajo el argumento de la austeridad.

Para rematar, hace unos días, una maestra matamorense amordazó con cinta canela a un niño como represalia por su comportamiento. Esa profesora resultó idónea para ocupar una plaza después de someterse a los exámenes respetivos. Aprobó todo. Así de “idóneos” son los exámenes aplicados por la SET. Al respecto, Santiago Jiménez Zavala, dirigente de las asociaciones de padres de familia en Tamaulipas, ya puso en entredicho si los maestros tienen la capacidad para responder adecuadamente ante situaciones disciplinarias difíciles.

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