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Reynosa la joya.

Tribuna

Por Javier Terrazas

Reynosa la joya.

En la frontera de Tamaulipas, con 371 kilómetros de extensión desde Nuevo Laredo a Matamoros, habita el 52 por ciento de la población de la entidad.

De ahí que lo que ocurre en esa región en uno u otro lado del río Bravo, tiene influencia en al resto.

Desde el punto de vista del comercio internacional, Nuevo Laredo-Laredo tienen mayor movimiento, pues por ahí pasa cerca del 35 % del intercambio bilateral México-Estados Unidos.

Sin embargo, Reynosa, por su crecimiento explosivo, diversidad económica, mayor población y ubicación estratégica en la entidad,  se convierte en la ciudad referente.

Y en efecto, de acuerdo al censo de población y vivienda del INEGI del año 2015, el municipio tiene 646 mil 202 habitantes, que representan el 18.77 por ciento de la población estatal, estimada en 3 millones 441 mil 698 ciudadanos.

Si a Reynosa le agregamos la población de los dos municipios conurbados, Río Bravo con 122 mil 887 personas  y de Díaz Ordaz, 15 mil 398, se llega a 784 mil  487 ciudadanos.

Esa zona metropolitana representa ya el 22.8 por ciento de la población tamaulipeca.

Dicha zona, además de una pujante industria maquiladora, tiene riqueza petrolera, pues hay industria, exploración y explotación de gas en la Cuenca de Burgos, ganadería, agricultura, comercio local y comercio internacional.

De ese tamaño es su peso económico, población y político, de ahí que lo que ocurra en Reynosa y sus poblaciones anexas, tiene un impacto directo en la cuarta parte de los tamaulipecos.

Si las balaceras siguen y el caos se prolonga, la tensión directa y zozobra permanece en uno de cada cinco tamaulipecos.

Si las clases se interrumpen por temor a los riesgos que se presentan por la batalla campal que se da entre las células criminales que se disputan la plaza, uno de cada 5 niños deja de recibir clases.

Sobrada razón tiene por tanto el gobernador de la entidad, Francisco García Cabeza de Vaca se permanecer en aquella ciudad por días y quizá semanas para coordinar las acciones que permitan regresar la tranquilidad y la paz.

Y quizás sea importante que se apersone con una buena parte de su gabinete estatal, que por cierto son originarios de Reynosa, para que la estrategia que apliquen sea integral.

Es decir, que las acciones se apoyo a ese municipio que gobierna la panista Maki Ortíz Domínguez y donde por cierto hay una representación del Gobierno del Estado en la persona de Francisco Garza de Coss, se dé una gran coordinación en estos niveles de Gobierno.

Para luego buscar el engarce con el gobierno federal, a fin de que de manera conjunta puedan operar en esa delicada misión.

Y obligado es que lo realicen de la mano de la sociedad reynosense, para lo cual deben ganarse primero la confianza, que no se logra por decreto ni por exigencia, sino en función de la cercanía y la empatía que se despierte en el quehacer público.

Ahora sí que Reynosa, se colocó el aparador nacional, desgraciadamente con este caos interno, que le está haciendo mucho daño, pues paraliza su economía local, frena inversiones y ahuyenta al turismo.

Urgen los bomberos profesionales para que apaguen el fuego, que difícilmente se sofoca a gritos y sombrerazos.