¿ROBERTO FLORES PEÑA, QUIERE SER MÁS QUE JUAN DIEGO GUAJARDO?
*.- ¿Pretende figurar políticamente? *.-“Debe ponerse a trabajar y nomás hasta ahí”, dicen.
Por: JUVENTINO LOO
Cd. Río Bravo, Tam.-La lealtad entre funcionarios y más cuando se le deposita la confianza a alguien para que dirija algún departamento dentro de un ayuntamiento, debe de ser al cien por ciento.
Sin embargo, en política aflora la “Cloaca”, cuya inmundicia viene a defraudar a quien por azares del destino lo destinó a apoyar en una labor conjunta para beneficiar al pueblo.
Empero, es tanta la soberbia, que con el “yo-yo” y orgullo, piensan que son absolutos cuando “arriba” está la “mera cabeza” quien es el único que puede hacer y deshacer.
Piensan además que con el trabajo que realizan, ya están ubicados en las preferencias de la gente, pero nunca toman en cuenta que su labor es comandada por el de “Arriba”, en este caso el Presidente Municipal y tienen que…
!Acatar lo que se les ordena!…
¡A “guefo” e Indiscutible!
Sin aspirar—claro está– a ser el mandamás en una administración municipal y mucho menos creerse que por él u otras causas, “todo va viento en popa” y en situaciones electorales sería quien mandara…
¡Garrafal error!
Hay que ser institucional y dejar de andarse promoviendo…
Sí es el caso…
¿Por qué y para qué?
¿Qué condiciones tiene, políticamente hablando?
¿Dinero?
Ta’canijo porque a veces no quieren gasta ni en un refresco…
Pues bien.
Resulta que en el homenaje a las madres realizadas en el salón “Victoria” y sentado Roberto Yolotl Flores Peña, director de desarrollo social en el municipio, en la mesa principal, acompañando al alcalde Juan Diego Guajardo Anzaldúa, su esposa Rosalva Viera de Guajardo e hijas Damaris y Valeria, se denotó el “Yo-Yo”, soberbia, pero sobre todo, altanería ante su jefe el alcalde Juan Diego Guajardo Anzaldua, porque ante la presencia de su patrón, quería figurar más que la primera autoridad.
Y una prueba más de ello, al citar su nombre el maestro de ceremonias, las madrecitas aplaudieron mucho.
Pensaron que había puesto de acuerdo a algunas damas de las colonias para que le aplaudieran.
Gente incondicional, como asesores, etc., al ver esta acción, en un buen diálogo con el periodista, comentaron: “Fíjate que ya el alcalde está hablando con (…) pero no entiende…ya lo ha hecho en otros actos”.
Un ejemplo más en el que Roberto Y. Flores Peña, cometió otro incalificable error, fue cuando representando al alcalde Juan Diego Guajardo Anzaldúa, habló en la graduación de alumnos de la Universidad del Noreste, evento que se llevó a cabo en la CANACO de Río Bravo y hay grabación de ello.
Ahí, en lugar de decir que el alcalde (Juan Diego Guajardo Anzaldúa) les mandaba decir…(SIC)…y que continuaran estudiando, el secretario de desarrollo social en el municipio, se concretó a hablar de él y de su familia diciendo que sabía lo que era el estudio y que cuando estaba en secundaria supo lo que era estudiar (…) y así se los ha inculcado a sus hijos…
Nomás habló sobre él…
Pero nunca—repito—dijo lo que el alcalde podría decir en ese sentido.
En nuestra opinión, quiso hacer lo suyo…figurar él…
Y la pregunta es…
¿Ahora los patos le quieren “tirar a las escopetas”?
Sin embargo, eso no es todo.
A principios de la actual administración 2016-2018, el despotismo de Roberto Yolotl Flores Peña, se dejó sentir y más palpable fue que sin explicación ninguna empezó a despedir a algunas damas que desde un inicio trabajaban en el departamento de Desarrollo Social que él dirije.
Sabía de antemano que entre otras damas de ese departamento, figuran varias que siempre han trabajado en campañas, etc., con el actual Presidente Municipal Juan Diego Guajardo Anzaldúa, pero eso no le importó.
Los nombres de las quejosas, se omiten por obvias razones.
Algunas de esas damas, por instancias de “arriba” fueron cambiadas a otros departamentos, pero otras definitivamente se fueron ante la apatía y prepotencia de Roberto Yolotl Flores Peña.
Hasta este momento…
Así están las cosas.
Eso es todo.
Y punto.
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