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18 DE MARZO: ¿ALGO QUE CELEBRAR?

HIPÓDROMO POLÍTICO

POR CARLOS CORTES

18 DE MARZO: ¿ALGO QUE CELEBRAR?

La realidad es que este 18 de marzo, Petróleos Mexicanos no tiene mucho que celebrar porque en el aniversario ochenta y uno de la expropiación petrolera, su producción de crudo enfrenta el peor nivel de los últimos 40 años.

Y le comparto números: en enero de este 2019, la empresa que dirige el agrónomo Octavio Romero Oropeza produjo 1,623 millones de barriles diarios de petróleo, mientras que, en noviembre de 1979, hace 40 años, con otro escenario nacional e internacional enfrente y con una población de poco más de 67 millones de personas, la petrolera mexicana producía 1,615 millones de barriles diarios, de acuerdo con la Comisión Nacional de Hidrocarburos.

La situación de PEMEX al día de hoy es multifactorial, lo que significa que sólo puede explicarse en el análisis de múltiples circunstancias y se remonta a 2014, cuando comenzó la crisis internacional de precios, que alcanzó su peor momento en enero de 2016. En dicho periodo, el barril de la mezcla mexicana de petróleo cayó desde los 100 dólares en que se encontraba, a sólo 18 dólares por unidad.

Ello motivó a que, en febrero de 2016, el Gobierno Federal de Enrique Peña Nieto recortara 100,000 millones de pesos al presupuesto de la empresa productiva del Estado. Además, la petrolera mexicana estaba tratando de estabilizar la caída de la producción desde su máximo histórico de 2004, cuando producía 3.4 millones de barriles diarios, pero la sobreexplotación del mega yacimiento de Cantarell, que por sí solo producía 2 millones de barriles por día, agotó rápidamente sus reservas y hoy solo produce tristes 148,000 barriles diarios. Otro de sus mayores activos, Ku-Maloob-Zaap, también ha comenzado a declinar.

Y aunque el gobierno mexicano ha elevado en 25% el presupuesto para Pemex Exploración y Producción a 1,500 MDD anuales, este nivel luce insuficiente comparado con los recursos que se destinaban antes de la crisis de precios. Solo en 2013, el gobierno destinó 23,300 millones de dólares cuando Pemex Exploración y Producción producía 2.5 millones de barriles por día, de acuerdo con los reportes de la compañía del cuarto trimestre de ambos años.

Pemex tiene como meta petrolera para 2019 una producción de 1.773 millones de barriles diarios, 4% menos a la meta presentada en diciembre de 2018. Además, la nueva administración ha pospuesto asociaciones con empresas privadas para aumentar la producción de la petrolera, y ha concentrado su estrategia para revertir la tendencia a la baja con el desarrollo de 20 campos, 16 marinos y cuatro terrestres en el Golfo de México.

“Es un reto.  Existe un declive de la producción. Va a depender del modelo operativo que empujen hacia Pemex, si se vuelve eficiente se puede revertir la producción”, declaró Héctor Rocha, líder adjunto para el sector energético.

Al mediodía de este lunes, en la Refinería de Tula, en Hidalgo, y durante su discurso conmemorativo del 18 de marzo, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que durante la aplicación de la política neoliberal en México se buscó la destrucción de las industrias eléctrica y petrolera, por lo que ahí, López Obrador reafirmó su compromiso para rescatar a esta última con el apoyo de los trabajadores del ramo. Y sentenció: por dichas circunstancias “no se puede decir que la reforma energética fue una buena decisión para el país” aseguró el presidente de México.

El ejecutivo federal enfatizó que no se va a incumplir con los contratos otorgados, sino que por el contrario «los vamos a poner a competir porque les vamos a demostrar que vamos a hacer más eficiente a Pemex, que las empresas particulares».

El mandatario mexicano explicó que se incumplieron las expectativas planteadas por la reforma energética, con las que se dijo que se estarían extrayendo tres millones de barriles diarios y se está extrayendo tan sólo un millón 700 mil barriles: «se cayó la producción petrolera desde que se aprobó la reforma energética a la fecha en 800 mil barriles diarios», e incluso, aumentaron los precios de los combustibles.

El mandatario resaltó que se llevará a la práctica la recuperación de la producción petrolera con la puesta en marcha de 20 nuevos campos en la materia, así como destinando presupuesto suficiente y con la rehabilitación de las seis refinerías. Y en ese sentido, López Obrador reconoció a los trabajadores de esta refinería, pues consta de puros «fierros viejos» que no han recibido mantenimiento, por lo que es heroico lo que aquí hacen.

De acuerdo con López Obrador, con la construcción de la nueva refinería de Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, se pretende dejar de comprar gasolina en el extranjero y producir en México todo lo que se consume, como sucedía en años pasados.

El primer mandatario reiteró que se transformará a Pemex y rescatará a esa industria que es tan importante para el desarrollo del país, y que será palanca para el desarrollo de México, al tiempo que también enfatizó de nuevo su compromiso de no aumentar en términos reales los precios de los combustibles.

Sin embargo, a todos nos queda muy claro que la industria petrolera mexicana está enferma, grave, muy grave y de no intervenir un cirujano, experimentado y conocedor del problema, el diagnóstico podría ponerse peor, el enfermo podría entrar en fase terminal y el pronóstico sería muy grave e irreversible. Y el futuro terminaría por alcanzarnos.

Le comparto que la empresa alemana Volkswagen, con importantes inversiones en México, ha anunciado que para el año 2025 tiene planeado que la totalidad de las unidades que venda alrededor del mundo serán eléctricos, lo que representa una seria amenaza para la industria petrolera del mundo.

Este cambio de paradigma en la industria automotriz significará el despido de miles de trabajadores en todas sus instalaciones alrededor del mundo, siete mil de los cuales se quedarán sin trabajo en este 2019. Y mientras esto ocurre en una de las compañías más importantes del mundo en la fabricación de automóviles, nosotros en México seguimos discutiendo si se construye o no la refinería de Dos Bocas en Tabasco, cuando debemos entender que los motores a base de combustibles fósiles van de salida y el futuro próximo son los motores eléctricos.

¿Y entonces que debe hacer el Gobierno Mexicano? Me parece que se debe formar un grupo de trabajo, que no comité, con objetivos y metas cuantificables, que establezcan un programa de trabajo que permita al Gobierno de México voltear sus ojos hacia las energías, limpias y renovables, para enfrentar con éxito los problemas de hoy con soluciones de futuro.

Si seguimos entrampados en esta discusión, el futuro terminará por alcanzarnos, como ya lo ha hecho en otras ocasiones, y nos habrá de encontrar con los dedos entre la puerta y hará pagar muy caro a nuestras futuras generaciones por seguir discutiendo frivolidades en lugar de realmente tomar al toro por los cuernos e incluir a expertos en la solución de los grandes problemas nacionales.

Y entonces, nos daremos cuenta que los políticos deben ser sólo coordinadores, pero el trabajo lo deben hacer los expertos calificados, los que saben, los que si tienen experiencia y los que han dado resultados en el ramo en el que se han desenvuelto. De otra forma, si seguimos a la pizca de soluciones mágicas y de inspiración divina, de iluminados y mesías, seguiremos condenados a mantenernos amolados como hasta ahora, con una pobreza lacerante que hoy afecta a más de 63.4 millones de mexicanos y con cero soluciones confiables e inteligentes a los problemas de México.

Y me pregunto nuevamente: ¿Hay algo que celebrar este 18 de marzo? ¿Si pudiera, qué opinaría el Gral. Lázaro Cárdenas Río de cómo se encuentra la industria petrolera hoy en día? ¿El precio de las gasolinas en México verá su baja en los próximos meses? Creo que todas ellas son preguntas que merecen una respuesta de la araña. Y sólo hablo del tema de las energías renovables, pero falta analizar los problemas de la pobreza y de la violencia, flagelos que están afectando a nuestro país desde hace varias décadas. Por lo pronto, las decisiones del Aeropuerto de Texcoco y de la Refinería de Dos Bocas, me parece, no fueron las mejores.

Por cierto, más que notoria fue la ausencia, del evento presidencial, del dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, Carlos Romero Deschamps, lo que de inmediato despertó sesudas suspicacias sobre el futuro del multimillonario trabajador petrolero. ¿En huída libre o tras las rejas? Hagan sus apuestas señores.

Gracias por recibirnos. Sus comentarios son bien recibidos en nuestro correo electrónico hipodromo.politico@gmail.com. Y también estamos en twitter @CarlosCortesMX.