Columnas

Aburto en Ciudad Madero

In Memoriam

Aburto en Ciudad Madero

Fernando Azcárraga L.

A nueve o diez días después de haber iniciado su campaña por la presidencia de la república el candidato Luis Donaldo Colosio realizo una gira de trabajo en Tampico y Ciudad Madero. En ese entonces me desempeñaba como presidente municipal de Tampico habiendo asumido el cargo desde el primero de enero de 1993 por lo que a un año y diecinueve días aproximadamente de ello tuve el honor de recibir a Luis Donaldo como candidato a presidente de México. Mi relación con él era muy buena y además tenía el honor de ser su amigo desde hacía algunos años atrás. Fue él quien siendo presidente nacional del PRI me invito a dirigir al que era entonces mi partido en Tampico. Un día me hablo y me comentó que si podía ir a la ciudad de México a platicar con él. Yo en aquel entonces era administrador de la aduana y hube de hacer un espacio para poder concretar mi cita con Luis Donaldo. Recuerdo que en ese viaje al DF y a las oficinas del PRI nacional sucedieron diversos momentos curiosos e interesantes que hoy para no hacer largo el texto me los quedo.

Ya en la oficina de Luis Donaldo me comentó que en la última elección para diputado federal (agosto de 1991) el PRI llevando a Diego Navarro al frente, fue derrotado por un amplio margen en la elección de diputado federal por Carmen Bolado, un ama de casa que prácticamente arrolló al controvertido representante sindical de los alarifes del puerto.

Teníamos claro que al año siguiente habría elecciones municipales por lo que había que trabajar muy duro para restructurar el partido, preparar candidatos y buscar la forma de que el PAN no avanzara mas ya que era el partido que ganó contundentemente la elección y que además nunca había obtenido un triunfo en una elección federal en Tampico. Hablamos y en principio acordamos un programa de trabajo y me comentó que él se encargaría de allanar el camino para que mi llegada a la presidencia del partido se diera sin sobresaltos y con unidad.

Me hablaba con frecuencia para comentar y aconsejar algunos temas políticos, pero un buen día se enteró que yo seguía siendo el administrador de la aduana y me dijo que era mucho el trabajo que requería el partido por lo que me pidió que renunciara a la Secretaría de Hacienda para dedicarle todo el tiempo a preparar las próximas elecciones municipales, me puso en contacto con María de las Heras, su encuestóloga de más confianza y nos pusimos de acuerdo para ir midiendo las preferencias electorales y otros aspectos políticos del municipio. En aquellos años, vale la pena recordar que no se acostumbraba medir las preferencias. Creo que fuimos los primeros en hacerlo de forma sistemática.

El plan de Luis Donaldo en Tampico estaba en marcha y así continuo hasta que me invitó a ser candidato a presidente municipal en una elección en la que competí y ahora fui yo quien le ganó a la misma Carmen Bolado quien había derrotado al PRI en la elección federal.

Para ese tiempo Luis Donaldo había pasado de la presidencia del PRI a secretario de Desarrollo Social del gobierno de Salinas de Gortari. Mi amistad además de reafirmase entró en una nueva dinámica. Yo era uno de los 100 soldados del programa priísta de “100 ciudades” y Luis Donaldo trabajaba para ganar la candidatura y posteriormente la presidencia de la república.

Pero ¿a qué a viene todo esto? se preguntaran… resulta que como en un inicio comenté el ya candidato Colosio, pero ante todo, amigo de quién esto escribe, visitó la zona y me tocó acompañarle y recibirle. Hoy a veinticinco años de distancia tengo un recuerdo preciso de ese día que aún no puedo borrar de mi memoria. Un recuerdo de un hecho sucedido en el transcurso de aquella jornada de trabajo. Les explico: El sindicato petrolero en la zona era una gran fuerza política y en el Centro de Convenciones más conocido como el “Quina Dome” hubo un evento masivo programado creo que para las seis de la tarde y como era enero, a esa hora ya estaba oscuro; recuerdo que venía comentando con Colosio que después de ese evento iríamos a Televisa, en aquel entonces Canal 7, a una entrevista con Lubín Jiménez y posteriormente a una cena con matrimonios en el hotel Camino Real. En eso estábamos, cuando a unas tres cuadras de llegar al Centro de Convenciones circulando por la calle Francisco Sarabia el autobús que nos trasladaba da la vuelta a la derecha en la calle Durango para llegar directamente al lugar de la reunión y el general Domiro García jefe de escoltas del candidato nos interrumpe y en voz baja le comenta que un grupo de personas tenían bloqueada la calle y que pedían que se bajara a saludarlos. Agregó que al frente del grupo estaba personalmente el alcalde de Ciudad Madreo Alfredo Pliego Aldana. Perredista. Después de escuchar ello la cara del candidato se transformó en preocupación y volteó hacia mí. -Es amigo nuestro Pliego, recuerda que lo lleve a Aguascalientes hace un tiempo a platicar contigo del programa “100 ciudades” y que ahí se comprometió a apoyarte – le dije. Luis Donaldo entonces le dijo al General que iba a bajarse y yo le sugerí que ante la proximidad del lugar del encuentro nos podíamos ir caminando. Así fue. Bajó del camión y saludando al súbito contingente llegamos al Centro de Convenciones de Madero en medio de centenares de personas, sin suficiente luz que iluminara la ruta, con un jefe de escoltas obviamente preocupado y tratando de organizar la seguridad del tramo que íbamos caminando. Afortunadamente en esa ocasión no hubo incidente alguno, el recinto estaba completamente lleno y el ambiente de completa fiesta con porras y matracas hicieron que el evento fuese todo un éxito.

Hoy, a veinticinco años de aquel día me persigue la idea de qué hubiese pasado si Mario Aburto en lugar de haber estado en Lomas Taurinas en Tijuana hubiese estado en la calle Durango de Ciudad Madero a dos cuadras del Centro de Convenciones. ¿Cuál hubiese sido mi situación por haber sugerido que bajase del camión y caminara hasta el famoso Quina Dome? Sesenta y tres días después de estos hechos que les comparto Luis Donaldo Colosio Murrieta fue atacado. Mario Aburto se introdujo entre la multitud desordenada que acompañaba al candidato para darle un balazo en la cabeza que termino no solo con la vida de un hombre sino con el sueño de un pueblo que tenía hambre y sed de justicia. Descanse en Paz.

Un comentario en «Aburto en Ciudad Madero»

  • En momentos difíciles hay que tomar decisiones importantes, sin embargo nadie nos tiene preparados para lo inevitable… Si no era Lomas Taurinas hubiera sido otro lugar. Su destino ya lo había decidido alguien… Gracias por compartir

Los comentarios están cerrados.