Columnas

AL VUELO – Brondo

Por Pegaso

Estaba yo recostado en mi mullido cumulonimbus, viendo la esquela de un viejo amigo y profesor del CBTIS 7, Juan Francisco Brondo Cepeda, el popular Profe Brondo, fallecido en Saltillo el pasado 19 de abril.​

Ver su rostro marchito y avejentado me hizo recordar las muchas historias que viví durante mi época de estudiante. Durante la primera clase llegó hasta el salón de clase un sujeto alto, de pelo rizado y bigote poblado, parecido al Profesor Jirafales. Era el Director de la escuela, Juan José Espinosa Rosales.​

-«Cada uno me va a decir su nombre»,-dijo. Éramos como 54, pero sin dificultad alguna repitió el nombre de todos, sin equivocación.​

Meses después me lo encontré en el patio y le pregunté cómo le hizo para recordar todos los nombres y me contestó:​

-«Mira, Pegaso»: Asocié cada nombre con alguna característica de su vestimenta. Por ejemplo, tú traías un paliacate en el cuello y pensé: «Pegaso-paliacate». ¡Fácil!»​

Luego, entre recesos, conocí al Profe Brondo.​

Yo quería aprender a jugar ajedrez, así que me acerqué a la biblioteca donde Brondo tenía un grupo de estudiantes que ya jugaban medianamente bien.​

Sus alumnos le decían «Brondo, redondo, barril sin fondo», porque era de cuerpo rollizo, pero de rostro amable. Él mismo solía bromear acerca de su constitución física, así que mi aprendizaje del ajedrez se hizo más ameno.​

Solía decirnos, mientras jugábamos entre nosotros, a manera de advertencia cuando nuestro caballo estaba en peligro o había una jugada buena: «Mira mi mula, chalchicomula, racata, placata, plam», y entonces uno se daba cuenta de la situación y la corregía.​

Brondo formaba parte de un grupo de practicantes de ajedrez entre los que estaba la dinastía de los López: Vito Elio, Víctor Hugo y Alíber.​

Gracias a su talento y tesón, surgieron del CBTIS 7 (entonces era el CECIT 135) nuevas generaciones de destacados jugadores de ajedrez.​

Posteriormente, Brondo se fue a radicar a Saltillo y el juego ciencia se fue a pique en Reynosa.​

Ciudades como Matamoros, Tampico, Ciudad Victoria e incluso Río Bravo cuentan con mejores jugadores, realizan torneos con mayor frecuencia y hay resultados mucho mejores que en Reynosa.​

Considero que hacen falta más Brondos en las escuelas para dar un nuevo impulso a este bonito juego que ayuda a mejorar la comprensión espacial, aporta una buena dosis de concentración y paciencia, además de potenciar el aprendizaje abstracto.​

Va el refrán estilo Pegaso: «La consorte del soberano es el monarca». (La Reina es el Rey).