Columnas

Al Vuelo-Elefante

 

Por Pegaso

Hay en el mundo varios tipos de elefante. El elefante africano de sabana (Loxodonta africanus) es el mayor mamífero terrestre que existe, con un peso promedio de 6 toneladas y una altura de 4 metros. Su característica principal son sus enormes orejas y su trompa flexible.

Tenemos también el elefante asiático (Elephas máximus), el elefante marino, el pájaro elefante, el grupo de música Elefante y el Hombre Elefante, mejor conocido como Alejandro Rojas Díaz-Durán, alias «El Perro Pantorrillero».

¿A cuál de ellos se refiere el Pejidente cuando dice que México se parece a un enorme elefante reumático y mañoso?

La imagen que presenta el primer morenista del país es algo perturbadora: Un venerable anciano que peina canas empujando del trasero a un pesado paquidermo y éste que se niega a caminar porque sus anteriores domadores le enseñaron malas mañas.

Ahora que si se refiere a otro tipo de animal, como el elefante marino, tendría que irse a Cancún, echarse un chapuzón entre los sargazos y buscar en las olas marinas algún ejemplar de palmípedo lo suficientemente pesado como para intentar empujarlo.

Si lo que quiso decir es que México se parece al pájaro elefante, le informo que ese tipo de ave ya está extinta y no necesita empujarla. Sería cuestión de buscar en algún museo a ver si hay fósiles de ella.

Con el grupo Elefante no va a batallar. Sólo páguele algunos cuantos miles de dólares y vendrán solitos a tocarle al balcón del Palacio Nacional.

Por el contrario, al «Perro Pantorrillero», Alejandro Rojas Díaz Durán no necesita empujarlo. Solito va a venir a restregarse en su pantorrilla, sacando la lengua y moviendo la colita.

Conocido ahora como El Hombre Elefante, Rojas Díaz Durán es idóneo para atacar, arrollar y empujar a gobernadores, alcaldes y todo aquel fifí o conservador que se oponga a la utopía de la Cuarta Transformación.

Recién en Reynosa, Rojas Díaz-Durán, cuando una furibunda mujer se le acercó para interpelarlo, se describió a sí mismo como un elefante: «Tengo una piel gruesa para aguantar los golpes-dijo en esa ocasión-, una trompa grande para olfatear a grandes distancias, unas orejas enormes para escuchar lo que se dice, unas patas grandes para estar bien plantado en la tierra y un colmillo retorcido, además de una cola corta».

Así se describió a sí mismo «El Perro Pantorrillero».

¿Será ese tipo de elefantes al que se refiere AMLO?

Y la segunda pregunta que me hago es: ¿Logrará re amaestrar al proboscídeo para que deje de tener las malas mañas que dice que tiene?

Esas y otras preguntas son las que hay en el aire en este momento y dominan ampliamente la agenda política nacional.

Concluyo con el refrán estilo Pegaso que a la letra dice: «Extraeremos a dicho cuadrúpedo de nombre científico Bos taurus de la hondonada». (Sacaremos a ese buey de la barranca)