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AL VUELO-Lores

AL VUELO-Lores

Por Pegaso

Andaba yo volando allá, en la estratósfera, tratando de capotear los cohetones y disparos de arma de fuego que aventó la raza durante la noche del año nuevo, pero por poco me peinaba de rayita en medio una méndiga bala calibre .50 que salió no sé de dónde; así que decidí refugiarme en mi cumulonimbus favorito hasta que pasara toda la tronadera.

Ya más tranquilo me puse a repasar en mi lap top HP convertible a Apple sobre las modas y modismos que gozaron de mayor popularidad en el 2016.

 Algo que me llamó la atención desde que empezó a salir en las redes sociales es el tema de los lores y ladies.

 Todo empezó en el 2013, en la colonia Polanco.  Unas alcoholizadas jovencitas de sociedad se pusieron al tú por tú con los cumplidos y abnegados agentes viales de la capirucha.

Les mentaron a su mamacita, les dijeron que los iban a cesar y trapearon con ellos a placer, pero no contaban con que alguien las estaba grabando y que sus ridiculeces serían subidas a las redes sociales, expresamente a You Tube.

«Las Ladies de Polanco» fueron la punta del iceberg.

 A partir de ahí empezaron a surgir videos individuales con los cuales se pretendía exhibir la prepotencia, el lenguaje florido y las señales obscenas de que eran capaces aquellas hijitas de papi todas modositas y educadas, pero que con dos o tres tragos dentro se vuelven unas diablillas.

 Siguiéronles la Lady Profeco, Lady Senadora y muchas más.

Luego el fenómeno pasó a los hombres, porque no era cuestión de que el sexo masuclino se quedara atrás en ésta nueva moda que arrasa las redes sociales.

Lord Cachiporra, Lord Rolls Royce, Lord Audi…, la lista se hacía infinita, porque los abusos que cometen esos hijos de papi son de todos los días.

 El 2016 fue especialmente prolífico en lores (que no lords) y ladies, como se verá enseguida:

-Lady 100 pesos: Joven y fuapa mujer que participó en un choque múltiple, quien pretendía arreglar todo con un billetito de cien pesos.

-Lady Nochebuena: Esta mujer paseaba desnuda en la plaza principal de Cuernavaca para demostrar que las mujeres pueden salir a la calle como se les dé su regalada gana sin que nadie las moleste ni les diga nada.  (Sólo espero que no se le ocurra la misma idea a Paquita la del Barrio).

-Lady Cajero: Este jocoso video se hizo viral porque una mujer, para evitar que miraran a su acompañante sacar dinero de un cajero automático la cubrió con su suéter.

-Lord Walmart:  Este sujeto agredió a un empleado de una tienda Wal Mart en Querétaro porque le pidió que estacionara bien su vehículo.  Tras su teatrito, fue inhabilitado como miembro del Consejo de Honor y Justicia de la Policía Estatal.

-Lord Cochinito: Un individuo que iba acompañado por su familia se estaba echando unos tacos de suadero en un puesto callejero de Guadalajara, pero aprovechó un descuido del propietario para llevarse un cochinito de barro repleto de propinas.  Lo bueno fue que había una cámara de circuito cerrado que pudo captar la escena completita.

-Lord Láser:  Seudoaficionado del América que se dedicaba a lanzar su láser a la cara de los jugadores de los Tigres de Nuevo León para encandilarlos y así, hacer ganar a su equipo.

-Lady Pedos:  Un aigre que se le salió a la gordibuena de Ingrid Coronado cuando iba a resbalar en el programa de televisión en el que participa.

-Lady Wuuuu:  Un jotito más feo un coche por debajo se hizo popular por su peculiar forma de manifestar la alegría que siente por su grupo musical favorito.  (Pienso que al subirlo a las redes, quien le asignó el título al video no sabía qué ponerle, porque en realidad no era ni lord ni lady.  A final de cuentas le ganó el espíritu homofóbico y le puso lady en tono de burla, aunque eso lo hizo aún más viral).

Y le podemos seguir hasta el infinito.

 Los avezados analistas del comportamiento humano sugieren que la popularización de este tipo de videos se debe al deseo latente de la sociedad de aplicar un castigo a las personas que tienen un comportamiento prepotente, abusivo y gandalla.

Por regla general, los lores y ladies son individuos poderosos, o relacionados con alguien poderoso.

 Casi siempre se les ve en vehículos lujosos y ropa de buena marca.  Sin embargo, todo ello contrasta con el lenguaje florido que utilizan cuando quieren sobajar o vilipendiar a quienes osan enfrentar su ira.

El fenómeno no es nada nuevo.

 En mi salón de clases de la preparatoria, hace algunos ayeres, teníamos una compañerita de la alta sociedad que cierta vez enfrentó a uno de sus condiscípulos a quien calificó de «proletario».

 Lástima que en aquel entonces no traía yo una cámara de video ni había aún redes sociales, si no, la habría bautizado como «Lady Proletaria».

 Hace unos cuantos meses, al tratar el mismo tema, me atreví a profetizar algo que hasta ahora no se ha cumplido, pero que no tarda en salir a la luz pública:  Los seniors y kids.

 O sea, ¿por qué limitarse sólo a hombres y mujeres? Qué, ¿a poco no hay chiquillos afrentosos y viejos amargados?

Yo sugiero que si un chavo es víctima de bullying en su escuella cargue siempre una cámara para grabar las inocentes travesuras que le haga su compañerito, lo suba a las redes sociales y le ponga un título chistoso, algo así como «Kid Calzón Chino».

Con menos frecuencia, pero también puede ocurrir que un viejón de rancia alcurnia quiera humillar a su chofer.  Entonces, el empleado puede pedir a un amigo que grabe la escena y la publique en Facebook bajo el título de «Senior Bastonazos».

No lo sé, ahí se los dejo a la imaginación, porque el asunto da para mucho más.

 La pregunta es: ¿Para qué ha servido todo eso?

Evidenciar los abusos de lores y ladies no ha traído consecuencias mayores para los prepotentes.

Si bien la policía logró echarle el guante a los agresores de la senadora Gabriela Guevara, en el 99% de los casos andan libres y ni siquiera pagaron una pinche multa, lo que hace suponer que, efectivamente, son personas intocables.

A la gente común y corriente no le queda otra que reirnos de tanta pendejada en las redes sociales, como una venganza simbólica frente a la impotencia que nos provoca la inacción de las autoridades.

Aquí el dejo con el refrán estilo Pegaso: “¡Deseo que la deidad me sorprenda una vez que cumplí con la liturgia católica de testificación y contrición!». (¡Que Dios me agarre confesado!).