Columnas

AL VUELO-Negros

AL VUELO-Negros

Por Pegaso​

Olvídese del reto de la Chona, del reto de los diez años o del reto de la ballena.​

No. Lo más nuevo y cool es el reto de la bolsa de carbón.​

Andaba yo volando allá, por el centro de la Ciudad, donde se sentía un calorcito rico, como anticipando la llegada de la primavera.​

Luego me vine a mi búnker para seguir buscando los casos más locos, estrambóticos o nunca vistos en las redes sociales y en Internet.​

Y me hallé con el nuevo reto viral, que me obliga una vez más a pensar si el Ser Humano ha regresado a la época de los Cromañones, Neandertales o Pitecantropus.​

El reto consiste en lo siguiente: Tómese una bolsa medio llena de carbón, de esas que venden en las carnicerías para asar pollo.​

Meta la cabeza en el interior, revuelva unos momentos mientras retiene la respiración y sáquela.​

Inmediatamente después tómese una selfie y súbala a sus redes sociales.​

El rsultado puede ser jocoso, pero también es sumamente peligroso.​

Asombra cómo una persona con un poquitín de neuronas puede hacer ese tipo de estupideces sólo para demostrarle a sus amigos que es capaz de realizarlo.​

Efectivamente. Si durante los segundos que está la cabeza dentro de la bolsa la persona llega a inhalar, puede provocar severos daños a los alveolos pulmonares al respirar el polvo de carbón.​

La foto siempre sale chistosa, porque da la impresión de que la persona es completamente negra, y sólo el blanco de los ojos y los dientes se nota.​

Me recordó aquel chiste discriminatorio que dice así: Un niño negrito se mete al cuarto de su mamá y empieza a echarse talco en la cara hasta que luce completamente blanco.​

En eso entra su papá y lo empieza a reprender.​

El negrito se sale mascullando de la habitación y diciendo: «¡Pinches negros!¡Por eso nadie los quiere!»​

Jóvenes, adolescentes, niños. Si hasta su lap top o teléfono inteligente ha llegado el reto del carbón, yo les recomiendo que se olviden de él, por lo peligroso.​

No me puedo imaginar quién diablos se dedica a crear esas barbaridades, salvajadas, bestialidades, animaladas, brutalidades,crueldades, irracionalidades, atrocidades, burradas, disparates, exageraciones, desatinos, dislates, idioteces, necedades, tonterías, borricadas, sandeces, hierros o torpezas.​

A mí se me ocurren otros retos más divertidos, que harán las delicias de los chiquitines:​

-Estudien hasta sacar diez en sus calificaciones, luego, sáquense una selfie con la boleta y súbanla a Facebook.​

-Sean obedientes con sus padres, abrácenlos y díganles que los quieren mucho. Posteriormente tomen una foto grupal y exhíbanla en el periódico escolar.​

-Usen palabras y expresiones que muestren su educación, no como el diputado Norroña, que debió crecer entre carretoneros, con perdón de los carretoneros.​

Luego de cumplir con esos retos, estén pendientes en este mismo espacio porque ya se me ocurrirán otras bonitas actividades que espero, se vuelvan virales.​

Por lo pronto, los dejo con el refrán estilo Pegaso: «Son similares a los cánidos de comunidad rural, emite sonidos guturales un primer individuo e inmediatamente después lo imitan los demás, aún sin conocer la circunstancia que lo propició». (Son como los perros de rancho, aúlla uno y aúllan todos, aún sin saber por qué).