Columnas

Al Vuelo-PRIsaurios

Por Pegaso

Andaba yo volando allá, cerca del viejo cascarón que antes servía de guari… perdón, de comité municipal al Partido Revolucionario Institucional.

Hoy luce abandonado y sucio, por dentro y por fuera. No es aquel edificio que donaron los petroleros en un terreno que en realidad es una calle y que les fue dado en comodato por algún alcalde que pagó de esa manera el haber llegado a la Presidencia Municipal.

Sabemos que después del 2000, el PRI ya no es lo mismo.

Al perder la Presidencia de la República fue como perder la virginidad. Ya no hay marcha atrás, ni cosiéndola.

Luego vino el descalabro del 2006, se recuperó en el 2012 pero volvió a caer en el 2018, pienso que para ya no levantarse ninca jamás.

Cuando el PRI era todopoderoso, hacía y deshacía a su antojo. Llegaba un ciudadano a la urna e inmediatamente se colocaba a su lado un sujeto sombrerudo y bigotón que le decía: «Vota por la banderita, mondao».

Luego vino la ingeniería electoral, el fraude, los acarreados, el embarazo de urnas y el ratón loco.

Pero ni aún la artillería pesada detuvo lo que ya se veía venir.

El PRI es actualmente la tercera fuerza política del país, desbancado primero por el PAN y luego por MORENA. De él sólo quedan despojos.

Pero a pesar de haber caido en desgracia, las malas mañans no las pierde, porque forman parte de su esencia.

Como el león, que caza un suculento jabalí, consume todo el músculo y la grasa, dejando sólo los despojos, llegan las hienas y se pelean por roer los estériles huesos, así los priístas que aún quedan en el otrora poderoso instituto político se disputan los restos, y no reparan en utilizar todo tipo de triquiñuelas, ardides, trampas y engaños con tal de conseguir sus propósitos ¡hasta contra ellos mismos!

Lo digo porque hasta cínicos son. En Tamaulipas se prepara la cargada a favor de Alejandro Moreno Cárdenas, a quien apodan «Alito» o «Amlito».

Se supone que es el candidato de Carlos Salinas, de Peña Nieto ¡y hasta de López Obrador! Así que cualquier opositor u opositora se las verá con una maquinaria experta en todo tipo de engaños.

Aquí, en Tamaulipas, sin más ni más, el ex gobernador Egidio Torre Cantú es señalado como la mano que mece la cuna, y ya prepara el fraude a favor de «Alito», el ungido.

Hace unos días mi compadre Víctor Aguilar Orta, hombre bueno y de carácter apacible, fue nombrado representante de Ivonne Ortega, la segunda candidata más fuerte a la dirigencia nacional del PRI, en este municipio de Reynosa.

Yo le diría a mi compadre, si pidiera mi consejo, que no le entre, porque los dados están cargados y el piso no es parejo.

La decisión ya se tomó a favor de «Amlito», el resto es pura pantalla para hacer parecer que se trata de un proceso democrático. Así vivió el PRI y así seguirá viviendo, aún si llega a convertirse en la última fuerza política del país.

No cambiará porque el engaño y la farsa son su esencia misma.

Termino con el refrán estilo Pegaso: «Observas el clima borrascoso y te abstienes de postrarte».  (Estás viendo la tempestad y no te hincas).