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Alcaldes, pretextos no, chamba sí.

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza.

Alcaldes, pretextos no, chamba sí.

Si hay algo que los ciudadanos no quieren escuchar de los nuevos alcaldes es, algo parecido a la afirmación del nuevo responsable de Río Bravo, Carlos Rafael Ulibarri López, en el sentido de que, no le dejaron nada, que todo está deshecho, que nada sirve y que, debe de comenzar de cero.

A lo mejor deberíamos de comentarle que, lo bueno es que encontró un espacio y una silla desde donde comenzar de cero.

Quejarse de que no está lo necesario para trabajar como él quiere, equivale a buscar pretextos para no cumplir con la encomienda que, a través del voto, los ciudadanos le dieron en las urnas el pasado primero de julio.

Ya llegaron, ya están ahí, en las presidencias municipales y eso cuenta por sobre todas las cosas, de ahí que, recordaremos algo que una compañera de trabajo siempre decía, que se pongan a jalar, en lugar de quejarse, en virtud de que los ciudadanos quieren resultados inmediatos, no pretextos.

Quizá el único de los 43 nuevos alcaldes que tiene un buen pretexto para no cumplirle a los ciudadanos que votaron por él, es Francisco López Villafranca de San Carlos, porque no está en el municipio, está en el lugar inadecuado para políticos, la cárcel, de donde deberá salir pronto para desempeñar su cargo con dignidad.

La expectativa que hay sobre la chamba de los nuevos alcaldes, es alta, máxime si consideramos que son producto de un proceso electoral validado por los ciudadanos y cimentado sobre la base la legalidad, la credibilidad y la certeza, elementos con los cuales estaba comprometido el Instituto Electoral de Tamaulipas.

DE nada vale que cualquier alcalde que haya tomado las riendas de su municipio el pasado lunes, comience con que no le dejaron nada para trabajar, ello significaría falta de oficio, justificaciones ante la incapacidad de hacer que las cosas funciones y de plano, que, de nada le sirvieron los cursos de capacitación generados ya por los partidos políticos, las instancias Legislativas o bien las financieras de la entidad.

Además, eso de que no haya dinero en las cuentas de los municipios, es falso en todos los sentidos ya que, las ministraciones presupuestales están consideradas como una política basada en la Ley de Egresos del Estado y de los propios municipios.

Es sabido por todo, que las referidas participaciones son entregadas entre los días seis a ocho de cada mes, por tanto, a la de ya, si pusieron en orden las firmas y los responsables de manejar los recursos, podrán usar esos dineros para pagar las cosas elementales, pero, en el entendido de que, los recursos se encuentran etiquetados y no se pueden gastar al libre albedrío.

Algo bien claro en este asunto de que los Ayuntamientos son funcionales en todos los sentidos, es que, los alcaldes que se fueron, daban los servicios que demandan los ciudadanos y casi todos los programas estaban en operación. Se cortaron adquisiciones y se limitaron los egresos, porque el proceso de entrega recepción es así, pero, de eso a que todo está abandonado, hay mucha diferencia.

Dicen la gente que, si ya están allí deben de evitar pretextos para trabajar y ponerse a chambear para que la gente les vea, no a tratar de convencer a los ciudadanos de que, los que les dejaron los lugares no servían para nada, situación que no funciona en muchos municipios de la entidad, porque quienes estuvieron allí demostraron capacidad resolutiva y para la ejecución de obras.

Trabajar con lo que hay debe ser una máxima en la política social de los nuevos presidentes municipales. El fenómeno no se da en el caso de los municipios que tienen los mismos alcaldes debido a que, ganaron la reelección en las urnas y sólo ellos saben cómo están desde las finanzas, los recursos humanos y los materiales para dar continuidad a sus programas de trabajo.

Pretextos no, chamba sí y mucha, sobre todo en el caso de los del PAN, quienes cuentan con el respaldo del Gobierno del Estado a través de los funcionarios que son de su mismo partido.

Los que ganaron por el Partido Regeneración Nacional, como es el caso de Mario Alberto López Hernández de Matamoros, no tienen la misma esperanza, pero, sí, que haya respeto para lo elemental, porque lo demás vendrá con el correr del tiempo o dicho en otras palabras a partir del 2019, cuándo a administración federal haya sentado sus reales en el Palacio Nacional, con Andrés López Obrador al frente.

Los otros

El futuro representante del Gobierno Federal en Tamaulipas, José Ramón Gómez Leal, no tiene todavía nada concreto sobre las delegaciones de las dependencias.

Quizá a ello se deba que, los políticos que se identificaron con Regeneración Nacional en el proceso federal y local de julio pasado, tiene la esperanza de no tener que tratar con el reynosense, sino, esperar que haya reversa en algunas presuntas resoluciones que cambiarán en sentido de las acciones que la federación debe de llevar a cabo en las entidades del país.

Vamos, las acciones que corresponde hacer a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a través de su Centro en Tamaulipas, no las podrá llevar a cabo ni Gómez Leal ni los amigos de quienes se agarre para cumplir con el papel que le toca realizar, deberá de ser un especialista en esas cuestiones y no un elemento de la circunstancia.

En su calidad de Secretario de Educación de Tamaulipas, el matamorense Héctor Escobar Salazar, estuvo pendiente del desarrollo del Foro que sobre esta materia se llevó a cabo en esta capital a inicio de la semana. Su conclusión es que, todo versará sobre mejorar la calidad de la educación, algo parecido al objetivo que tiene prevista la administración gubernamental para la cual colabora.

De los grandes pendientes que hay en materia de vialidad en esta capital, es meter en cintura a los automovilistas que todos los días y a cada rato violan el Reglamento de Tránsito del municipio.

Quizá sea elemental que mediante comunicación masiva, el alcalde Xicoténcatl González Uresti haga saber a los conductores de vehículos, que se acabó la prepotencia al manejar, en especial para los choferes de microbuses, taxis, motocicletas y vehículos con emblemas políticos o sin placas, que se pasan los semáforos en luz roja, se paran en rayas amarillas y les vale que, con su manera de conducir se ponga en riesgo a los automovilistas que viene frente a ellos o los peatones que po desgracia se cruzan con ellos.