Columnas

Amado Montalvo. Apréndanse este nombre mis dos o tres lectores.

Por Pegaso

¡Ja, ja, jaaaa!

Amado Montalvo. Apréndanse este nombre mis dos o tres lectores.

Es el autor del famosísimo busto de Benito Juárez que parece un alien.

Escultor autodidacta, originario de Escalerillas, una pequeña comunidad de San Luis Potosí, se hizo muy conocido por los memes virales que circularon por México y el Mundo.

En aquella ocasión el artista entregó a las autoridades de su pueblo una escultura extraña que pretendía ser el rostro de Don Benito Juárez, para conmemorar el aniversario del Nataliticio.

Pues bien, en la reciente visita que realizó el Pejidente López Obrador por la huasteca potosina, nuevamente Amado Montalvo sorprendió al mundo.

Presentó el busto de AMLO a la sorprendida comunidad de Ciudad Valles, que no daba crédito a lo que tenían delante de ellos: Un pedazo de piedra de color gris, con los cachetes de Quico, la nariz aguileña, los ojos de alien y el clásico copetín.

Los efectos que causó fueron notorios en los que estaban presentes. Al Gobernador le dio un soponcio, el «Mijis» se aventó una risita burlona y el Peje miraba su retrato entre disgustado y divertido.

Como en la primera ocasión, el imberbe escultor fue duramente criticado en las redes sociales.

Yo, desde acá, recostado en mi mullido cumulonimbus no puedo más que reprobar las burlas y mofas que recibe el bucólico artista pueblerino, porque quizás estamos viviendo el inicio de un nuevo estilo escultórico, como ocurrió en su momento con Botero, o con las pinturas de Picasso.

Ya sabemos que en cuestión de arte no hay nada escrito, y de pronto podemos tener entre nosotros a un virtuoso ejecutante de originales obras plásticas.

En el caso de Don Amado, creo que si ahora es atacado por sus feas esculturas, dentro de algún tiempo éstas serán clásicas, como en su momento lo fueron las pinturas dadaístas, fauvistas o expresionistas.

Recordemos el caso de Van Gogh, aquel tipo que estaba más loco que una cabra y se cortó una oreja. Sus cuadros actualmente se cotizan en cientos de millones de dólares.

¿Quién nos dice que dentro de cien años los bustos de San Luis Potosí no adquirirán un valor agregado semejante?

Porque por muy chafa que parezca una obra de arte, a la vuelta de los años puede ser muy apreciada, como podemos comprobarlo con las películas de El Santo y Blue Demon, que tienen gran demanda y son filmes de culto en Europa.

Quédense con esa reflexión.

Termino mi colaboración con el refrán estilo Pegaso: «De vuestra manifestación artística a la propia, estoy predispuesto a inclinarme por mi propia producción urinaria». (De tu arte a mi arte, prefiero miarte).