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AMLO UTILIZA PROGRAMAS SOCIALES PARA VENDER IMAGEN SOCIAL, O SOCIALISTA.

DE PRIMERA…. LA DAMA DE LA NOTICIA

POR ARABELA GARCIA….

AMLO UTILIZA PROGRAMAS SOCIALES PARA VENDER IMAGEN SOCIAL, O SOCIALISTA.

CIENTOS DE MADRES DE FAMILIA HACEN CITA EN MATAMOROS  PARA VER SI ESTÁN INSCRITAS EN LO QUE ANTES ERA PROSPERA.

Los programa sociales ha sido la bandera con la que el Presidente ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR, ha estado trabajando durante los meses que tiene gobernando el país, sin embargo tenemos otros datos, los cuales arrojan que de las 32 entidades de la República28 no cuentan con mecanismos mínimos de transparencia y reglas de operación para la aplicación de sus programas: la fuente  Gestión Social y Cooperación (Gesoc).

Tras una medición correspondiente al año fiscal 2018, el centro indicó que sólo Guanajuato, Jalisco, la Ciudad de México y Chihuahua cuentan con capacidades institucionales para aplicar una política social transparente y participativa, lo que prefigura un ataque efectivo a la pobreza.

Particularmente, las 28 entidades restantes no cuentan con atributos mínimos y requieren medidas sustantivas de mejora; en dichos estados habita el 83.5 por ciento de personas en condición de pobreza en el país», señaló.

E presidente ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR,  decidió eliminar programas sociales mediante el cual el Estado mexicano ofrecía ayuda y servicios de calidad a grupos vulnerables y, en cambio, privilegió la entrega de dinero como herramienta para provocar el incremento en el consumo de los pobres.

Con esta decisión desaparecieron programas como el de las estancias infantiles para apoyar a madres trabajadoras, lo cual generó una serie de movilizaciones de protestas de madres de familia, afectadas con la medida que escalaron hasta generar centenas de amparos judiciales Decenas de ellos fueron ganados, aunque el asunto aún no se resuelve de fondo

En 2018 había 150 programas sociales federales, de los cúsales se eliminaron 18 y se crearon 14 para un total de 146 programas vigentes y activos.

De los 150 que había el año pasado, 93 eran considerados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) como que sí contribuyeron a reducir la pobreza, o bien para mejorar el acceso efectivo a los derechos.

De esos 93 que habían probado ser exitosos, sólo quedan 81, porque el presidente LOPEZ OBRADOR,  decidió eliminar 12.

De los 45 programas vinculados con pobreza en 2018, 36 permanecen en 2019, pero redujeron su presupuesto en 4.4 por ciento.

De los 92 vinculados con derechos que había el año pasado, 80 se mantienen, aunque les quitaron el equivalente a 1.6% de su presupuesto.

De los eliminados y que estaba comprobado, mediante evaluaciones de política pública, que eran relevantes por su contribución en la disminución de la pobreza, se encuentran el de Apoyo a la Vivienda, operado por Sedatu; el de Atención a Jornaleros Agrícolas, de Bienestar; el de Empleo Temporal, de Bienestar, SCT y Semarnat; el de Comedores Comunitarios, de Bienestar, el de Apoyo a la Comercialización, de SADER; el de Formación de Recursos Humanos basada en Competencias, de la SEP; el de Apoyos para la Protección de las Personas en Estado de  Necesidad, de Salud y el de Consolidación de reservas Urbanas, de Sedatu.

En el caso de Prospera, aunque no se eliminó se creó mediante decreto la Coordinación Nacional de Becas para el Bienestar Benito Juárez como órgano desconcentrado de la SEP, que tiene como objetivo coordinar la entrega de becas por el Bienestar Benito Juárez.

Estas últimas consisten en un apoyo mensual de 800 pesos hasta por diez ocasiones durante el ciclo escolar, lo cual significa cambios en la temporalidad y el monto de los apoyos respecto del Prospera.

Otro cambio es la eliminación de los componentes de salud y nutrición que hasta al momento no han sido retomados por otras instituciones.

El Coneval señala que esto provocará efectos a mediano plazo sobre las decisiones de consumo al interior del hogar, considerando que quienes tienen el dinero ya no serán únicamente las madres, el rol de las mujeres en las decisiones del hogar, el estado nutricio y de salud de las familias, las tasas de vacunación y el acceso oportuno a consultas en los servicios de salud.

De acuerdo con el análisis de contribución realizado en 2018, Prospera contribuía de manera fuertemente relevante al ingreso, a la disminución del rezago educativo, de la carencia por acceso a servicios de salud y al acceso efectivo de los derechos a la educación, a la salud y a la no discriminación. También contribuía ligeramente al acceso efectivo al derecho a la alimentación nutritiva y de calidad.

Afirmar que la política social de cualquier país es un producto histórico ya es un lugar común. Lo que no siempre se señala es la brecha entre los grandes o los pequeños ajustes acumulativos derivados de circunstancias cambiantes de la realidad y los contenidos usualmente rezagados de las protecciones ofrecidas a la población.

La política social satisface funciones importantísimas, insustituibles, que van desde la legitimación de los gobiernos hasta brindar seguridad a la población, sobre todo a la de menores recursos.

Esas políticas tampoco tienen como único objetivo aliviar la pobreza, sino reducir el impacto de las eventualidades sociales, prestar servicios colectivos, proveer de bienes públicos a los ciudadanos. Se trata de evitar o atenuar riesgos y, luego, compensarlos cuando aparecen conforme a estándares convenidos, al tiempo que se sostienen cánones también aceptados, aunque siempre en disputa, de reparto de riqueza e ingreso.

Las políticas sociales, sobre todo cuando ganan en estabilidad, resultan inevitablemente de acuerdos políticos. Gobiernos y elites convienen o imponen los denominadores comunes, frecuentemente mínimos, de protección social que han de brindarse a las poblaciones.

Esa política desempeña funciones que resguardan desde la legitimidad de los gobiernos y la paz ciudadana, hasta la seguridad de los diferentes estratos sociales.

Puestos en otros términos, persiguen objetivos múltiples que no se reducen, ni pueden reducirse a aliviar la pobreza, a corregir o compensar riesgos sociales enfermedad, vejez, desempleo, insuficiencia de ingresos conforme a normas regulatorias conocidas. Vista así la política social, no es reducible  como suele hacerse con los salarios, a un costo de producción que resta competitividad internacional a las empresas.

Apenas el pasado lunes había una lista de mujeres madres de familia haciendo fila en un edificio, en la segunda planta donde se encuentra el restaurante las Palmas, ubicado en la avenida  Diagonal Cuauhtémoc, donde antes era Prospera  y ahora con el cambio de gobierno  se ha denominado Bienestar Social.

Las mujeres de diferentes edades incluso abuelitas, hacían fila bajo los inclementes rayos del sol, en espera de una esperanza, estar incluidas en la lista de este nuevo programa.

Sin titular  federal alguno en la ciudad, los servidores de la nación, solamente hablaban de listas  y checar si estaban en ellas, algunas salían con la esperanza, otras con la angustia, así es el juego político de la pobreza; jugar con la esperanza de los ciudadanos de un país en la expectativa  de algo mejor.

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