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Autos e impuestos

Tribuna

Por Javier Terrazas

Autos e impuestos

Los vehículos de fuerza motriz que son una herramienta importante de trabajo o transporte en nuestro país, tienen una carga fiscal muy alta.

Veamos algunos de los impuestos ordinarios para quienes tienen autos mexicanos.

Al comprar una unidad en alguna de las agencias distribuidoras, al costo ordinario se le agrega el riguroso 16% del Impuesto al Valor Agregado (IVA).

También aparece de inmediato el Impuesto Sobre Automóviles Nuevos (ISAN) en donde el valor de la unidad influye en la tasa de gravamen.

Luego hay que cubrir la polémica tenencia vehicular, que antes era federal y el gobierno central dejó la atribución a los gobiernos locales, por lo que en varios sigue vigente, Tamaulipas, entre ellos.

Sin embargo, hay que aclarar que solo la pagan unidades cuyo precio factura es superior a los 250 mil pesos y aquellos con menos de 5 años de antigüedad.

Para circularlo en las calles o carreteras debe portar placas de identificación, por lo que hay que hacer otro desembolso. Estas deben renovarse cada tres años.

Igualmente, cada año es obligatorio pagar derechos vehiculares que incluyen un pegote y la tarjeta de circulación.

Además,  es obligatorio, según el reglamento de tránsito, contar con un seguro vehicular de daños a terceros, lo que implica un costo adicional. Si la unidad se obtiene a crédito, el seguro es riguroso por el plazo del crédito.

Una vez que tiene cubiertos todos esos impuestos, pareciera que está usted libre de otro, pero no es así, ya que cada vez que acuda a una gasolinera para proveer de combustible, estará pagando en ello una buena parte de impuestos.

Le hago un breve recuento de los gravámenes,  porque en otras zonas del mundo no ocurre así.

Al menos los últimos impuestos no existen o son menores.

Por ejemplo, no se paga la tenencia vehicular. Esta fue el impuesto creado por el gobierno mexicano para costear parte de las Olimpiadas de México 1968, y olímpicamente, lo han dejado.

Las placas de identificación se emiten una sola ocasión.

Y en la gasolina, se paga el costo real, no tantos impuestos como los que componen aquí el precio final.

Sin lugar a dudas que son demasiados impuestos los que pagan quienes  tienen uno o varios vehículos nacionales nuevos o de modelo reciente.

Hay algunos que son ilógicos, como los de la tenencia vehicular,  el cambio de placas y los derechos vehiculares.

En Tamaulipas, la gran mayoría de las unidades de fuerza motriz son utilizadas para transporte familiar a las escuelas, fábricas, comercios, oficinas particulares o gubernamentales.

El pésimo servicio de transporte urbano en todas las ciudades, obliga que en cada familia de clase media o alta haya una unidad por miembro de la familia. Algo realmente oneroso.

Si  todos los impuestos vehiculares fuesen usados para mejorar vialidades, señalización, transporte público de calidad, tendrían alguna justificación temporal.

Pero no es así. Y es el cuento de nunca acabar.

Valdría la pena revisar a fondo esta situación, para replantearla y simplificarla.