Columnas

Cabeza de Vaca vs. Geño, la guerra

Escenario político

Por Marco Antonio Torres de León

Cabeza de Vaca vs. Geño, la guerra

El gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca hasta aquí acompañó a sus 43 alcaldes, por decirlo de alguna forma.

Nos referimos a aquellos 43 alcaldes triunfadores de la elección estatal y municipal de 2016.

Hoy se fueron los 43 alcaldes que llegaron con él, aquel inolvidable día que marcó un hito en el rubro de la gobernanza.

Llegaron con él, en aquel gran huracán de julio de 2016, huracán que provocaron los vientos de cambio, donde los tamaulipecos dijeron adiós al PRI dándole la espalda.

Fue pasmosamente sorprendente cómo un icono o símbolo en forma de cuerno de vaca provocó el deseo de cambio, con Cabeza de Vaca al frente.

Eran los últimos días de un gobernador triquiñoso y torpe llamado Egidio Torre Cantú, quien habría llegado al poder tras la muerte de su hermano Rodolfo Torre Cantú, sacrificado a balazos cuando la elección para gobernador estaba a punto de darse, a escasos seis das de que los votantes tamaulipecos salieran a votar.

El PAN quizá por si mismo, como franquicia, no habría podido con semejante reto, derrocar al PRI en esta plaza invicta, Tamaulipas, que desde los tiempos del presidente Emilio Portes Gil, dominaba el espectro.

Pero hubo de llegar el hartazgo para que los tamaulipecos osaran dar la espalda a una mafia perniciosa y casi sempiterna, la mafia del PRI, quien en los últimos 40 años hubo de pasar por gobernadores malos, peores y más peores.

Desde Norberto Treviño Zapata, Enrique Cárdenas González, Américo Villarreal Guerra, Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington Ruvalcaba, Eugenio Hernández Flores, Egidio Torre Cantú y el último, de quién hablamos, el primer gobernador de extracción no priísta, Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

Los penúltimos gobernadores desde Manuel Cavazos Lerma hasta Egidio Torre Cantú, estuvieron envueltos en grandes escándalos de corrupción, colusión con fuerzas oscuras y enriquecimiento  ilícito,, quesmo sistema político mexicano permitía.

Incluso cuando Vicente Fox y Felipe Calderón gobernaban al país, siendo del PAN, el PRI se las ingeniaba para desviar dinero a manos particulares, incluidos ambos ex gobernadores de los sexenatos del PAN, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández Flores, extrañamente ambos en prisión hoy mismo.

La mano dura del gobernador actual, Francisco Javier García Cabeza de Vaca contra Eugenio Hernández Flores, se sintió desde el primer mes de su gobierno. Y fue acentuándose conforme llegaron los primeros cinco meses.

Eugenio Hernández solía andar en su poderosa motocicleta Harley Davison por las calles de ciudad Victoria y una versión no confirmada dice que el nuevo gobernador Cabeza de Vaca había lanzado la presunta advertencia, “no quiero verlo por aquí; vale más que piense en marcharse”.

Pero Eugenio no creyó que el nuevo gobernador cumpliera la advertencia. Tampoco lo vio como amenaza.

Y siguió recorriendo osado la ciudad, codeandose con la clase política VIP pero del PRI, pese a haber sido derrotada.

Cabeza de Vaca fue quien puso el cascabel al gato. Nunca hizo alarde de su poder, pero a los nueve meses de haber iniciado su sexenio, ya había metido a prisión a Eugenio Hernández, irónicamente uno de los gobernadores del PRI más populares y amados por las bases, pero quien siendo mandatario osó humillar a Cabeza de Vaca cuando este fue diputado local, y anteriormente, alcalde de Reynosa.

La rivalidad era marcada.

Bien dice un viejo refrán que al que comete la ofensa, el caso se le olvida; pero al que se la hicieron, jamás.

Bien se cumple otro viejo adagio, ‘cuando vas para arriba, cuídate de no aplastar a nadie, porque lo lamentarías cuando bajes’.

El gobernador Cabeza de Vaca hoy por hoy esta bien calificado por empresas medidoras de popularidad. En diferentes rubros el panista domina la escena, el espectro político lo tiene controlado, pese a que hoy por hoy los controles son tan difíciles de dominar. Cuántos estados están bajo el yugo del poder de las tinieblas y no pueden desatarse?

Guerrero, Michoacán, Jalisco, incluso la antes invicta Cdmx hoy sufre la tiranía de la bota delincuencial.

Cabeza de Vaca es el séptimo gobernador (de 32 que existen) mejor calificado cuyos números lo favorecen en asuntos de gobernanza, control administrativo y en rubros como cero escándalos, corrupción y seguridad.

Ahora bien, si alguien duda que el gobernador tamaulipeco habla en serio sobre el combate a los corruptos, vea el contorno y dese cuenta la acusación penal contra, nuevamente, Eugenio Hernández Flores, quien sufre lo indecible desde las mazmorras del penal de Tamatan, en la misma ciudad Victoria.

Aún no se levanta de una primer acusación por adquirir ilegalmente terrenos ajenos en Altamira, y ya el gobierno de Tamaulipas lo pone contra la pared de nuevo, acusándolo de enriquecimiento ilícito, delito federal qué bien llevado puede refundirlo en prisión de por vida.

Eugenio Hernández Flores y Francisco Javier García Cabeza de Vaca representan pues, la medición de fuerzas.

Todos decían que había colusión entre PRI y PAN en el país, hasta lo llamaban risueñamente PRIAN.

En Tamaulipas está demostrado que no hay tal hermanazgo, la guerra es real, las balas son de verdad.

Concluimos con lo siguiente: hoy domingo se fueron 43 alcaldes que gobernaron junto al gobernador por 2 años; algunos seguirán acompañándolo por haber logrado reelegirse.

Caso específico el de Nuevo Laredo, Enrique Rivas.

Pero no son muchos.

El Mante lo preservó el PAN para sí, ganando copiosamente la elección municipal con Mateo Vázquez Ontiveros, quien esta tarde protesto como tal, frente a su Cabildo y de cara al pueblo.

Juan Francisco Leal Guerra hizo estupendo papel como presidente municipal pues de no ser por su buen gobierno y su notorio apoyo a El Mante, habría sido más difícil para la franquicia azul ganar este duro territorio.

Pero ambos lo lograron, Juan Francisco Leal Guerra y Mateo Vázquez Ontiveros, una dualidad mortal contra el PRI triquiñoso, habituado a las viejas triquiñuelas de siempre.

Buen, por hoy es todo, nos vemos pronto.