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Cabeza de Vaca y los malquerientes

 

Escenario político

Por Marco Antonio Torres de León

Cabeza de Vaca y los malquerientes

Han intentado -manos ocultas- remover el piso donde está puesto de pie el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, pero sin éxito.

Lo trataron de hacer con el caso Ismael García Cabeza de Vaca, llevándolo al cadalso, al paredón, pero los dardos llenos de veneno agarraron otro rumbo, totalmente distinto al que quizás pretendían los malquerientes.

Ismael asumió de inmediato su responsabilidad y ejerció un control de daños eficaz, rápido, de tal forma que el hagstag que alude a su error en el Senado, ha perdido fuerza a 4 días de haber ocurrido, como un ciclón categoría seis que pasa a ser una depresión tropical.

Lo malo y lo bueno en el ámbito es que la política es percepción, es impresión.

Ni siempre las evaluaciones se determinan con encuestas o sondeos de opinión, aunque estos tengan respaldo científico, teoría que siempre hemos defendido.

Percepción, sensación, impresión. Y la percepción en política es la realidad.

Porque no hay mediciones mejores que den estatus exactos de su imagen a los políticos, que lo que se ve, se lee, se oye en la calle.

Son corrientes invisibles de pensamientos que pasan por la mente de los gobernados, las que le dan el juicio preciso.

Los tamaulipecos saben que una cosa es la compañía estatal, por llamarlo de alguna forma, y otra la paraestatal.

Cuando ambas están unidas, concatenadas en abierta u oculta complicidad, tarde o temprano la gente se entera, se da cuenta y lo informa; con lo comunicativos que los tamaulipecos somos.

Como cuando gobernaba Egidio Torre Cantú y más atrás, Eugenio Hernández Flores, pero más atrás, Tomás Yarrington Ruvalcaba.

Un regaño en público de Tomas, que por cierto era implacable desde el micrófono, ponía a temblar al mundo entero de los oyentes.

Sabían que algo malo ocurriría o bien, que estaban dándose órdenes en clave a los hombres del submundo. Aunque ciertamente en aquella época la cultura del narco no provocaba tanto escozor como hoy. Desde Felipe Calderón para acá, los mexicanos nos volvimos paranoicos y esquizofrénicos creyendo ver sicarios en cada esquina.

No era para menos. Miles de nosotros lo vivimos.

Este periodista recuerda una anécdota sombría, que dará cuenta a los lectores de lo grave que era toparse con convoyes en el sexenio de Felipe, hablamos del 2010-2011, justo cuando el miedo cundía en todo el país, una vez desatadas las guerras de cárteles.

Este redactor solía viajar en autobús y cierta ocasión que el destino era Tampico, quienes íbamos arriba del colectivo vimos un inacabable convoy como de 40 camionetas, transitar un crucero una tras otra, con una parsimonia impactante.

Los que viajabamos arriba del bus foráneo, no podíamos reprimir los sentimientos.

Algunas mujeres pasajeras decían: “Dios mío, que hago? Me bajo para ir a proteger mi casa y a mis hijos o me voy?”

El autobús iba de salida. Aún así pensaban en quedarse.

Aquel era el tiempo del pavor, del miedo extremo.

Había viajeros que solían llegar de tarde a la ciudad, incluído este redactor.

Y en época invernal anochecía a las 7 de la noche.

Pues bien, si decidías descender del bus en medio de la ciudad, podrías comprobar que cualquier ve tosca fría, gélida, era signo de miedo. No veías ni un alma en un radio de 10 cuadras, y al ver a lo lejos dos luces o faros de autos, suponías lo peor:

-Son ellos, vienen por mí.

Nada más falso que eso. Tratabase de un viejo y destartalado auto cuyo dueño, un indefenso anciano, había tenido que salir urgentemente a comprar un medicamento a la farmacia, cuyo dueño también era un valiente comerciante que arriesgaba su vida por ofrecer su servicio a esa “alta” hora de la tarde, siete PM.

Hoy la sensación sigue siendo de miedo, pero cada vez te sorprende más el optimismo con el que un ciudadano común sale a la calle.

Francisco Javier García Cabeza de Vaca, el gobernador actual, marco distancia entre la gente buena y la mala, entre el ciudadano común y los hombres del submundo.

Cierto, el miedo a morir en cada esquina sigue vigente aquí y en China.

La maldad se ha acentuado por desgracia.

Pero dejo de haber la sensación de que una compañía y la otra, eran los mismos.

En el ejemplo que citamos de Tomás Yarrington y sus exabruptos con el micrófono, sin querer recordamos al entonces candidato presidencial Donald Trump en campaña, cuando una mala tarde el periodista mexicano JORGE RAMOS comenzó a interrogarlo en una conferencia de prensa, y este, avispado, lanzó un beso al aire con los labios en dirección del reportero.

Sin hablar media palabra lo dijo todo.

Era la clave que sus guardaespaldas querían recibir para irse contra él, contra Jorge Ramos, quien fue sacado en vilo por más de 4 trogloditas, no sin antes dejarle recordatorios, no te acerques a Trump, ni por error.

Repetimos, el factor Ismael García Cabeza de Vaca no prendió contra su hermano el gobernador porque éste simplemente está blindado.

No da pie a ser atacado. Trabajo mata grilla.

Y gran parte del éxito en el cuidado de la imagen del mandatario tamaulipeco se debe al xicotenquense, César Augusto Verástegui Ostos, su secretario general de gobierno, quien desde ese rincón occidental del palacio de gobierno cuida cada detalle para que una cosa y otra, ciudad de la imagen y la nulidad del efecto venenoso de las balas, surtan el respectivo efecto.

La imagen bien cuidada y los efectos perniciosos de cada misil, anulados.

Bien, hasta aquí por hoy, nos vemos pronto.

Posdata:

Vale la pena a veces reconocer la labor de algunos políticos que suelen estar detrás del telón, y que no siempre aparecen en la fotografía.

En este caso es pertinente reconocer el trabajo unificador del actual presidente del PAN municipal en El Mante, Ricardo Nájera Arias.

Pese a que los tiempos son malos, y pese a que el huracán de AMLO arrasó en las pasadas elecciones federales y municipales, Ricardo Nájera hizo una gran labor en el blanquiazul de tal forma que -a nivel local- logró mantener el poderío azul panista, impidiendo que tránsfugas se fueran a votar por otras opciones.

Esto facilitó todo. Gracias a eso 12 panistas y dos síndicos estarán a partir del lunes en el cabildo 2018-2021 cuyo alcalde será Mateo Vázquez Ontiveros, el presidente municipal que vino desde abajo, sudando como un valiente jornalero, poniendo él mismo los cimientos de su gran victoria.

El PAN gobernará El Mante gracias a que Mateo Vázquez Ontiveros nunca desistió, jamás declinó, aunque existía mucho viento en contra.

Puso el andamiaje de su histórica victoria y como es de esperarse, desde este lunes 1 de octubre comenzará a recoger los frutos de su esfuerzo, gobernar El Mante.

Ahora sí, es todo, nos vemos pronto.