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Calidad de vida

Tribuna

Por Javier Terrazas

Calidad de vida

Hace unos días en una charla de sobremesa, luego de un exquisito desayuno, vino el tema de la salud.

Asunto casi ineludible cuando se superan los 50 años de vida, pues en cualquier momento salta una pregunta al respecto por alguna situación personal o familiar, es especial, si alguno de los comensales es médico.

El abordaje del tema llegó en forma de pregunta. Cuál es el promedio de edad de una persona con una buena calidad de vida.

Pues los indicadores de promedio de vida de los mexicanos, según las cifras de INEGI de 2014, para los varones es 72 años y para mujeres 77.5.

Y quienes  superamos los 50, tenemos la falsa creencia de que a esas edades llegaremos en buen estado, cuando la realidad es incierta.

Si bien es cierto que las ciencias médicas han logrado que se amplíe el promedio de vida en el mundo y en nuestro país, las personas llegan muy diezmadas debido a enfermedades crónico-degenerativas.

El cáncer, la diabetes, la hipertensión, los infartos cerebrales (embolias) o al corazón, se acentúan con la edad, de tal forma que se convierten en los graves problemas  del sector salud.

El galeno de la mesa y por tanto el más docto en el tema, hizo referencia que la edad promedio a que se llega con buena calidad de vida es a los 62 años.

Y que para ampliar esa frontera de calidad de vida a etapas superiores, es fundamental modificar los hábitos alimenticios, de ejercicio, de reducción del estrés, descanso.

Sobre todo que en lo individual y lo familiar seamos mucho más conscientes del autocuidado de la salud, conociendo mejor la predisposición genética a algunos padecimientos,  la práctica de ejercicio,  una alimentación balanceada.

De lo que seamos capaces de cuidar la salud en las diferentes etapas de la vida, en especial entre los 40 y 60 años, será la calidad de vida que tengamos las dos décadas siguientes si somos de los afortunados en cruzar la barrera.

La salud es un gran tesoro que debemos proteger siempre, porque de no hacerlo, todo lo que en patrimonio se logre atesorar en la vida, se perderá buscando recuperar la salud.

Fundamental pues que hagamos una reflexión personal y familiar sobre la calidad de vida que pretendamos para cuando seamos adultos mayores.

Un tema delicado y del que más que preocuparse empieza a ocuparse el Instituto Mexicano del Seguro Social, que en la administración de Mikel Arriola Peñalosa está cambiando paradigmas.

Acaba de anunciar un programa en el que los médicos irán a los centros de trabajo, previos convenios con empresas y sindicatos, para hacer diagnósticos oportunos de las enfermedades crónicas citadas líneas arriba.

La deficiente cultura de la salud, en materia de prevención, impide hacer diagnósticos oportunos, aplicar tratamientos correctivos y evitar muertes prematuras y tratamientos y operaciones onerosas.

Y es que en el 2015 tan solo en el gasto para cáncer de próstata, ascendió a casi mil millones de pesos.

La estrategia busca reducir el creciente gasto en la atención de enfermedades del corazón, cáncer, hipertensión arterial y diabetes que absorben el 32 % del presupuesto del IMSS.

Y  de esa forma acelerar la  medicina preventiva, que de 2013-2016  ha permitido subir un 43% los chequeos PREVENIMSS por año, pero que por la magnitud del problema son insuficientes.

Esta situación es general en la población, independientemente del nivel socioeconómico y servicios médicos a que tiene acceso. Lo mismo ocurre en ISSSTE, PEMEX y Secretaría de Salud.

Así es que si usted quiere más años con calidad de vida, empiece por el autocuidado. Amplíelo a su familia y sea ejemplo para otros. Y promueva los esfuerzos de las instituciones en ese sentido.