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Campo Productivo

Tribuna

Por Javier Terrazas

Campo Productivo

Tamaulipas es un estado con fortaleza agropecuaria. De sus principales actividades del campo, destacan la agricultura,  ganadería y citricultura.

De acuerdo a mis cifras, Cada año se siembran cerca de un millón 300 mil hectáreas de cultivos anuales en sus dos ciclos, el  de verano (400 mil) y el de invierno (900 mil).

Unas 350 mil hectáreas se siembran bajo régimen de riego y el resto de temporal.

La producción de granos, principalmente de sorgo y maíz del ciclo agrícola otoño-invierno que se siembra principalmente en la zona norte, aporta  2.1 millones de toneladas de sorgo y 900 mil de maíz, por citar un ejemplo.

Mientras que la citricultura tiene una zona de casi 50 mil hectáreas en la región centro en los municipios de Güémez, Padilla, Hidalgo, Victoria y Llera, produciendo naranja, limón, mandarina y toronja.

En la ganadería, la principal actividad en la crianza de bovinos, principalmente en los sistemas  semiintensivo y extensivo. Es decir, pastoreo en praderas combinado con suplementos; o bien en agostadero.

Más de un millón cien mil cabezas de bovino se tienen en los ranchos y zonas ejidales de los 43 municipios de la entidad.

El peso del sector agropecuario en la economía local, regional y estatal es importante.  Cuando se han dado sequías o heladas con daños de impacto, la economía estatal se cimbra.

En el quehacer agropecuario, participan productores privados y ejidales. La parte más representativa es la privada, mientras que la ejidal es complementaria, pero importante.

En Tamaulipas son poico más de mil 300 ejidos y poblados, para que se valore la dimensión del sector social de la producción.

En este sector hay buenos agricultores y ganaderos, sobre todo en las regiones del norte de la entidad, Valle de San Fernando y el litoral tamaulipeco.

De ahí la relevancia de que para el soporte de la productividad, los estímulos a la producción en general se mantengan.

Visualizar solo a los sectores marginados del campo, en donde la agricultura es casi de autoconsumo, poco ayudaría a la búsqueda de la soberanía alimentaria.

Es importante que el nuevo Gobierno Federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador,  defina no solo los presupuestos, sino las reglas con que se va a operar para que no se quiebre la productividad.

En la nueva realidad global, los precios de los productos agropecuarios los fija el mercado y no los gobiernos.

A los hombres y mujeres del campo, hay que capacitarlos y apoyarlos para aumentar su productividad. Obvio luego de los diagnósticos sobre viabilidad de proyectos acordes a cada zona.

Pretender homologar el campo sería desastroso. Y lo más lamentable es que se pretendan reproducir esquemas arcaicos de la década de los años sesentas y setentas del siglo pasado, del México Rural.

Hoy la distribución de la población cambió y el reagrupamiento de la tierra y su explotación está reconfigurándose. No aplican los mismos criterios incluso ni para la operación política.

Los nuevos gobiernos, sean municipales, estatales o el federal, tienen que ser más visionarios y utilizar toda la información, los saberes, la mecanización y las nuevas tecnologías digitales para la modernización integral del campo.

No es creando nuevas agrupaciones de membrete y colores azul o magenta para programas electoreros para cosechar votos, como se mejorará las condiciones de los campesinos de áreas marginadas y elevará la producción en aras de la soberanía alimentaria.

Solo generarán una división y polarización del campo tamaulipeco y mexicano, con las estructuras campesinas que pretende crear MORENA y el PAN en un año electoral de Tamaulipas.

Hay falsos redentores del campo como Rafael Torre Guillén  (MOPRENA) , que encabeza una agrupación que denomina Confederación Nacional del Campo, otra CNC, con la que pretende crear confusión en la militancia de la Confederación Nacional Campesina.

O la que está anunciando Juan García Guerrero, la Unión Nacional de Organizaciones Sociales  Rurales y Agrícolas, con el sello albiazul, para tratar de llevar agua a su molino.

García Guerrero en su andar por la vida ha abierto muchos frentes.  Ha sido constructor,  impulsor de empresas rurales, candidato a cargos de elección popular,  aspirante a funcionario en Reynosa, con malos resultados.

Lo que menos requiere el campo son nuevas siglas, membretes o dirigentes. Ya hay demasiadas. CNC, CCI, CIOAC, CCC, TTT, UCD.

Lo que urge son servidores públicos capaces, extensionistas comprometidos, programas bien planeados y ejecutados, para un desarrollo económico de las diversas regiones, de acuerdo a sus potenciales.

Organizaciones para la producción, no para la corrupción o el voto.