Columnas

Cuando los niños juegan a la política

Remache del cambio

Por: Enrique Zúñiga Castillo

Cuando los niños juegan a la política

Me encontré en unas quebradizas páginas del periódico El Mundo, resguardadas en el Archivo Histórico de Tampico, unas líneas que forman parte de una columna política. Son de un ejemplar de enero de 1976. Desafortunadamente no tengo a mano el nombre del autor, sin embargo las transcribo en seguida. Sin duda, quienes participaban de la vida política tamaulipeca en aquellos tiempos habrán de tener algún recuerdo de los actores que aquí se mencionan. No es habitual de esta columna, amable lector, ofrecerte parrafadas tomadas con puntos y comas, sin embargo, me disculpo por tratarse de este tema. El título corresponde al del texto citado. Te debo el nombre del columnista.

Va sin mayor propósito que el de rememorar un escenario de hace más de cuarenta años.

“Tan significativa como profunda, es la grieta que se abrió en el sector juvenil del PRI en Tamaulipas, y cuyas consecuencias están por aflorar, después del pique  que se registró la semana pasada entre el líder estatal Gonzalo Alemán y el dirigente juvenil en Reynosa Derly Rivas Hernández.

El caso giró en torno del doctor Gabriel Legorreta, pues mientras el primero atacó y condenó la actitud pasiva y obscura del dirigente estatal del Partido, señalándole a nivel nacional su mediocridad política que lo inhabilitaba para aspirar dignamente a una senaduría, Rivas Hernández lo redestapó  en Reynosa junto con el doctor Gregorio Perales de la Garza asegurando que los jóvenes del Institucional apoyaban a Legorreta y Perales para candidatos a senador y diputado, respectivamente.

La hoguera se había encendido y Alemán la atizó de nuevo afirmando en Reynosa que “si Derly apoyaba a Legorreta lo haría en cuestión muy personal, porque el juvenil del PRI desconocía por completo las declaraciones de Rivas Hernández y además la postura de la juventud priísta estaba bien definida”…

Esta situación, propiciada en vísperas de que salga a la luz pública la convocatoria respectiva y, consecuentemente cuando todos los aspirantes a las senadurías y diputaciones hacían changuitos por no verse envueltos en los problemas normales del venenismo, pues cayó como estrepitosa bomba, porque en el mencionado jueguito de niños estaba sirviendo de pelota caliente el doctor Legorreta, jefe estatal del Partido y afirman, con padrinos que en determinado momento bien pueden darle un empujoncito a los que se encuentran parados encima de la barda… Alguna reacción, muy notoria por cierto, es de esperarse en las próximas horas”.

Gabriel Legorreta Villarreal llegó a ser diputado federal. Gonzalo Alemán Migliolo fue presidente municipal de su natal Aldama, diputado federal y actualmente se encuentra lidiando, como titular de Desarrollo Rural del gobierno estatal, con los tremendos problemas que padece el agro tamaulipeco, -le deseamos éxito en sus esfuerzos- y Derly Rivas Alvarado (aunque la columna señala “Hernández”) mantiene a la fecha, según se sabe, con Gonzalo Alemán una relación afectuosa y de respeto.

¡Qué suene la banda, Alma!

La insensibilidad y la ignorancia han prevalecido en la decisión de desparecer la Banda Municipal de Música de Altamira Tamaulipas. En contraste, síndicos y regidores han insertado en las listas salariales a hijos, ahijados, sobrinos, cuñados, parejas, guachomas y otros especímenes. Esta política forma la suave brisa del cambio encabezada por Alma Laura Amparán, la presidenta municipal. ¿Pensar en reelección? De que se van, se van.

Carros del gobierno en paseos dominicales

En Altamira, al parecer, muchos funcionarios y empleados ocupan los vehículos oficiales durante los fines de semana para paseos familiares, relajarse con las novias o visitar a sus parientes en sus municipios de origen pues muchos de ellos no son altamirenses ni radican en dicho municipio. En el estacionamiento del nuevo complejo administrativo La Retama, deberían “pernoctar”, durante los fines de semana, alrededor de 50 carros del gobierno. Resulta que si, Usted amable lector, observara el sitio un domingo cuando está pardeando, se dará cuenta que apenas rebasa la decena de unidades automotrices.

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