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Declaración Nuevo Laredo: primera llamada

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Oscar Contreras Nava

Declaración Nuevo Laredo: primera llamada

Los gobernadores fronterizos de Nuevo León, Jaime Rodríguez; Chihuahua, Javier Corral; Baja California, Francisco Vega y Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, se reunieron en Nuevo Laredo y analizaron junto con el presidente de la CONAGO, Graco Ramírez, gobernador de Morelos, el tema migratorio de la frontera norte de México ante la inminente llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, quien ha dicho que cambiará la política migratoria de este país con respecto al nuestro.

Estuvo presente en esta reunión, el Comisionado del Instituto Nacional de Migración, Ardelio Vargas Fosado, quien acudió por parte del gobierno federal para ser testigo y relator, de lo que acordaron los gobernadores fronterizos y es posible que al conocer la “Declaración Nuevo Laredo” se haya concientizado de la grave de la situación que vivimos, ya que los acuerdos establecidos en este documento, no sólo le convienen a las entidades fronterizas sino también al país, porque mucho tienen que ver con el futuro de las relaciones con los Estados Unidos.

Por ello, es importante comentar que de los diez municipios fronterizos de Tamaulipas y en especial, Nuevo Laredo, Reynosa-Río Bravo y Matamoros, estos tienen tres características que los distinguen de los otros 28 municipios,  que existen en los demás estados que colindan con Estados Unidos, porque cuentan hasta el momento con una dinámica que los hace diferentes como es:

Una intensa actividad productiva, una alta concentración y un activo crecimiento poblacional.

Por ello, estas ciudades muestran evidentes deterioros principalmente en dos aspectos: en el déficit en los servicios públicos y en los niveles de seguridad y aunque no ha sido suficiente, el reiterado reconocimiento de la federación de lo prioritario y el carácter estratégico, que tiene la frontera, ahora es necesario un cambio de atención para concebir y abordar los problemas que se avecinan ante la nueva la política migratoria norteamericana.

Por otra parte, estas ciudades fronterizas, también contaban hasta antes de Trump, con una capacidad de crecimiento económico muy superior a cualquier otra región de país, pero esto cambiará y podrá convertirse en un grave problema para México, si el gobierno federal con el apoyo de los estatales y de los municipios, no actúa de inmediato y no previene con tiempo los desafíos que provocará la expulsión masiva de mexicanos del vecino país del norte.

Un dato que fue aportado en la reunión de Nuevo Laredo:

Durante el 2016, más de 53 mil connacionales fueron repatriados por Tamaulipas, de los cuales, 27 mil 870 ingresaron por Nuevo Laredo; estas cifras llevaron al estado a ocupar el segundo lugar en las estadísticas, sólo después de Baja California, donde tuvo lugar la pasada reunión de gobernadores fronterizos.

Por su parte, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca señaló que Tamaulipas, Baja California Norte, Sonora, Chihuahua, Nuevo León y Coahuila, tendrían un fuerte impacto, si Donald Trump, al tomar posesión de la presidencia de los Estados Unidos el 20 de enero, ordena estas deportaciones al país, y estos estados serán los receptores de los mexicanos repatriados.

Y como bien lo señaló el gobernador García Cabeza de Vaca: “todas las personas que pudieran en un momento dado ser expulsadas de Estados Unidos, podrían no regresar a sus ciudades de origen y se quedarán en nuestras ciudades fronterizas” y es por esto que se llevó a cabo la realización de la reunión urgente de los gobernadores fronterizos.

De tal manera, que decidieron hacerlo para crear un plan de contingencia con posibles efectos y soluciones, como lo es el “Fondo Económico de Fronteridad” que permitiría dar refugio, alimentación, atención médica, y en su caso, traslado a sus comunidades de origen, a los mexicanos que regresen al país, por ello el gobernador tamaulipeco señaló:

“Tenemos que prepararnos por si cambia esta política migratoria que tendría un efecto muy significativo en todas las ciudades fronterizas, de necesidades de servicios de salud, de vivienda y probablemente, problemas adicionales con el tema de seguridad”.

Quien aún no crea que Donald Trump no hará lo que dijo durante su campaña y después de su triunfo electoral con respecto a las medidas que tomara contra México, las amenazas que ha hecho contra las empresas que fabrican automóviles en nuestro país, es una muestra de ello, y la Ford lo sabe, por eso ya no invirtió más en San Luis Potosí, previendo que pudiera enfrentarse al enojo del próximo presidente de los Estados Unidos.

Dentro de toda esta compleja situación que se tiene, el hecho de que el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, haya sido reconocido por el Senado de Texas, es un aliciente que nos habla de las buenas relaciones que existen, al menos con nuestros vecinos texanos y esto,  pudiera alivianar un poco las estrictas medidas que en su momento se puedan disponer desde la Casa Blanca.

En fin, esperamos que Donald Trump haya leído con atención lo que expresó el presidente Barak Obama en su último discurso a la Nación cuando dijo:

“Los corazones deben cambiar. Si queremos que nuestra democracia funcione en esta nación cada vez más diversa, cada uno de nosotros debe tratar de seguir los consejos de uno de los grandes personajes de la ficción estadounidense, Atticus Finch, quien dijo que “uno no entiende a los demás hasta que no considera las cosas desde su punto de vista… hasta que no se mete bajo su piel y camina con ella por la vida”.

Si no lo hizo, por lo pronto, nuestros gobernantes deben prepararse y actuar,  porque se prevé que llegará una etapa muy difícil y esperamos que el gobierno de Enrique Peña Nieto por primera vez en su sexenio, ponga mucha atención y sea lo suficientemente sensible para que vea que la frontera norte del país se encuentra en alerta y la reunión de gobernadores fronterizos en Nuevo Laredo solo ha sido una primera llamada.

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