Columnas

Desde Houston

Mientras que en Tamaulipas están a punto de iniciar varias campañas políticas que serán pagadas precisamente por el pueblo que en ocasiones no tiene para comprar un kilo de tortillas, los distintos partidos políticos destinarán cantidades exorbitantes de recursos para proyectar a sus candidatos.

Tan solo los partidos de nueva creación recibieron más de cien millones de pesos mientras que los de mayor antigüedad recibieron cantidades que prefiero no mencionar debido a que es una «mentada de menta” para nuestros pueblos que no tienen qué comer y ni tan siquiera un hogar decoroso.

De qué le sirve a las familias del país que nuestro gran presidente Andrés Manuel López Obrador esté «luchando” decidida y frontalmente contra la corrupción y haciendo recortes a lo desgraciado para todos los sectores productivos de Tamaulipas, incluso para el renglón de salud, si el INE le otorga el dinero a los partidos que proyectarán a sus candidatos y que luego se servirán a manos llenas.

A las familias de Tamaulipas les recomiendo que cuando los candidatos les visiten les reciban y les inviten a sus mesas a comer de lo que ustedes comen diariamente, sin tratar de agasajarlos ofreciéndoles una comida especial que para sus recursos costará un ojo de la cara y dejará a sus hijos sin comer por varios días.

Quienes están buscando el poder deben realmente saber cómo se vive al interior de un hogar en donde el padre de familia sale desde temprano a buscar trabajo para por la tarde regresar cansado, hambriento y sin poder saciar su apetito para dejarle las últimas tortillas y los pocos frijoles a sus pequeños hijos y lo mismo pasa con la madre que sin duda alguna es la que más sufre del hambre porque antes que pensar en ella, primero piensa en sus hijos y en su marido.

Porque hasta el más humilde de los aspirantes a la presidencia tiene una casa confortable, cuenta con un salario fijo o un negocio que le deja dinero, tiene un auto o una camioneta y en algunos casos hasta los dos muebles mientras que los padres de familia tienen que recorrer grandes distancias caminando para poder ganarse unos pesos y solo los más «adinerados” cuentan con una vieja bicicleta.

Lo peor es que esperanzados en un cambio que mitigue un poco sus necesidades, reciben a los políticos abriendo las puertas de su casa y de su corazón y son felices cuando aquél que les visitó, estrechó sus manos llenas de callos, sin reparo alguno logró el triunfo y ahora es el presidente municipal.

Es el día de ir a felicitar al «amigo” que ya es el presidente y con esta confianza acuden a la alcaldía y con mucho orgullo le dicen a la secretaria que le diga al presidente municipal que allí está «José” que quiere verlo.

Es allí cuando el humilde ciudadano recibe lo que será la primera de muchas decepciones ya que la secretaria le trae como respuesta que el presidente está en una «junta“ (reunión) y no puede recibirle, entonces «José sale triste y cabizbajo del edificio municipal pensando; «y yo que perdí el día por venir”… Bueno, por hoy es todo, ¡hasta la próxima!

Cirilo Mújica R.