Columnas

Diputados serviles y mal agradecidos

RESEÑA POLÍTICA

Por: Juan R. de la Sota

Diputados serviles y mal agradecidos

Los diputados locales y federales mantienen una pereza, inactividad, improductividad e irresponsabilidad profunda y se han olvidado de su pueblo, al que, por obligación deberían servir y proteger.

Han acrecentado su voracidad y ambición económica y política para satisfacer intereses personales que los mantenga en los espacios del poder público para elevar su fortuna.

 Actúan como serviles de los poderes Ejecutivo y de los ricos, sin considerar que su errónea actuación provoca mayor pobreza, hambre, desesperación, incomodad, enfermedades e intranquilidad en los hogares tamaulipecos.

Todo hacen, menos defender a los hombres, mujeres y niños que viven en su distrito y al cual representan en el Poder Legislativo, y mantienen la tradicional actitud de levanta dedos y auténticos borregos.

 Lo anterior, toda vez que se han promovido leyes, entre ellas para elevar el precio de las gasolinas y los impuestos a los contribuyentes, como a los derechos vehiculares, de hospedaje y otras acciones legislativas dañinas y se han mantenido sumisos.

 Estáticos y callados, con una actitud irresponsable, entreguista, inexplicable, perjudicial e incongruente y lo único que han hecho es aprobar las  reformas y nuevas leyes que generan mayor hambre y no resuelven los problemas de inseguridad que están dejando dolor y tristeza en miles de hogares.

Si me pregunta quienes son los diputados federales y locales, le soy sincero, se lo juro que no se sus nombres y me atrevo, con una disculpa, que ni usted los sabe, lo cual se debe a su nula cercanía con la gente, con quienes les dieron el voto.

Los diputados federales y locales, compitieron, jugaron el dedo en la boca a los ciudadanos, ganaron y se mantienen improductivos en la Cámara, avalando reformas que no consultan al pueblo y gozando de privilegios, como un buen salario, viáticos, presupuesto para gestoría y sus valecitos de gasolina.

Abandonaron a su suerte a su distrito, a su gente, se enfermaron de poder y la arrogancia los invadió, sin considerar que su principal compromiso y obligación es con el pueblo que les dio la representación popular y que sólo le han pagado con el desprecio y perjuicio, por su entreguismo y porque ni tan siquiera le han devuelto el vaso de agua que un día el ciudadano les dio cuando andaban en campaña política.

Sus oficinas de gestoría, las han convertido en auténticas casas de campaña, en donde utilizan recursos legislativos para promover sus aspiraciones políticas personales y  ganar una candidatura, a fin de seguir utilizando la fe y buena voluntad de un pueblo para asegurar un nuevo puesto público donde seguir manteniendo sus lujos y enriqueciéndose.

Le daré un ejemplo sencillo y claro que los diputados no defienden los intereses de su pueblo: Tomaron la determinación de apoyar acciones gubernamentales para aumentar impuestos y gasolinas, a caso han acordado o impulsado acciones legislativas para elevar el salario a la clase trabajadora, el cual es ridículo, injusto y de burla, pues no le alcanza ni para las tortillas y frijoles de una familia numerosa.

 Esto ha generado un hartazgo del pueblo, lo que a mucha gente le ha motivado salir a las calles a protestar por su inconformidad y malestar por decisiones que insultan, cachetean, agravian, decepcionan y lesionan a un pueblo reprimido y cansado por los constantes aumentos a los combustibles, productos de la canasta básica y servicios públicos.

En fin, sus acciones tendrán la calificación ciudadana y la cual los espera con ansiedad en el próximo juego electoral, para agradecerles con su voto, pero en contra, por su perjudicial trabajo.

Los diputados son mal agradecidos con el pueblo que creyó en ellos y serviles del gobierno, por ello la sociedad no quiere estar manteniendo a tanto legislador que no lo defiende ni beneficia, por lo que se debe reducir de inmediato el número de representantes populares en los Poderes legislativo local y federal.

 Correo: jrdelasota@hotmail.com