Columnas

El nuevo salario y sus complicaciones.

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza.

El nuevo salario y sus complicaciones.

Con el asunto de los salarios que aumentarán a partir del mes de enero que viene y que, beneficiará en forma directa a los trabajadores, se crearán una serie de complicaciones que vale la pena tomar en cuenta, porque jamás ha sido práctico decretar mejorías a las percepciones y que todo quede igual.

Lo peor del caso es que, al final de cuentas son los mismos trabajadores quienes tienen que pagar y más caro beneficiarse con mejores salarios, porque esa alza quedará adherida a los precios de productos y servicios que la población requiere.

Desde luego, no se trata de ser aguafiestas y mucho menos negativos, pero, año con año, al aumentar los salarios, cualquiera que sea su porcentaje, los precios suben casi en la misma proporción, de manera que, la inflación se movía en la misma proporción.

No creemos que las cosas cambien, así que, durante la cuesta de enero, habrá más sorpresas relacionadas con alzas de precios y seguro, la medición de la inflación en ese mes y el que le sigue, febrero, comparado con el mismo período del año pasado, dará mucho de qué hablar.

El aumento en los salarios es como el de las gasolinas o mejor dicho de los combustibles, en cuánto sucede, de inmediato se refleja en los precios de los productos de consumo y, aunque se saca la vuelta a los de la canasta básica para que nadie vea la magnitud de la carrera alcista, la realidad es que pega directo a la economía de las familias.

Además, en voz baja y a lo mejor pocas personas, ya hablan de crisis económica, porque todo está muy caro para esta Navidad.

En una dimensión así, lo único que puede dar cuenta de las dificultades económicas de las familias, son indicadores como la escasa capacidad de ahorro, dificultades para liquidar adeudos, en especial las tarjetas de crédito y desde luego, enfrentar el día a día jugándosela y si saber cómo logran sobrellevar las cosas.

Dicen que el alza al salario es inflacionario y que subir el precio de los combustibles lo es al doble, el asunto es que, todos nos vamos con la idea de que se rompió el esquema y ahora sí las autoridades voltearon a ver los salarios de los trabajadores y los despacharon con la cuchara grande, porque, antes si mucho era el cuatro por ciento y ahora, al colocarlo en 102 pesos con 68 centavos, se ubica en un 16.20 por ciento, en relación al actual que es de 88 pesos con 36 centavos.

De hace unos años para acá, el salario en el país se homogenizó y la novedad con la administración del presidente Andrés López Obrador, es que, para la zona fronteriza está, número más número menos, en 73 pesos más arriba, es decir, los trabajadores ganarán 176 pesos diarios, hecho que, por sí solo, hará que las ciudades de la frontera norte del país, se conviertan en el objetivo laboral de miles de trabajadores y, seguro los gobiernos de las ciudades no están preparadas para una migración desproporcionada.

Habrá más demanda de servicios, se necesitarán más negocios para surtir de productos básicos y de consumo, pero, a un costo social que no puede medirse en este momento.

A lo mejor, falta que el presidente de la República y su equipo de colaboradores hablen sobre la manera de enfrentar el impacto que en los precios tendrán los salarios a partir del mes de enero y, de nuestra parte, esperemos que haya una estrategia a la altura de las necesidades de los mexicanos, porque caer en un proceso inflacionario sin control, implicará situaciones muy complicadas que nadie queremos que pasen.

Los otros.

Varios Gobernadores y muchos Rectores de Universidades Públicas del país mostraron su inconformidad con la propuesta de Presupuesto de Egresos de la Federación, PEF, dado que, implica recortes pronunciados que les obligará a eliminar programas y personas, en un escenario que nadie esperaba, porque la expectativa era en el sentido de dejarlo como estaba, en caso de que no pudiera incrementarse.

El asunto es que, deberán de trabajar con aquello que haya, porque el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa Macías, no parece ser de los que se tocarán el corazón con las peticiones de los funcionarios de las entidades del país y de las universidades.

Por el lado de las cosas lógicas, el exalcalde panista de Madero, Andrés Zorrilla Moreno, buscará ser candidato a la Diputación local por el Distrito que antes era cien por ciento petrolero, dado que, pretende sacarse la espina de la derrota sufrida en la elección municipal pasada, cuándo trató de reelegirse y no la libró.

Además, debe ser de su interés están en el Congreso del Estado, para ver de cerca la evolución de su cuenta pública, sobre la que hay algunos cuestionamientos.

En asuntos de híper baches, la calle Aldama desde el cero hasta el 24, requiere cirugía mayor o re encarpetado general, tipo las que se hacían en el trienio pasado, cuando estaba al frente del Ayuntamiento el contador Oscar Almaraz Smer, porque, está para el arrastre y las brigadas de bacheo de la actual administración andan en modo tortuga en su chamba.

En el Congreso del Estado, ya se escucharon algunas voces que critican el protagonismo del presidente de la Junta de Coordinación Política, Diputado Glafiro Salinas Mendiola, ya que, se queda con todas las posiciones que tienen reflectores, entre ellas la Diputación Permanente, que de nuevo está en sus manos.

Muchos creyeron que, en virtud de asuntos relacionados con presupuesto y fiscalización, pudieron ocupar esa posición los Diputados José Hilario González García o Joaquín Hernández Correa, sin embargo, no les dieron chance, a lo mejor, porque su compañero nuevoladerense, tiene planeado solicitar licencia, para ir como candidato a la reelección por el III Distrito local Electoral.

No hay luz al final del túnel, pero, los beneficiarios con la internación de miles de vehículos chuecos, como la UCD Y ONAPAFA, quieren tener listo el padrón de unidades que protegen, para, en la primera oportunidad entregársela al presidente de la República, Andrés López Obrador, para que, instruya al secretario de Hacienda y Crédito Público, a efecto de que nacionalice las unidades que transitan de manera ilegal en todas las ciudades de Tamaulipas y del país.

Obvio, no será nada sencillo, aunque los ingresos por la nacionalización son atractivos, porque hablan de más de cinco millones de unidades, que, a un costo de cinco mil pesos cada uno, sería algo así como 25 mil millones de pesos, que servirían de mucho, si, se destinasen a respaldar la educación superior y hacerlos llegar a las Universidades Públicas.