Columnas

El PRI juega para perder

RESEÑA POLÍTICA

Por: Juan R. de la Sota

El PRI juega para perder

El ex diputado campesino Sergio Guajardo Maldonado, fue impuesto en el Comité Directivo Estatal del PRI, para perder las elecciones del 2018, de esto no hay la menor duda, porque su estrategia política electoral evidencia que favorece a sus adversarios.

Jugar con la bandera del partido tricolor es ir al fracaso electoral y a la tumba política, pues ningún dirigente partidista, por estrategia, jamás exhibe, con mucha anticipación su cantera de candidatos que lanzará al ruedo electoral, porque  los aspirantes de los partidos de la competencia les darán de porrazos con todo lo que encuentren a su paso.

Qué a caso este lidercillo improvisado no sabe que sacar la cabeza de sus prospectos a candidatos, es dar ventaja a los aspirantes al Congreso de la Unión y a otros puestos de elección popular de otros partidos, lo que lo hace ver como un tipo ignorante por completo del trabajo político de partido o como un entreguista y que sencillamente realiza una chamba para favorecer a la competencia y perder las elecciones.

Informar que Alejandro Etienne Llano, Edgar Melhem Salinas, Enrique Cárdenas del Avellano,  Yanin Abdalá, Mercedes del Carmen Guillén Vicente, Monserrat  Arcos y Baltazar Hinojosa Ochoa, aspiran a la candidatura a la Senaduría, es ponerlos en el ojo del huracán, para que sus adversarios tengan tiempo de criticarlos, exhibirlos, desacreditarlos y culparlos, creándoles negativa imagen entre la sociedad.

Si eso quiere, el ex legislador Guajardo, logrará su objetivo, porque muy pronto se registrarán un racimo de críticas contra sus aspirantes a la candidatura al Senado, porque unas blancas palomitas, no lo son y sus enemigos tienen mucha información para destrozarlos y alejarles el voto de los electores.

Eso, más que una estrategia para promover su cantera de políticos y ofertarlos a la sociedad es una acción que da ventaja a sus adversarios, pues investigarán, analizarán y estudiarán a cada aspirante y en su oportunidad le dirán a la sociedad con qué clase de políticos jugará el PRI en las próximas elecciones.

Dar a conocer los nombres de los aspirantes a la candidatura a la Senaduría, no es relevante, ya que son los mismos y la sociedad ya los conoce. No presentó argumentos, razones ni los merecimientos para ser aspirantes a la candidatura.

No lo hizo, porque no los tiene, toda vez que, o si es lo contrario que alguien me ilumine, jamás se ha visto a Baltazar; a la hermana del Subcomandante Marcos, Mercedes del Carmen; a Alejandro Etienne o a Monserrat, llevarles un bote de agua o un kilo de tortillas a la gente pobre, es más ni en inundaciones o en los hospitales aportando un pedazo de pan a los familiares de los enfermos.

La determinación del muchacho Guajardo Maldonado, tendrá sus repercusiones contra el PRI y quienes vayan a ser sus candidatos, porque les tomarán la medida, los aporrearán y les ganarán muchos votos, algunos por su mal trabajo en los cargos de elección popular que ocupan o han ostentado y los actos de corrupción perpetrados por anteriores gobiernos emanados del instituto político tricolor.

El dirigente nacional priista Enrique Ochoa Reza, no debe dejar pasar más tiempo y venir a Tamaulipas a poner orden en el CDE del PRI de Tamaulipas, porque Sergio Guajardo, está cometiendo muchas irregularidades y abusos que ya están dañando su proyecto de llevar a la Presidencia de la República, al actual Secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade.

El Chico campesino, Sergio Guajardo, no está atendiendo un proyecto del PRI a nivel nacional, hace un trabajo para satisfacer intereses de grupo y personales y si este trabajo sucio que daña y debilita a su partido no lo detiene, justo será que llore una vez que se desarrollen las próximas elecciones, porque los resultados le marcarán una contundente derrota electoral en Tamaulipas.

El líder Ochoa Reza, tendrá que saber que al PRI de Tamaulipas, lo han convertido en una auténtica empresa y su financiamiento público “El Checo” Guajardo y Aida Zulma Flores Peña, se lo gastan en asuntos particulares, mientras el trabajo partidista de gestoría, de afiliación y la busca de electores permanece estancado.

Una prueba de ceder ventaja a los adversarios, es que en la renovación de los comités municipales realiza el peor trabajo, al manipular a los priistas para imponer en las dirigencias a quienes no saben de política ni cuestiones electorales, es más, son personas que ni en su casa los quieren.

De Guajardo y su pandilla, se puede esperar puras traiciones, pues son campeones en la deslealtad  y la mentira, método que siempre han aplicado para satisfacer sus proyectos y no los del priismo estatal.

Guajardo no actúa para defender los intereses de la población y mucho menos de los priistas, sólo los utiliza, cuando le conviene para resolver sus deseos y pronto se comprobará, porque si, Ochoa Reza, lo mantiene en la presidencia partidista, habrá de apuntarse para buscar una diputación federal o ya cuando menos un espacio en el Congreso del Estado, bien sea por la vía plurinominal o de mayoría relativa.

Aunque ser legislador, no se requiere de gran capacidad y profesionalismo, pues ir a levantar el dedo para aprobar las leyes que les hacen los trabajadores del área de Servicios Parlamentarios y estirar la mano para cobrar su cheque de más de 100 mil pesos, es sólo aplicar un mínimo esfuerzo, tener la lengua larga y la voz ronca.

Guajardo Maldonado y su PRI, tienen varias desventajas que los llevarán a la derrota, entre las que figuran sus enemigos al interior y exterior del partido, sus adversarios políticos y su ignorancia como líder y político.

Pese a ello, sus adversarios, lo habrán de apoyar para que no sea vea tan desastroso su fracaso, pues le darán la oportunidad de que gane, si a caso, una senaduría, una o dos diputaciones federales y muy bien le iría si triunfan en 20 alcaldías.

Correo: jrdelasota@hotmail.com