EL VENDAVAL DEL SISTEMA
LETRA PÚBLICA
EL VENDAVAL DEL SISTEMA
RODOLFO SALAZAR GONZALEZ
Faltando cuarenta y cinco días para que se celebre la elección presidencial en México y se designe por la vía electoral al próximo presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador sigue en la punta de las encuestas de los sondeos de opinión en todo el país en donde alcanza una ventaja de casi veinte puntos sobre su más cercano adversario Ricardo Anaya el candidato panista.
Por esta razón y por otras más que ya han sido explicadas con largueza por la sociología política: lo que representa el fenómeno político anti sistémico, encabezado por el tabasqueño, quien está fuera de todos los parámetros de un político neoliberal muy de moda en estos días, en que todo gira indebidamente alrededor del libre mercado y del cuanto vales y el cuanto tienes, como una medida para definir tu valor socio ético, en una sociedad que ha caído en la más profunda e inexplicable de sus decadencias espirituales; donde el concepto patria, honor, libertad y futuro ha sido cambiado por el de productividad y rendimiento económico, trastocando las más sentidas aspiraciones de los sectores deprimidos por la economía de libre mercado que es la bandera económica que adopto el Partido Revolucionario Institucional, olvidándose de su origen nacionalista y reivindicador.
Ante este estado de cosas, los sectores privilegiados que acaparan el consumo y la producción de este país y que representa una minoría ante la fuerza indestructible de una sociedad democrática, han señalado de manera sesgada que si López Obrador alcanza la presidencia de este país, México entrara en un vendaval del que difícilmente podrá salir. Nada de lo que afirman los enemigos del voto democrático es verdad, ni es una constancia de certidumbre que refleje el futuro inmediato del país después de que AMLO asuma la presidencia de México. Por la razón siguiente de que el programa económico del candidato de Morena ha sido expuesto con una didáctica metodología que ha llevado la tranquilidad a los centros financieros mundiales y que comparan el fenómeno político mexicano con los movimientos democráticos muy propios de los países industrializados de Europa Occidental.
Por lo pronto el mensaje de AMLO en materia económica es diáfano: Respeto a la Autonomía del Banco de México, libre flotación del peso, Impuesto sobre la renta y del IVA sin cambio (Excepto en la frontera norte), apoyo a los tratados de libre comercio como el TLCAN de Norte América, el TPP 11 del Pacifico, y el TLCUEM de Europa, lo cual se fortalecería con una disciplina presupuestaria y una reorientación del gasto público. Estas directrices en materia económica lamentablemente han sido malinterpretadas todas por los adversarios del candidato de Morena en el afán de golpear su candidatura y pretender que la de Ricardo Anaya aumente en los niveles de aceptación del electorado mayoritario mexicano.
Otro de los temas que también no han sido captados con el rigor jurídico de la propuesta, es el relacionado con la amnistía de la que AMLO hizo mención en uno de sus discursos. Está por demás explicarlo que una amnistía no representa impunidad y también está demostrado que la actual política de combate al crimen organizado ha sido un auténtico y reverendo fracaso porque desde los tiempos inmemorables se sabe que la violencia no se combate con la violencia; los texto bíblicos son precisos cuando mencionan la inoperabilidad de la ley del talion, porque todos quedaríamos ciegos de aplicarse a pie juntillas el ojo por ojo.
Lo que propone el candidato de Morena es más sencillo y más prometedor combatir a la violencia dando empleo y educación a los jóvenes. Sobre todo esto último educación para toda la juventud mexicana; que ningún joven mexicano se quede sin tener oportunidad de acceder a una universidad o un tecnológico para prepararse y hacerle frente al desafío que representa el futuro de nuestro país.
En materia energética AMLO ha sido muy cuidadoso al declarar públicamente que lo único que hará en este rubro es revisar los 91 contratos asignados hasta la fecha en las rondas diversas de licitación. Si los contratos son diáfanos, es decir no es un contrato en el cual el pueblo de México tenga que pagar indebidamente más a los contratistas. No hay nada que temer.
Creo que lo más importante que he oído en el discurso del llamado candidato de la esperanza y que ha permeado en la conciencia ciudadana, es cuando habla de recomponer en base a los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos la deteriorada política exterior mexicana. Para AMLO, la mejor política exterior es la de llevar una política interior, que le dé un índice de satisfacción, tranquilidad y seguridad a los mexicanos, solo así estaremos suficientemente preparados y fuertes moralmente para exigir respeto con el mundo exterior y principalmente con la política imperialista del gobierno que encabeza en mala hora para la historia Donald Trump.
Mucho se ha utilizado el término populista para deteriorar el desempeño de los políticos latinoamericanos que disfrutan del beneplácito de sus gobernados. Los enemigos del cambio social y partidarios del establishment, (conservar el estado de cosas en favor de los privilegiados), utilizan con desprecio la popularidad de un candidato para convertirlo en populachero, lo cual le resta seriedad y responsabilidad, desde su conservador punto de vista.
Toda esta concepción burguesa neoliberal que pretende desprestigiar los movimientos sociopolíticos con matices populares están destinados al fracaso y a ocupar un lugar preponderante en el basurero de la historia.
Lo cierto es que la moneda está en el aire y que en la medida que se acerque el día “D”, que es el momento secular en que los mexicanos decidiremos el destino que queremos para nuestro país y la generaciones venideras debemos conducirnos con respeto al adversario, en un marco de legalidad, pero sobre todo de comportamiento ético, para poder mostrarnos al mundo de que somos un país maduro, democrático y que aspira a la modernidad en donde todos tengamos un lugar en la distribución de los bienes de satisfacción. Es decir, nación para todos.
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