Columnas

El viraje hacia la austeridad

Factor entre dos

Por: José Efraín Caballero Sevilla

El viraje hacia la austeridad

La nueva política de austeridad, que plantea un cambio de rumbo en la manera de administrar los recursos financieros, corresponde a una necesidad de inversión en obra pública de parte del gobierno republicano, el cual vendrá a resolver algunos problemas económicos en el bolsillo de los ciudadanos.

El alza en el precio de las gasolinas se dio ante la necesidad de importar el producto del extranjero, al no contar con la infraestructura adecuada, para abastecer la demanda nacional.

Además, el otro fin fue incrementar la percepción de ingresos en las arcas oficiales; es así como se dio ese encarecimiento en los precios, que además repercutió negativamente en la economía, al dispararse el importe de los productos por los gastos de transportación de las mercancías. El desembolso de los ciudadanos en el pago del combustible también ha sido altísimo.

Por ello, la optimización de las refinerías y la construcción de otras nuevas, es un plan estratégico para abaratar el precio de los combustibles, que va de la mano con la política de austeridad que pretende ahorrar recursos; los cuales en su mayoría se van al gasto corriente en la administración gubernamental.

Solamente en 2017, se estimo un gasto neto total de $ 4,888,892.5 millones, del cual solo se cuenta con un pequeño porcentaje que va para obra pública ya que el 60.6% se va al gasto corriente, que es el pago al aparato burocrático, gastos de operación, subsidios, etc.

La necesidad del ahorro en el gasto operativo, da como resultado una política de austeridad en el gobierno entrante, para poder llevar a cabo su proyecto de desarrollo e inversión pública, ya que sería casi imposible la realización de obra e infraestructura que coadyuve al desarrollo nacional; que dicho sea de paso, ha estado estancado en solo un 2% de crecimiento anual en las ultimas décadas.

En un hecho simbólico pero significativo, la gran campanada que se dio este jueves en la Cámara de Diputados, donde se aprobó la creación de la Ley Reglamentaria de los artículos 75 y 127 de la Constitución, que impiden a cualquier funcionario ganar más que el presidente de la República.

Esta ley que pasará al Senado, y si no es vetada por el presidente de la república, estará obligando a reasignar los sueldos a los diversos funcionarios públicos, tanto gobernadores, alcaldes, congresistas, magistrados, etc.

Y es algo, que parece que está permeando en todas las fracciones parlamentarias; el congraciarse con la ciudadanía demostrando quien puede ser el más “ahorrativo” de los recursos de los ciudadanos, porque ya los diversos grupos están desarrollando una agenda en este tenor, siendo el Partido Acción Nacional quien a través del Diputado Mario Delgado Carrillo ha conformado un pacto de austeridad en el congreso.

De parte del gobierno estatal, vale la pena recordar que al inicio de su gestión, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca presentó su plan de austeridad que le dejo ahorros al estado de Tamaulipas por 680 millones de pesos, además de realizar auditorías y prometer que castigaría a quienes habían robado los recursos de la ciudadanía, situación que en los hechos, la opinión pública ha constatado el cumplimiento puntual de su oferta.

Señala la política Española Esperanza Gil de Biedna: “Cuando los gobiernos son austeros, las sociedades son prosperas” dicho proceso está ya en marcha en nuestro país, y esperemos se siga por ese rumbo en las diversas áreas.

Estimado lector, disfrute nuestro grito de independencia nacional, que existen muchos motivos para celebrarlo, tenga un excelente fin de semana en compañía de su familia.

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