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En 2020, explotación de bancos de datos.

Gaceta.

Por: Raúl Terrazas Barraza

En 2020, explotación de bancos de datos.

En el año previo a la otra elección grande que tiene México y con motivo de la celebración del Día de los profesionales de las redes sociales hace poco, existen comentarios en el sentido de la exploración de bancos de datos que se fabrican a partir de la presencia de los usuarios de las redes sociales, desde el momento que se prende el celular hasta que se apaga y cada interacción que se tiene con páginas y personas.

El caso es igual para las computadoras tanto las de escritorio como las laptop, porque dan cuenta a los servidores de cada sitio al que se ingresa, por ello, cada persona se convierte en una fábrica de datos personales en virtud de que, quienes pueden filtrar mediante algoritmos obtienen información sobre aquello que se hace, dónde se están, qué y cuánto compran las personas los artículos que se ven, las lecturas en línea, las noticias que se coparte, incluso hasta los me gusta, que se usan para calificar algunos comentarios o artículos.

Que tienen que ver con lo político, muy sencillo, en este 2020 que no hay elecciones en todo el país, quienes pretenden significarse en esa actividad para alcanzar posiciones a través del voto, pueden obtener desde tendencias en la actuación de los ciudadanos, perfiles y elaborar pronósticos, de ahí que, los almacenes de datos se convertirán en algo y codiciado, no le hace que se debe solo al supuesto de que encontrarán cosas que sirvan para saber el comportamiento de los ciudadanos.

Expertos en el tema, cuándo hablan de la fábrica de datos, dejan bien claro que el uso de las redes sociales, pese a ser gratuitas en su mayoría, tienen un costo que los cibernautas no descifran, es decir que el costo se paga con los datos que aportamos al usar desde correos electrónicos hasta aplicaciones de redes sociales, de ahí que, vale la pena decir que en la Internet nada es gratuito.

Solo del que no se conecta a la Internet no se tienen datos y, de acuerdo con la información con datos del INEGI, soportados con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares del 2018, en el país existe más de 74 millones de usuarios de Internet, que tienen edades entre los seis o más años y representan casi el 66 por ciento de la población.

De acuerdo con la encuesta casi el 52 por ciento de quienes están en las redes en calidad de internautas, son mujeres y el 48 por ciento hombres, con la observación de que hay un crecimiento de más de cuatro puntos respecto al reporte que se obtuvo en el 2017.

Para eso de la construcción de grandes bases de datos que luego podrían usarse con fines comerciales y políticos, debe saberse que, en México, la conexión móvil a Internet es la que más se usa, en casi el 90 por ciento, mientras que el resto lo hace mediante WiFi, por ello, la encuesta del INEGI en el 2018 señala que la población mexicana mayor de seis años utilizó el celular para estar en las redes sociales.

En virtud de que el rastro de los mexicanos está en las redes sociales que usan, es importante apuntar que la cantidad de personas que disponen de un celular inteligente ha crecido demasiado rápido, porque del 2017 al 2018, subió de casi 65 millones a 70 millones y en éste último año, se registró un aumento de los usuarios que se conectar a Internet por celular de casi 94 por ciento mientras que, quienes lo hacían en el 2017 eran el 92 por ciento.

En el uso de las apps que dejan rastros para los grandes almacenes de datos, que luego serán descifrados mediante algoritmos para beneficio del comercio de productos y quizá hasta de políticos, el dato que da la encuesta precisa que casi 46 millones de personas que tienen un celular instalación aplicaciones, de ellos el 90 por ciento lo hizo para mensajería instantánea, el 81 por ciento para acceso a las redes sociales, el 72 por ciento para aplicaciones de contenidos de audio y vídeo y el 18 por ciento para acceder a la banca móvil.

Con todos estos datos del uso de la nueva tecnología de comunicación, el panorama sobre los bancos de datos es de riesgo, sobre todo porque a nadie parece importarle el rastro que deja en las redes sociales, que, en apariencia son gratuitas, pero, su valor está en la recopilación de información para generar perfiles, tendencias y hacer pronóstico del comportamiento humano.

La falta de participación de los ciudadanos en los proceso políticos, su negativa a intervenir en las actividades de los partidos políticos y hasta su ausencia en las urnas, obliga a los prospectos a cargos públicos a echar mano de los profesionales de las redes sociales y estos de los bancos de datos que podrían comercializa los propietarios de las redes sociales, para llegar con información política oportuna, sin que haya la autorización de los usuarios de redes, cosa que no importa, en un escenario dónde la entrega de información de impacto podría modificar conductas a favor de la política.

El punto es también, que todos los ciudadanos deben analizar hasta dónde la política de protección de datos personales es efectiva, en virtud de que la promoción de ello es continua, pero, en contraparte siempre existe información en el sentido de que, los usuarios de Internet y redes sociales se encuentran en estado de indefensión por la venta de bancos de datos fabricados a partir de los recorridos que hora tras hora realizan los cibernautas.

Los otros.

En este punto de los partidos políticos, en que se encuentra en el poder federal, Movimiento de Regeneración Nacional, por increíble que parezca, se encuentra en crisis financiera y eso que, a nivel local, el Instituto Electoral de Tamaulipas entrega las prerrogativas que les corresponden de manera puntual.

Resulta que el profesor Enrique Torres Mendoza, dirigente estatal de esa organización y quien, antes de llegar a esa posición fue el tesorero, tiene sin pagar casi seis meses la renta del local donde despacha porque ahí se encuentran las oficinas del partido, inmueble localizado en el 15 Allende de la zona centro de Ciudad Victoria.

Debe ser un asunto de vergüenza para los funcionarios federales y municipales como El Delegado de Delegados del Gobierno de la República, José Ramón Gómez Leal o de los alcaldes de Madero y Matamoros, Adrián Oseguera Kernión y Mario Alberto López Hernández, de manera respectiva, enterarse que la dirigencia de su partido no paga la renta del edificio que ocupan.

Lo peor del asunto es que, con todo y la deuda allí, están Torres Mendoza, pero, no paga y al parecer no es su idea hacerlo en virtud de que, el pleito interno que se dio entre los manejadores del comité estatal provocó que él se quedara sin acceso a los dineros que el IETAM aporta o las transferencias bancarias que algunos militantes o funcionarios de Regeneración Nacional están seguros de que llegan del comité nacional.

Quizá valga la pena que, al presidente de la República, don Andrés López Obrador, le llegue la información de la mala imagen de su partido, porque a pesar de ser el del gobierno, no pagan la renta.