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ENTRE CACA Y BASURA

EL FRANCOTIRADOR

            Por Óscar Jiménez

ENTRE CACA Y BASURA

La fuga de reos del Penal de Ciudad Victoria marcó muy pronto un parteaguas en el gobierno del estado de Tamaulipas en vigencia.

De ahora en adelante se analizará a este gobierno estatal desde el antes y el después de la fuga de presos, debido a varios ingredientes que se conjugaron en estos hechos de sangre.

Sin embargo el más relevante de los ingredientes de esta contingencia es el asesinato de una persona (civil) inocente que murió a manos de los reos fugados cuando le quitaron su vehículo.

Además la ausencia muy marcada de altos funcionarios del gobierno de Tamaulipas, que emularon en esa estrategia silvestre a la aplicada en gobiernos estatales anteriores. Nos volvieron a dejar solos y eso es muestra del desamparo político y de seguridad en que estamos.

Pero después de haber leído muchos reportes sobre lo acontecido en el Penal victorense, todos, muy realistas y que dieron muestra de la profesionalidad de los periodistas y de sus medios de comunicación, a mi juicio queda un punto por analizar. Veamos.

Hay un ángulo de esta tragedia que no fue abordado por nadie y que a mi gustaría solamente poner el dedo sobre ese renglón, a reserva que la autoridad o mejores enterados en el tema digan lo pertinente.

Les cuento que durante la grave contingencia generada por las balas, el fuego, los golpes, el túnel, el asesinato, los heridos inocentes y presidiarios, la corrupción, el llanto de familiares de reos y la presencia policíaca, estos últimos trabajaron en pésimas condiciones.

Y es que estos días en que los victorenses estuvimos con “el Jesús en la boca” por el peligro que representa andar sin guaruras en una ciudad en donde se esconden peligrosos reos, los policías estatales enviados a poner orden en el Penal durmieron entre basura y estiércol de caballo. ¡Sí, entre caca!

Sé que no fueron a un picnic, es obvio y ellos lo aceptan. Sin embargo estaban en la mancha urbana y no en el monte y bien pudieron “los jefes” de seguridad pública estatal o del C-4 o de la secretaría general de gobierno crear condiciones laborables mejores.

Porque las imágenes de dónde durmieron nuestros policías y en qué condiciones, me causan ruido, molestia pues, porque ¿cómo les pedimos que arriesguen sus vidas por nosotros si no somos capaces de darles mejores condiciones de trabajo?

Insisto, no fueron a pasear, pero tampoco estaban en la sierra, y quiero suponer que si hoy  hubo dinero para comprar camionetas blindadas para los funcionarios estatales y sus familias y antes, para convertir en un búnker las oficinas de la secretaria de seguridad pública estatal en Ciudad Victoria, a poco no han tenido dinero para, por ejemplo, acondicionar dos o tres autobuses con camas-literas para que duerman nuestros policías (aquellos que no estén de turno).

Estamos tan acostumbrados a criticar a nuestros policías, a lincharlos en los medios de comunicación, y no digo que algunos no se lo hayan ganado, pero no todos y por estos últimos es que debemos de mejorar sus condiciones de trabajo para poderles exigir mucho y desde luego aplicarles la ley cuando desvíen su camino.

Caca de caballo y basura fueron sus mejores  acompañantes en las largas horas en que estuvieron imponiendo orden en el Penal de Victoria, ¡ah! y como comida casi siempre les dieron queso en salsa. Este es parte textual del diálogo que sostuve con uno de nuestros policías durante los días de crisis del penal de Victoria… (Asta esta hora llevo tres días y mal tragado con puro queso quieren que sobrevivamos).

Cambiando de tema. Qué me dice de lo que sucedió en Altamira, en concreto en la Jurisdicción Sanitaria Número 12, en donde la trabajadora Xóchitl Rangel Vega se quejó de malos tratos del titular de esa oficina estatal de nombre Alfonso Álvarez.

La trabajadora cansada de recibir malos tratos de Alfonso Álvarez se fue a la banqueta de las oficinas de salud en Altamira y protestó porque a pesar de que fue reinstalada por la autoridad laboral recibió humillaciones y muchos gritos de parte del jefe de la jurisdicción sanitaria.

Este es un caso más de cómo la secretaría de salud está incendiada. En Ciudad Victoria ya ha intervenido el propio sindicato de trabajadores debido al acoso laboral, en Reynosa el encontronazo está tan fuerte que hasta un Centro de Salud fue quemado y ahora en Altamira hubo una protesta en la calle.

¿Qué pasa? ¿Los nuevos jefes de oficinas de salud no saben tratar a la gente? ¿Cuál es el coraje que trae contra los trabajadores? ¿Y Lydia Madero, secretaria de salud en nuestra entidad,  qué está haciendo?

NIDO DE VÍBORAS

   … M. A. Kiavelo, Jorge Fernández Meléndez, Ricardo Alemán, entre otros periodistas nacionales, “se dejaron caer” con sus comentarios agrios sobre nuestro estado…¡No sólo fuimos los tamaulipecos!

osjinuf@gmail.com