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Estructura Federal

Tribuna

Por Javier Terrazas

Estructura Federal

Han pasado dos meses y 5 días de que Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia de la república de México.

Sin embargo, la estructura territorial de su gobierno va muy lenta, casi tan lenta como su pausado hablar.

En Tamaulipas, de las poco más de cincuenta delegaciones federales no se han integrado ni las diez más relevantes.

Los asuntos urgentes o emergentes les están ganando la atención del presidente, sobre  las cosas importantes del país.

El nuevo estilo de gobernar, entre conferencias mañaneras que reúnen a segmentos del gabinete y las giras de fines de semana a diversas regiones, acaparan la agenda.

Cierto que ese tipo de reuniones son buenas para marcar agenda cuando se busca acceder el poder, pero cuando ya se tiene el poder, hay que ejercerlo.

Tratar de impulsar un nuevo modelo económico y de gobierno sobre estructuras tradicionales no es ni será fácil.

La mejor forma de hacerlo es primero capacitar al equipo de gobierno sobre el plan a instrumentar y que cada quien en su área lo baje a las oficinas centrales.

Y una vez asimilado, que se lleve al territorio para su implementación de manera  ordenada y atendiendo diferencias regionales.

A quién ostenta la representación del gobierno federal en Tamaulipas, José Ramón Gómez Leal,  corresponde ser el hombre más calificado para tarea de proyección de la filosofía y acción de la llamada “Cuarta Transformación”.

De los Delegados de las instituciones en que se han designado a sus nuevos titulares, casi ninguno ha salido cuando menos a presentarse, mucho menos a dar a conocer los planes o programas.

Gómez  Leal se supone que despachará en las oficinas de la SEDESOL que pasó a ser la Secretaría de Bienestar.

De los pocos designados aparecen Ricardo Ortíz Estrada en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes;  Gustavo Hinojosa Cuéllar en la Comisión Nacional del Agua; Eduardo Martínez Bermea en el ISSSTE;  Fernando López Gómez en el IMSS.

Sin embargo, están muy calladitos y sin entrarle de lleno a la atención de la problemática de sus áreas,  que empieza a crecer porque son ya dos meses de inacción.

Si a la problemática ordinaria se le agrega la derivada de los recortes de personal o de la suspensión o paralización de algunos programas o subsidios,  se les hará un caos en el corto plazo, de mantenerse esa pasividad.

Tamaulipas requiere se gran sintonía entre los funcionarios federales, estatales y municipales para que su dinámica no se detenga.

De tal forma que urgen las definiciones de los nuevos delegados o subdelegados para las diferentes áreas pendientes.

No puede ser que no haya un Delegado de la SAGARPA ahora denominada SADER, cuando se tiene en marcha el ciclo agrícola otoño-invierno en el que se siembran casi 900 mil hectáreas de sorgo y maíz, principalmente.

El pasado 4 de febrero se realizó una reunión de evaluación del Presidente López Obrador con su gabinete, en donde uno de los temas fue precisamente la labor de los Delegados Federales.

Y es que para que  los programas federales empiecen a fluir, se requiere con urgencia sean terminados los censos que desde la Secretaría de Bienestar se realizan.

Esperemos que a la par con ésta prioridad, lleguen las definiciones de los nombramientos de los nuevos representantes. Estas oficinas federales no pueden ni deben permanecer  paralizadas o en manos de “encargados de despacho” sin  mando ni atribuciones legales.

El tiempo de la transición quedó atrás, se tuvieron cinco largos meses de julio a noviembre para la planeación y definición de los equipos. Es tiempo de gobernar y hacerlo con eficacia.

Cuestionar a los gobiernos anteriores porque desde  la óptica actual lo hacían muy mal, es una postura muy cómoda pero irresponsable. Cuando ya se tiene el mando es peor dejar de hacer o tener paralizada la estructura por no definir los nuevos funcionarios.

Habrá que recodarles  a los de la Cuarta Transformación que el gobierno empezó el 1 de diciembre.