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Por Javier Terrazas

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En la delicada tarea de formar ciudadanos de bien para cada etapa de la historia, las instituciones son fundamentales.

La primera de ella es La Familia, donde padres, abuelos, tíos con valores y buenos ejemplos deben ser guía de los hijos y menores de edad.

Otra es la iglesia, cualesquier religión que se practique, pues el sacerdote, pastor, catequistas o hermanos y de nuevo los padres, coadyuvan a diferenciar el camino del bien del camino del mal. Afianzar la espiritualidad en el individuo es valioso para su futuro.

La tercera, una de las más relevantes, es la escuela, porque ésta es obligatoria para todos, salvo excepciones, casi todos los niños acuden a una escuela, a pesar de que no hayan asistido a una iglesia o que vengan de familias desintegrada.

Y en la escuela, la responsabilidad mayor es la de maestro o profesor, en un sistema educativo  inestable, en el que otros actores no asumen bien las funciones, por lo que éstas recaen en el maestro.

Y como actores, me refiero a los elementos que son parte del sistema educativo:  El Director del plantel;  El Inspector Escolar;  La Autoridad Educativa Estatal; Los Padres de Familia; El Profesor frente a Grupo; Los Alumnos.

La mayoría, no cumple a cabalidad su función en el quehacer escolar, de tal forma que el maestro las absorbe. Y cuando el maestro es bueno, suple con eficacia esas omisiones, pero cuando no lo es, el niño no tiene la formación adecuada.

También tienen funciones de formación del buen ciudadano, las autoridades municipales, estatales y federales, a través de la aplicación de las leyes, haciendo respetar el Estado de Derecho.

Leyes básicas como el Bando de Policía y Buen Gobierno en lo municipal;  las reglas de vialidad;  la constitución y sus normas fundamentales.

Los buenos gobiernos en sus tres niveles, son garante de que todo ciudadano, sea en etapa de formación educativa, profesionista o trabajador, actúe en el marco de la legalidad.

Sin embargo, para mala fortuna de la sociedad actual,  las instituciones formadoras están fallando en lo general

Casi nadie hace bien el tramo o parte que le corresponde, de tal forma que las deficiencias pasan al siguiente eslabón de la cadena.

Y el resultado, es desastroso.

Por ello, la responsabilidad de los maestros en la formación de la nueva sociedad mexicana, es vital.

México reclama y requiere para ésta etapa maestros con profunda vocación para la enseñanza y acentuado compromiso social.

La reconstrucción del tejido social, esa frase tan trillada en los discursos de los políticos o aprendices de políticos, pasa necesariamente por las aulas.

Si, las aulas de preescolar, primaria, secundaria y preparatoria, donde los alumnos tienen que formarse bien, para enfrentar y mejorar los contaminados entornos.

De ese tamaño es el reto de los maestros de nuestro tiempo. En ellos hay que confiar más que en muchos padres de familia, sacerdotes o pastores y autoridades municipales o estatales.

Habrá que esperar no declinen en su misión. En diferentes  etapas han salido adelante y ojalá que éste reto sea bien librado.

Hoy más que nunca, el país necesita de sus buenos maestros.

Felicidades a todos los que abrazan con pasión y ejercen ésta importante profesión del magisterio.

A los más de 50 mil trabajadores de la educación básica en Tamaulipas.

Y en especial a los que contribuyeron a mi formación, entre ellos a mi padre , quien ya está en el cielo.

A los de la primaria, secundaria, preparatoria, universidad, posgrado. De todos he abrevado saberes y aprendido valores. Gracias por ser parte de mi vida.

Y a seguir su misión de  titanes, aunque el gobierno en su responsabilidad de patrón no la remunere dignamente.

Felicidades MAESTROS