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Gasto inútil

Tribuna

Por Javier Terrazas

Gasto inútil

La gran mayoría de los ciudadanos hemos pasado por alguna o varias instituciones educativas en la etapa formativa.

Y conocemos, por tanto, los resultados de cada ciclo, pues  regularmente se hace un balance.

Adicional al recuento escolar procuraba hacer mi propio balance para optimizar el uso de los materiales escolares.

Siempre me pareció incongruente la carga de útiles escolares excesivos que en algunas etapas pedían, porque muchas veces ni se utilizaban.

Hasta en los asuntos más básicos como los cuadernos, estos nunca se ocupaban al cien por ciento, así es que en lugar de eliminarlos, los destinaba al siguiente curso, previo cambio de forros.

Con el paso de los años, vi con tristeza como en todos los niveles educativos se hacen extensas listas de útiles que se entregan a los alumnos y estos a sus padres para el siguiente ciclo.

Y desgraciadamente, una buena parte de esos materiales ni se tocan, en tanto que en los cuadernos asignados para cada materia, siempre se quedan sin ocupar más de la mitad de las hojas.

Sería importante que las autoridades educativas federales que en la entidad representa Gerardo Terán Cantú, el Secretario de Educación en la entidad, Héctor Escobar Salazar y el Secretario General de la Sección 30 del SNTE  Rigoberto Guevara Vázquez, valoraran esa situación.

Quizás no para éste nuevo ciclo que ya está casi en proceso, pero en donde paulatinamente deben incorporar las nuevas tecnologías de la información no solo en modelo pedagógico, sino en el acceso a los materiales didácticos.

En ésta nueva era digital, una tableta o un teléfono celular con acceso a internet podría sustituir a muchos materiales.

Cierto que no todas las escuelas quizá tengan acceso a internet o a la posibilidad de las tabletas o teléfonos celulares, pero es un paso indispensable aunque sea de manera paulatina.

Son muchos recursos que destinan los padres de familia a la compra de los útiles escolares, así como muchos recursos públicos también que los gobiernos municipal, estatal y federal, destinan a ese mismo objetivo, muchas veces duplicado.

En ésta nueva etapa, todos los maestros deben saber lo básico de computación y el acceso a las herramientas indispensables. En tanto que los “niños digitales” ya están familiarizados con el celular o la tableta.

El uso de la tecnología en el proceso de enseñanza aprendizaje es todo un reto, pero también una ventaja competitiva para la formación de las nuevas generaciones, ya que es el campo que les espera.

Incluso el pensamiento matemático, el razonamiento lógico y la lecto-escritura, deben también evolucionar  hacia el uso de esas herramientas, para hacerlos más atractivos.

Todo este cambio, generaría un gran salto tecnológico en la educación, con repercusiones de gran impacto en la economía familiar y del propio Estado, así como en la ecología.

Cuestión de un poco de tiempo y de decisiones visionarias de las autoridades educativas y sus actores principales.