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Gil y López, dos pillos con suerte

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Oscar Contreras

Gil y López, dos pillos con suerte

Circula en el Facebook una fotografía donde aparecen Griselda Carrillo, Carlos «El Cacho» Toral, Armando López y Javier Gil, sentados en un restaurante departiendo lo que fue un buen almuerzo y existen tres versiones sobre esta foto:

Primera. Que los cuatro priista se reunieron para intercambiar opiniones sobre lo que sucede en Altamira y lo que pueden hacer en el PRI para detener el avance de Acción Nacional y sus aliados en Altamira.

Segunda. Que Gil reunió a estos tres priistas para pedirles que apoyen a su esposa en la candidatura a la diputación local o bien, a la presidencia municipal de Altamira.

Y tercera. Que los buscó para que apoyen a su esposa con recursos suficientes en su campaña así como él lo hizo cuando fueron candidatos.

La verdad de las cosas es que Javier Gil y Armando López han sido señalados por desviar recursos federales estatales y municipales, de hacer obras fantasmas y saquear al municipio hasta más no poder, es decir, hasta el último minuto de su gestión.

Por ejemplo, se recuerda que cuando Gil pidió permiso al cabildo para ser candidato a la diputación federal, el alcalde que lo sustituyó Héctor Villarreal tuvo que hacer una conferencia de prensa banquetera, para pedirle a las empresas del corredor industrial que ya no enviarán el pago de sus impuestos con dinero, que lo hicieran en especie con materiales, ya que Gil enviaba a su secretario a la presidencia municipal a recoger diariamente los ingresos de esos pagos. Por cierto, Ciro Hernández era el tesorero en ese momento.

De Armando se recuerda que la SEDATU colaboró para hacerlo millonario porque hizo obras que luego nunca aparecieron y el relleno de más de 100 metros en la Laguna de Champayán que le permitió ampliar el terreno de que hizo a su propiedad, popularmente conocida como La Quinta.

Desde luego que Javier Gil y Armando López tienen registrados más abusos que cometieron estando en la presidencia municipal de Altamira, pero con estos que les comentamos son suficientes para preguntarnos porqué la justicia de Los Vientos de Cambio no los alcanza y siguen libres como si nunca hubieran hecho nada.

Creemos que ya es tiempo que los pongan en orden, que paguen lo que le hicieron al pueblo de Altamira, que no vuelvan a subirse al escenario político, porque estos dos ladrones son un ejemplo claro del porqué la gente ha perdido la confianza en los partidos, las instituciones y la política.

Son un ejemplo de la impunidad y la corrupción que se tiene en los distintos niveles de gobierno y si las autoridades les permiten seguir vigentes y activos en la política, pues muy pronto los volveremos a ver como candidatos y habrá que pedirles perdón por lo que escribimos.

Punto final. Hablar de una posible alianza politica entre el PAN y el PRI es volver al pasado, es tirar a la basura de la historia la lucha que Acción Nacional emprendió por más de 80 años para derrocarlo. Pero como bien dicen por ahí, en la política todo es válido para derrotar al enemigo, aunque esto tenga un alto costo moral y de principios, ya veremos lo que sucede…