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Indefendible el PRI-Gobierno del gasolinazo

PRESENCIA                

ANA LUISA GARCÍA G. 

Indefendible el PRI-Gobierno del gasolinazo

Comercio fronterizo pierde competitividad

Peña Nieto en plena caída de aceptación

1.- El incremento en el precio de las gasolinas Premium y Magna hará más pobres a los sectores económicamente débiles, a quienes ni siquiera tienen un vehículo que consuma combustible, que quizá anda en bicicleta o se movilizan en transporte público, pero cuyos ingresos perderán más capacidad adquisitiva frente a la oleada de alzas de los artículos de consumo, porque todos requieren del transporte, por lo tanto de combustibles para arrastrarlos desde su fuente original (fábricas o el campo) hasta los centros de comercialización.

No habrá política social en este país que logre compensar a los más desprotegidos frente a este encarecimiento que viene; no habrá discurso oficial que rescate al PRI-Gobierno de esta debacle política y no por haber llevado a cabo la Reforma Energética en la que tiene también responsabilidad el PAN e incluso el PRD, sino por las prácticas de corrupción y excesos en los pagos cortesanos que se han practicado en por lo menos el último medio siglo y que mantienen hundido a medio país en la pobreza.

Las exuberancias en recursos  para comprar la complicidad de senadores y diputados federales ofenden al ciudadano común, al que percibe salarios de hambre mientras que esos círculos Versallescos reciben elevados sueldos, robustos aguinaldos, atractivas compensaciones, oportunidades de turismo legislativo, servicios médicos particulares de excelencia, porque sus vidas y las de sus familias “valen más” que las de cualquier mexicano, ni que hablar de los “bonos” que con cualquier pretexto se les asigna.

La bonanza más visibles es la que beneficia a los integrantes de las dos Cámaras que conforman el Congreso de la Unión, además del robusto presupuesto (sin recortes) asignado al Instituto Nacional Electoral (que reparte el pastel entre los diferentes partidos políticos), pero hay mucho más de esos excesos en las Secretarías que conforman el Gobierno Federal.

En los próximos días se escucharán discursos oficiales buscando justificantes al alza; argumentos en busca de contrarrestar las demandas de aumento de tarifas en el transporte. Para este sector el combustible es deducible en un 100 %, igual para las fábricas que movilizan cargas de alimentos procesados, detergentes y todos los artículos que compramos en un almacén comercial.

Ese es el argumento que desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) se está puliendo para armar la estrategia de comunicación, sin embargo al transporte no sólo le pega el incremento de los combustibles, sino el de las refacciones encarecidas en los últimos meses como consecuencia de la caída del peso frente al dólar, porque casi todas las piezas de este ramo son de importación.

Un sector, el del transporte público, con el cual el gobierno ha sido bastante tolerante en su ineficiencia, por lo menos en Tamaulipas, debido a que la responsabilidad de este servicio compete al Estado y es más cómodo concesionarlo y hacerse de la vista gorda frente a sus muchas carencias.

En la otra cara de la moneda, la SHCP en automático tendrá un incremento en sus captaciones por la venta de gasolina, su 16 % de IVA crecerá, a más volumen en pesos, mayores ingresos por concepto del IVA aplicado al combustible.

2.- En cuanto a la zona fronteriza, el comercio en general, incluyendo las gasolineras, temen una baja en las ventas al perder competitividad frente al mercado del vecino del norte. Hasta hoy 31 de diciembre la diferencia de precio por litro era de dos pesos, a lo que hay que agregar los aumentos de precios a partir del 1 de enero y lo que viene en febrero.

Pese a la paridad peso-dólar, hay artículos que ofrecen mejor precio en la conversión y eso es lo que temen en los próximos meses.

 3.- En el mismo tema pero desde el punto de vista del ambiente social provocado por el nuevo precio de los combustibles, los estudiosos de la Ciencia Política entienden la legitimidad de un gobierno, como el conjunto de actitudes positivas hacia el sistema político considerado como merecedor de apoyo. Un signo de ausencia de apoyo es el nivel de desaprobación gubernamental para Enrique Peña Nieto, el más alto que haya registrado un Presidente en México en las últimas dos décadas, sólo comparable con la gestión de Ernesto Zedillo, cuando el país enfrentó una severa crisis económica.

Y lo que son las cosas, en este momento México no está enfrentando aun, una crisis de ese nivel, aunque para allá vamos, pero desde Ayotzinapa y la Casa Blanca Peña Nieto no ha logrado levantar su nivel de aceptación. De tal suerte, que el gasolinazo de fin de año llega en medio de un contexto de reprobación ya existente y se dispara aún más, por no haber preparado el escenario; ni gobernadores, ni el jefe de Gobierno de la ciudad de México fueron enterados con antelación.

En esas circunstancias es claro que Peña Nieto carece de legitimidad para implantar medidas de esta naturaleza que no van a obtener la aprobación social, cuando venimos de un alza del precio del dólar, de un recorte a los presupuestos Federal y de los estados del país, todo en medio de historias de saqueo de varios gobernadores, unos prófugos, otros en el banco de los acusados y algunos encarcelados.

En ese marco de circunstancias la reprobación popular no apuntala al actual Gobierno de la República y la factura será cobrable en el 2018.