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Indicadores violencia

Tribuna

Por Javier Terrazas

Indicadores violencia

En su reporte del pasado 30 de junio, relativo al informe de incidencia delictiva del Centro Nacional de Información, de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, revela a nivel nacional el panorama nacional de inseguridad y violencia.

Sin duda, una herramienta valiosa para direccionar de una mejor forma las estrategias y acciones tendientes a reducir los índices delictivos que en general se han disparado en el país.

La tasa promedio de homicidios dolosos por cada cien mil habitantes es de 2.4.

Hay regiones de alta incidencia como Colima con 7.9, Baja California con 7.4, Chihuahua con 6.3, Sonora con 5.3, y Guerrero con 4.7.

Mientras que zonas de menor violencia lo son Yucatán con tasa de 0.1, Baca California Sur con 0.2, Durango con 0.4,  Querétaro con 0.5, y Campeche con 0.5.

En el caso de Tamaulipas, se ubica en el número 17 a nivel nacional, con 1.7.

De esa misma región noreste Nuevo León tiene un 1.6; San Luis Potosí 1.5, Veracruz 1.8, en tanto que Coahuila es el mejor posicionado con 0.6.

De los seis estados norteños los peores son los del noroeste, Baja California con 7.4, Chihuahua 6.3, Sonora 5.3; luego están los del noreste, Tamaulipas con 1.7, Nuevo León 1.6 y Coahuila con 0.6.

Ahora bien, en el comparativo de los datos de junio del 2019 con los de junio de 2018, se aportan datos relevantes sobre las entidades que han mejorado.

Desgraciadamente a nivel nacional  los homicidios dolosos subieron un 8.4 por ciento.

Las entidades más afectadas fueron Hidalgo con un 550 por ciento; Tlaxcala con 433 %;  Sonora un 156%;  Nuevo León con 150% y Yucatán con un 100%.

De los estados que registraron reducción en los homicidios dolosos de manera importante fueron Baja California Sur con 66.7%; Durango con 63.6%;  Campeche con un 50%;  Sinaloa con un 43%; Nayarit, un 43%;  Querétaro un 31% y  Tamaulipas con un 23.2%.

Tamaulipas fue uno de los 15 estados en los que se redujo el número de crímenes dolosos.

Lo anterior prueba de alguna forma que las acciones que se manera conjunta realizan los gobiernos federal y estatal en la lucha contra la delincuencia organizada y delincuencia común, van por buen camino.

Obvio que falta mucho por hacer para que se llegue a los niveles que la población en general y los sectores productivos reclaman y desean para su tranquilidad y que  las inversiones lleguen para el cabal aprovechamiento del potencial tamaulipeco.

Hay un esfuerzo conjunto de las autoridades federales que preside Andrés Manuel López Obrador y que permitieron que en el relevo  federal, permanecieran  las tropas del Ejército, Marina y Policía Federal.

Ahora toca a la nueva policía denominada Guardia Nacional, así como a las bases de SEDENA y MARINA, continuar la labor, coadyuvando con el esfuerzo estatal a través de las Policías Estatal e Investigadora.

En ésta misión será fundamental que el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, no baje la guardia y por encima de orígenes partidistas,  el tema de la seguridad nacional y estatal se sigan manejando con gran empeño, coordinación y estrategias conjuntas.

Los 371 kilómetros de frontera con Texas y los 430 kilómetros de litoral con el Golfo de México hacen de Tamaulipas un estado atractivo para las bandas delincuenciales y por tanto vulnerable.

Un punto de gran relevancia, es que la presencia de la nueva Guardia Nacional en la frontera tamaulipeca y el reforzamiento de la Patrulla Fronteriza en el lado estadounidense, se conviertan también en un filtro para frenar el tráfico armas.

Una demanda perene de las autoridades mexicanas en las múltiples reuniones bilaterales y de gobernadores fronterizos.

Recientemente presentada por el Canciller Marcelo Ebrard y respaldada por algunos gobernadores mexicanos de la región norte del país, entre ellos el tamaulipeco Cabeza de Vaca.

Si los vecinos del norte, coadyuvaran sacrificando un poco las ganancias de su poderosa industria bélica en la frontera sur, mucho auxiliarían a reducir la delincuencia organizada en  la frontera norte de México, y por ende en sus territorios.

Hay que apretar el paso en la lucha cotidiana contra las bandas delictivas en el territorio y en las negociaciones bilaterales por  el combate al tráfico de armas.

Solo así se abatirán de fondo los altos índices delictivos que hoy nos tienen en zozobra permanente y obstaculizan el progreso sano de  la frontera México-Estados Unidos.