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Jeepeando por Victoria

Tribuna

Por Javier Terrazas

Jeepeando por Victoria

Hay grupos de automovilistas que gustan de la aventura y las emociones fuertes a la hora de conducir por sitios complicados, entre sierra, pendientes, arroyos, brechas y caminos en mal estado.

A esa actividad, por el tipo de vehículos que utilizan, con doble tracción, llantas altas, suspensión arreglada, se le denomina “Jeepeando”.

Hay clubes de practicantes y aficionados por diversas partes de la república, de tal suerte que ésta labor se convierte en una actividad emotiva para sus aficionados.

Por lo general son clubes de amigos e incluso familias.

Para su práctica, se han establecido algunas rutas en diversas zonas del país.

Algunas contemplan montaña, otras desierto. Hay aquellas que son una combinación de diversas zonas complicadas.

El largo comentario introductorio tiene su justificación porque los automovilistas victorenses nos hemos convertido en practicantes de esa riesgosa actividad.

Resulta que las calles de Ciudad Victoria, la capital de Tamaulipas tienen el peor estado de abandono de las últimas décadas.

Cualquiera que sea su ruta del hogar al centro de trabajo; a la escuela de los hijos, o cualquier otro compromiso, al conducir el auto o camioneta, los victorenses vamos “jeepeando”.

El propio alcalde Xicoténcatl González Uresti, en el diagnóstico presentado en las últimas semanas, revela que solo el 10% de las calles están en buen estado.

Y el resto se reparte entre regulares, malas, muy malas, pésimas e intransitables.

La Dirección de Obras Públicas y el departamento especial de bacheo del Ayuntamiento, no han podido atender con la celeridad requerida el rezago, de forma el problema “se los come”.

Pareciera que el combate al “Huachicoleo” por parte del gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador, está afectando a la gestoría de asfalto por los Ayuntamientos ante PEMEX y su respuesta favorable.

Sin embargo, el asfalto no corre por ductos, si está disponible.Se observa en una que otra cuadrilla que hace labores de bacheo en una que otra calle con emergencia o contingencia.

La situación es de tal deterioro de los asfaltos, que por más diestros que seamos los conductores victorenses en el dominio del auto, en cualquier ruta que se siga o en cualquier tramo, siempre hay “nuevas trampas”.

El abandono está en toda la ciudad. Desde las céntricas calles como Hidalgo, Juárez, Zaragoza, Morelos, Ocampo, Méndez, Doblado, Democracia, Abasolo, Allende, Carrera Torres, Aldama, Mina o Berriozábal que van de oriente a poniente o visceversa.

O en las que tienen circulación de sur a norte  o norte a sur, mejor conocidas por números. Ocho, Nueve, Cero, Cinco, Seis, Siete y así sucesivamente.

Incluso las avenidas de acceso a la ciudad como un tramo de la ruta al aeropuerto por la salida a Soto la Marina y Tampico; o bien la llegada de Matamoros, desde la calle Hombres Ilustres al Boulevard Fidel Velázquez parecen zonas bombardeadas de un país del medio oriente.

Una situación deplorable para la ciudad. Me ha tocado ver choques por evitar caer en un bache profundo; autos circulando en un carril en sentido contrario por evitar baches; ponchaduras de autos viejos o nuevos que cayeron en baches.

Con una situación agravada por las recientes lluvias que hicieron más grandes algunos baches, otros mas profundos, en tanto que se llevó el asfalto o escombro con que se cubrieron algunos.

Cierto que Ciudad Victoria no se construye o reconstruye en tres o cuatro meses por un nuevo y despistado alcalde e imberbe equipo de colaboradores.

Pues el problema es de antaño y tiene varios trienios en franco deterioro.

Sin embargo, la cruda realidad es que ha dejado caer la ciudad como nunca. En poco más de cien días se ve un problema más pronunciado en lugar de atenuarlo.

La solución de fondo es un buen drenaje pluvial que corte los escurrimientos que bajan de la sierra en cada lluvia arrastrando pavimentos y basura. Pero esa está muy lejana, no hay visión, capacidad de gestoría, ni respaldo federal ni estatal para una obra magna como esa.

Así es que no queda de otra al Ayuntamiento de Ciudad Victoria que encabeza Xicoténcatl González Uresti. Aprender a tapar baches y hacerlo al ritmo de “La Cucaracha” o al menos al de “La Macarena”.

O bien, incluir a la capital tamaulipeca en una Ruta de Jeepeando, colocándola aunque sea de esa forma, en el escenario mundial.

Por lo pronto, como no ocurrirá ni una ni otra cosa, cuídese usted, su auto y a su familia. ¡Aguas con los Xico-Baches”