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JORGE VELA, AHORA DESCONOCE Y DETESTA A EGIDIO

CUADRANTE POLÍTICO

POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO

JORGE VELA, AHORA DESCONOCE Y DETESTA A EGIDIO

El actual jefe  de prensa  del PRI  estatal, se hace el ofendido, cuando  le mencionan que él,  es una pieza más  del egidismo, en la estructura dirigente del PRI estatal. El comunicólogo  de origen tampiqueño reaccionó como  que  si le hubiese picado  una avispa, cuando el autor  de esta colaboración  le recordó que  el CDE  del PRI, y de manera especial, su Presidente, Sergio, “Checo” Guajardo,  son personeros  del ex gobernador multimillonario que reside en San Pedro  Garza García.

La charla con Vela, se dio cuando  le llamé por celular, para  preguntarle sobre  la encerrona que los diputados egidistas realizaron  este pasado viernes, en el salón privado del Restaurante El Edén,  del hotel  Paradise.

Hacia  las  nueve  de la mañana, estuvieron arribando al citado lugar,  personajes  ligados al pasado sexenio, como la  diva  de la política matamorense Mónica García González. ¿Qué vas por  la alcaldía  de  Matamoros?, le pregunté  a la esbelta Mónica. Y me dijo: “no, donde se me ha mencionado es para la diputación federal, pero nada seguro”.

Minutos  antes  había llegado muy saludador, el sobrino de oro, Carlos  Morris Torre, y casi enseguida,  se apareció el rubicundo Rafael González  Benavides, el mismo que  a lo largo d e su vida  política,  ha recurrido  a la traición  de sus amigos y paisanos,  con tal  de saciar sus ambiciones personales de poder y de privilegios.

Los egidistas   andan grillando, tratando  de tomar  por asalto la senaduría, diputaciones  federales  y alcaldías. Sienten que tienen la sartén por el mango en Tamaulipas, pero no  toman en cuenta  la nueva  correlación de fuerzas del priismo nacional, con la llegada  de Meade  como candidato a  la Presidencia.

—–Ellos  sí son de Egidio, me comentó Vela, ellos sí son egidistas, pero nosotros  los del PRI estatal, no. Yo por ejemplo, llegue a esta oficina  de  prensa  del PRI  estatal, gracias al apoyo  de mi amigo  Marco  Antonio Bernal. Yo soy bernalista, pero jamás  he sido, ni seré egidista”, dijo mal humorado  el actual jefe de prensa  en el tricolor  tamaulipeco.

Eso fue lo que dijo Vela, sin embargo, para nadie  es desconocido que, durante una parte del sexenio egidista,  JV, estuvo  a las órdenes  de  Guillermo  Martínez. Incluso, antes  de  aceptar  el  actual  puesto, como  titular  de medios  en el PRI estatal,  Vela  le consultó  a  Memo, preguntándole  cuál era su opinión sobre este tema, solicitándole su aval.

En la actualidad, Vela se ha acomodado  a su nueva situación, como vocero  decorativo  del PRI  estatal. No  tiene  capacidad  de análisis, y  se encuentra nadando  de a muertito, cobrando plácidamente  un salario, solo  por  hacer turismo militante, pues  regularmente  viaja a otras ciudades  del estado,  hospedándose en costosos hoteles de cinco estrellas, y  también  disfruta  de  boletos de avión, para  trasladarse  a  la ciudad  de  México.

Junto con  la burocracia  parasitaria  que actualmente ocupa   el PRI  estatal,  el único trabajo  de  Vela,  es  el de defender  a ultranza  a quien  le paga  y le brinda sus privilegios:  el  Presidente  del PRI  estatal,  Checo  Guajardo. Ambos, Checo y  Vela, prefieren no moverse. Les   es más  cómodo, no hacer ruido, ahorrase  declaraciones sobre  tal o cual tema que afecta  a la sociedad, sobre todo cuando ellos disfrutan, al igual  que los  legisladores  de Egidio, las bondades  del Edén presupuestal.

COLOFÓN:

Es muy triste que,  los priistas  que ocupan actualmente  cargos de elección popular, en el Congreso local,  y puestos  en  el PRI  estatal,  se encuentren uniformados por  el adocenamiento  y  la  carencia  de aributos políticos, para ser la oposición que el pueblo de Tamaulipas  demanda. Ambos grupos  de personajes, están agarrados  del orgullo  por los vientos. Los tienen bien controladitos. Y ni pío  dicen, porque a  cada unole tienen su expediente.

Pero  es más  triste  aun, que un vocero como  Jorge  Vela, protagonice escenas  de ira teatral, cuando  se le pregunta,  si responde  a los intereses  de Egidio.  Ayer, cuando le tocamos  el tema, poco le faltó para volver  el estómago, al mencionarle  el nombre  del célebre personaje del mostacho.

Vela, reiteró su  acostumbrado argumento:

—— ¡Soy  Bernalista, soy bernalista!

Que opinará  Marco  Bernal  al respecto?  Y todavía peor: ¿en qué concepto tendrán los egidistas  y los  memistas  a Vela, cuando  ahora, casi  casi vomita  sus nombres, a sabiendas de que fueron sus  antiguos, o todavía, sus actuales jefes?.