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LA GENERACION DE LA REFORMA

LETRA PÚBLICA

       LA GENERACIÓN DE LA REFORMA

RODOLFO SALAZAR GONZALEZ

Existe una generalizada opinión de los investigadores en coincidir, sin exclusión, en reconocer tácitamente la grandeza de la obra del Presidente Juárez y de la árcada de hombres que lo rodearon conocidos como La Generación de la Reforma.

Los hombres que integraron la generación de la Reforma que Juárez dirigió magistralmente en forma colectiva, eran hombres de gran valor individual, en eso reside lo más representativo de la grandeza de Juárez, en saber coordinar a un grupo de hombres que representaba lo más selecto de la época.

Eran 30, en números redondos, los integrantes de la generación de la reforma.  18 profesionistas y 12 brillantes soldados, «Rayos de la Guerra» los llamaría Luis González y González.  Los hombres de letras eran los siguientes: Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada, José María Iglesias, José María Lafragua, Castillo Velazco, José María Vigil autor con Vicente Rivas Palacios del «México a través de los siglos», José María Mata, Juan José Baez, Manuel Payno, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez, Ignacio Luis Vallarta, Ignacio Manuel Altamirano, Antonio Martínez de Castro, Ezequiel Montes, Matías Romero, Francisco Zarco y Gabino Barreda.  Del grupo de los militares solo sobresalen Porfirio Díaz, Manuel González, Vicente Riva Palacio, Ignacio Zaragoza y Mariano Escobedo.

Los Reformista cultos eran casi todos de la misma edad de Juárez, 45 años, habían nacido en la ciudad, eran citadinos con excepción de Juárez e Ignacio Altamirano que eran de origen pueblerino.

Los militares eran más jóvenes, la edad promedio era de 36 años, no pertenecían a la generación de Juárez, pero eran miembros de la generación de la Reforma.  Brotaron a la vida pública durante las guerras de independencia en 1806 y 1822, se identificaban mucho más con Porfirio Díaz que con el Presidente Juárez, eran de un origen humildísimo.

En cambio Lerdo y Lafragua eran producto de familias ricas, junto con don Vicente Riva Palacio  se consideraba de la gente «Chic».

Los 18 reformistas ilustrados se formaron en los mejores colegios de la época, Juárez, Matías Romero y Castillo en el Seminario de Ciencias y Artes de Oaxaca.  Lafragua e Iglesias en el Colegio del Espíritu Santo de Puebla.  Guillermo Prieto y Gabino Barreda en el Aristocratico San Idefonso, e Ignacio Ramírez en el Colegio de San Gregorio.  16 eran abogados y 2 médicos, Mata y Barreda.

Sin duda que la Generación de la Reforma, era un grupo muy diferente al de  los «Científicos» que dirigió posteriormente Porfirio Díaz durante la Dictadura.  Se debe a los Reformistas el bosquejo del primer proyecto nacional que le dio forma al país que empezaba a vivir políticamente independiente.

Juárez y sus hombres fueron los primeros en pensar en la necesidad de poblar el vasto y solitario territorio mexicano, llegando incluso a favorecer la inmigración en nuestro país.  Juárez fue el de la idea y de esto hay pruebas fehacientes e indestructibles de crear una red ferrocarrilera que cubriera el país de frontera a frontera.

Idea que con el tiempo Porfirio Díaz se adueñó de ella, y que le ha servido (sobre todo en estos tiempos modernos) de pararrayos a las críticas que su dictadura levanto en su contra. Juárez era el líder indiscutible de ésta generación prodigiosa que tanta luz otorgó al país en el mundo, por su talento, erudición y sacrificio por la soberanía del país. El Presidente Juárez fue el personaje dentro del proceso histórico más rico en muestra del valor heroico y ejemplo vigente en los días que se viven.

En la presidencia de la república Juárez respetó como nunca la libertad, permitió la crítica hablada y escrita.  Los especialistas en ese periodo de la historia no dudan en afirmar que es la etapa más democrática que ha vivido nuestro país hasta nuestros días. Cosío Villegas fue jocoso y realista cuando escribió que durante el Gobierno de Juárez: el periodismo fue tratado con un respeto por parte del Estado que no hubo antes ni ha existido después. Les recuerdo que Don Daniel murió en 1976 sin rectificar o modificar sus opiniones.

La pretensión cultural de Juárez era intensísima pero se enfrentó a las paupérrimas condiciones del indígena. Ignacio Ramírez le sugirió entonces algo imposible: Que se enseñara a cada grupo indígena en su propia lengua, perdurando por esta causa el abismo entre el indio y el mexicano de la modernidad.

Juárez  legisló para el futuro, dejar armas legales a los indios para que pudieran vencer a la ignorancia y a la adversidad. Decretando la obligatoriedad de las primeras letras y  que el Estado las entregara gratuitamente a la niñez. Estas letras son un homenaje al patricio, cuya flama sigue siendo la luz que ilumina el sendero de sus tiempos oscuros en los que a veces la nación y sus dirigentes se ven encapsulados.

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