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LA SEGURIDAD, EL GRAN NEGOCIO DEL PASADO SEXENIO

CUADRANTE POLITICO

POR FERNANDO ACUÑA PIÑEIRO

LA SEGURIDAD, EL GRAN NEGOCIO DEL PASADO SEXENIO

Una danza  de 240  millones en la opacidad. Dinero mal aplicado  y   más  de 26 millones  en calidad  de desaparecidos,  es hasta ahora el saldo  de  irregularidades  detectado por  la Auditoría  Superior  de  la Federación en el “Tamaulipas Fuerte”  que acaba de concluir, en  el otoño corrupto  del 2016.

Mientras que en el discurso, el sexenio anterior, siempre  negó la existencia  de  la anarquía, la criminalidad y el desorden, pasando a  la historia con la frase, del “No pasa nada”,  sus funcionarios  de alto nivel, encargados  del tema de seguridad,  hicieron mal uso del dinero público; desaparecieron cantidades millonarias  y  desacataron las normas, establecidas por la Ley de Coordinación Fiscal, en la asignación de recursos a las entidades federativas.

Ahora  se sabe que, los daños mayores  a  la hacienda pública, se  dieron  en el llamado Centro de Comando, Control, comunicaciones  y cómputo,  el área donde  se aplicó  la mayor inversión, por más  de 122 millones  de pesos. Otra  de las graves  fallas administrativas, fue detectada  en el rubro del combate al secuestro, donde se hicieron compras  de vehículos, por  adjudicación directa, por un valor de poco más  de  siete millones  y medio.  Los modelos y equipamiento, estuvieron por debajo de la normatividad establecida.

Otro presunto negocio, realizado a la sombra  del presupuesto, destinado a la  seguridad, fue, según se consigna en la narrativa de la auditoría federal, el que se refiere  al “gasto injustificado”  de  cinco millones, 260 mil  trescientos pesos, destinados a  la compra  de uniformes.

Siguiendo con la lista de irregularidades en el ejercicio presupuestal  del 2015, correspondiente al Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública, (FASP), las auditorias revelaron que el gobierno de  Egidio compró en lo oscurito, inhibidores  de señal, de espectro radio eléctrico. El dinero que se destinó a dicha adquisición, de manera ilegal, asciende a nueve millones, 340 mil 400 pesos.

La gran sangría presupuestal, con la cual el sexenio egidista  trató de justificar  un gasto multimillonario,  se ubica  en  el sistema  de llamadas de emergencia , conocido como 066, así como de denuncia anónima, 089. Tal solo por éste concepto, los auditores  federales  detectaron que el gobierno estatal  que  acaba de concluir, se gastó la inmoderada cifra de 32  millones, 831 mil  600 pesos.

Una justificación a todas  luces  ridícula, pues  resulta  absurdo que  en tan solo un año, las llamadas  falsas o alarmistas, como les llamaban, hayan provocado semejante gasto. Lo que sí  es un hecho, es que estuvieron buscando  la manera  de acomodar  el despilfarro y el saqueo.

Por cierto,  dentro  de este  gasto  de más  de 32  millones, la mayor erogación, según la auditoría, se ubicó en  las llamadas  Torres  de Pánico. Con lo anterior, el gobierno de Egidio pretende  hacer creer que, dichos dispositivos fueron todo un éxito, cuando esta  infraestructura, no sirvió  para nada, resultando en la práctica,  un rotundo fracaso.

Nos salen con el cuento  de que los mencionados  dispositivos de radiolocalización, con servicio de internet, se engulleron  una buena tajada del presupuesto, cuando  eso no es  verdad, pues  las torres  jamás operaron, y el dinero para su manutención, fue a parar a las chequeras  de altos funcionarios.

Otro  de los trafiques,  se dio  en el tema de las  pólizas  de seguro, destinadas  a  cubrir  el costo de las cámaras  de  vigilancia. Lo anterior tuvo un costo de  12  millones, 784 mil, quinientos pesos.

En lo relacionado  con  insumos para armamentos,  no se encontraron facturas, por el monto de un millón, 378 mil  500 pesos.  Se  adquirieron vehículos, sin  cumplir  con la licitación pública, por un valor  de 40 millones, 899 mil, 900 pesos. Otros  16 vehículos  tipo pick-up, fueron objeto  de  la misma operación, al margen de la normatividad establecida.

 Los datos de la auditoria, corresponden solo al 2015.

Se  sabe  que  a lo largo del sexenio, el fallido  tema de la seguridad,  representó  el mejor escaparate, para justificar   los desvíos  y  la desaparición  de dinero.

Como esos  26  millones  de pesos, que  se evaporaron, como por arte de magia.

COMAPA Y SU SINDICATO, FIRMAN EL CONTRATO COLECTIVO PARA 2017

Atrás  de la firma  de  un nuevo contrato colectivo para  este año,  entre la  COMAPA  y  su sindicato,  respira, según los trabajadores,  la sensibilidad y el oficio político de  su Gerente Gustavo Rivera  Rodríguez. Desde su arribo  a  la dependencia, Gustavo privilegio  el acercamiento  con  la planta laboral, poniendo a su servicio,  vehículos que les hacían falta, para cumplir con los  trabajos de campo.

“Buscamos que la armonía  entre la comapa y  su gremio, se traduzca  en un mejor servicio para  los ciudadanos. Estamos cumpliendo con las instrucciones del alcalde Oscar  Almaraz  y del gobernador”, dijo Gustavo.