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La tradición diplomática de México como refugio internacional.

FACTOR ENTRE DOS

Por: José Efraín Caballero Sevilla

La tradición diplomática de México como refugio internacional.

México cuenta históricamente, con una larga trayectoria como nación que otorga asilo humanitario a ciudadanos de otras latitudes geográficas; sin distinción de ideologías políticas, sociales o religiosas; consolidándose a partir de las Convenciones de La Habana (1928), Montevideo (1933) y Caracas (1954) de las que ha sido signatario.

Este posicionamiento, ha hecho destacar a México diplomáticamente aplicando las normas del derecho internacional humanitario.

Cabe recordar el asilo masivo otorgado a los republicanos españoles, que huían de la guerra civil en 1937, perseguidos por la dictadura Franquista; o de los rusos, personalidades como León Trosky estableciéndose en territorio nacional, quien fuera uno de los organizadores de la Revolución Rusa conocida como la “Revolución de Octubre” en 1917, que permitió a los Bolcheviques asumir el poder, y tristemente asesinado en Coyoacán en 1940, posterior a su llegada a México.

Es así como México se ha convertido en el hogar de miles de personas, de quienes nuestro país ha logrado salvaguardar sus vidas, ante la persecución política o las malas condiciones que apremiaban en sus países de origen.

Nuestra política exterior se ha proclamado como defensora de la paz y las soberanías nacionales, como le comentábamos querido lector, desde inicios del siglo XX.

Actualmente, la política exterior en este periodo sexenal, se está distinguiendo por mantener ese lineamiento, pero rechaza el intervencionismo Estado Unidense en el continente, llevando posicionamientos contrarios a sus colegas Norteamericanos.

A inicios de este siglo, los mandatarios mexicanos mantenían coincidencias diplomáticas con el país de las barras y las estrellas, solo basta recordar aquel “comes y te vas” que le profirió Vicente Fox a Fidel Castro mandatario cubano y que desato un conflicto diplomático.

México sería sede de una cumbre de la ONU en Monterrey N.L., en marzo del 2002 y Fidel Castro anunció que si asistiría, lo cual representaba un problema diplomático, ya que se pretendía evitar que Castro y el Presidente George Bush se encontraran debido a sus diferencias ideológicas, por lo que Fox le recomendó a Castro aquel “comes y te vas” siendo uno de los episodios más recordados en su administración.

Con la llegada del ex presidente de Bolivia Evo Morales, donde el canciller Marcelo Ebrard llevó a cabo la logística para su llegada, se mantiene una coherencia histórica en la admisión de refugiados extranjeros, los cuales están impedidos constitucionalmente en participar en la vida política del país.

La llegada de Morales, se da dentro del protocolo de “asilado político” que consiste según la Agencia de la ONU para Refugiados (ACNUR) a personas desterradas o que han huido de su país por motivos políticos.

De esta manera, Morales se suma a un grupo que con antelación ha recibido la protección del Estado Mexicano, pudiendo mencionar a Manuel Zelaya depuesto tras un golpe de Estado en Honduras en 2009, que de manera anecdótica se le recibió con honores en nuestro país, pero a los dos días salió del país al dar declaraciones a favor de Andrés Manuel López Obrador.

Rigoberta Menchú premio Nobel de la paz en 1988 igualmente recibió asilo en México, y la familia del Presidente Chileno Salvador Allende depuesto por un golpe de Estado de Augusto Pinochet en 1973; es así como México se ha consagrado con una tradición de protección y asilo a refugiados extranjeros.

Querido lector tenga un excelente día, nos leemos la próxima.

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